viernes, 6 de diciembre de 2019

De toros, antitaurinos, cobardes, dibujos animados, cuentos infantiles y supuestos valientes

Acabo de leer en un periódico un artículo sobre unas declaraciones de Albert Boadella. Ya sabemos como es Boadella, lo que le gusta el escándalo, la polémica y la controversia, y como las utiliza para que se hable de él. Lo mismo hacen muchos otros, desde políticos hasta cantantes o artistas diversos, Boadella no ha inventado nada.



El caso es que en un día como hoy, pero de 2.006, se publicaron unas declaraciones de Albert  Boadella: «El imbécil de Walt Disney hizo mucho daño a la humanidad cuando dio voz a una pandilla de ratones histéricos».









Las declaraciones de Boadella se hicieron un 5 de diciembre de  2,006, día  en que se cumplían los 106 años de nacimiento de Walt Disney, y salieron en los periódicos del día siguiente. Boadella, en su linea habitual, esperó a que la Tauromaquia y los toros fueran políticamente incorrectos.



Aunque le doy la razón a Boadella en algunas cosas que dijo sobre el tema;

1. Es una discusión que se merecería que los antitaurinos esgrimieran un argumento un poco más elaborado que el grito de ¡asesinos, torturadores!

2. Este gran arte, que ha sobrevivido milagrosamente, vale la pena. Yo también opino que una corrida de toros es un despliegue artístico completo y felizmente logrado desde el punto de vista estético. Al margen de creencias, opino lo mismo de una procesión de Semana Santa

3.   Los niños son educados con la idea de que los animales reflexionan. Y a los niños no hay que enseñarles cosas falsas o engañosas. La naturaleza es lo que es, tan letal y cabrona como un huracán, una inundación o un terremoto. No todo es el bosque de Bambi.

4. No existe una arte tan real como el de los toros: «Hay vida, muerte, ingenio, astucia, terror... Nada de simulación. Lo que se siente en una corrida no se siente ni en una obra de teatro, ni en un concierto ni delante de una pintura.







También tengo críticas:

1, Boadella es un cobarde. Es muy fácil decir cosas así cuando el tema de los toros empezaba a ser políticamente incorrecto. Se justificó diciendo que elegía ese momento porque le gustaba ir a contracorriente y que nunca hubiese hecho una representación taurina hace cuarenta años, cuando la Fiesta estaba en todo su esplendor, pero sí en este momento que sufre un acoso. Es justamente al revés, él mismo se descubre y se contradice. Hacerlo en ese momento y no 40 años antes es hipocresía y cobardía.



2, También dice: Dos buenos pases de Manolete no tienen comparación ni con la mejor obra de Shakespeare». Y por ahí no paso, a Shakespeare que no me lo toquen.







 3. Y por último aunque no menos importante: es sumamente injusto echarle la culpa a Disney. En 1.936 se publicó uno de los cuentos infantiles más populares de EEUU: "El toro Ferdinando", obra de Munro Leaf. Cuenta la historia de un toro que prefiere oler las flores y juguetear con las mariposas en lugar de luchar en las corridas de toros. Pero el Ferdinando del cuento es una anomalía, porque su imperativo genético y su instinto le hacen embestir hasta la muerte a los seres humanos que se le acerquen o se muevan ante él. El del cuento  se sienta en el medio de la plaza de toros y no le presta atención ni le da importancia a cualquiera de las provocaciones del matador y los otros para luchar.

Su popularidad se ha extendido por todo el mundo. Desde 1959 es una de las tradiciones navideñas más queridas de Suecia. En 1.982 se sustituyó por el cuento del patito feo y hubo hasta protestas públicas. Al año siguiente se volvió a Ferdinando y hasta hoy.

Ferdinando aparece en muchas películas, ya el libro, ya en forma de peluche. Incluso una máscara de Ferdinando aparece en una novela de Stephen King.

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