miércoles, 22 de enero de 2020

No puedo con los hipócritas

Ya dejé claro en una entrada hace años que no puedo con los hipócritas, y sigo siendo la misma, pues sigo pensando igual: No puedo con los hipócritas.

 Así que seguiré desenmascarando a todo el que pueda. El capítulo de hoy de la serie "Hipócritas" se titula Isabel Celaa.

Esta señora fue precisamente consejera de Educación en el País Vasco, entre 2009 y 2012. Sin embargo, la propia Celaá no ha llevado a su propia vida y familia aquello que intenta imponer a los demás. En ese periodo llevó a sus hijas a un colegio católico, concertado, con uniforme obligatorio, trilingüe y además parece ser que en aquel momento diferenciado, o como le gusta decir al nuevo gobierno, con educación segregada por sexos. De este modo, sus hijas Bárbara y Patricia estudiaron ambas en el Colegio Bienaventurada Virgen María, más conocidas como las Irlandesas de Lejona,  El uniforme es obligatorio, y a tenor de las edades de las hijas de la ministra es muy probable que ellas estudiaran en el centro cuando era diferenciado y sólo había niñas. En el presente el colegio es mixto. Esta elección para su vida familiar llama la atención si se tiene en cuenta el escándalo que generó en noviembre cuando en su discurso durante el Congreso de Escuelas Católicas soltó que  la libertad de los padres para elegir tipo de centro no emana del artículo 27 de la Constitución" y que "de ninguna manera puede decirse que el derecho de los padres a escoger una enseñanza religiosa o a elegir centro educativo podrían ser parte de la libertad de enseñanza".

Creo que no hace falta añadir nada más.No sé por qué, creo que la lista de mis hipócritas seguirá aumentando.

domingo, 19 de enero de 2020

Quemarse a lo bonzo

La crisis política en Túnez de 2010-2011,1​2​3​4​ conocida como la Revolución tunecina, y también como la Revolución de los Jazmines o la Intifada de Sidi Bouzid, puesto que comenzó en la ciudad de Sidi Bouzid, en el centro/sur de la zona más poblada del país, fue una intensa campaña de resistencia civil ocurrida en Túnez entre diciembre de 2010 y enero de 2011. Se inició como una serie de protestas demócratas, con gran presencia de jóvenes, sentando un precedente decisivo en el mundo árabe cuando consiguieron derrocar al gobierno autocrático de Zine El Abidine Ben Ali.

Los medios de comunicación han tomado como fecha de inicio el viernes 17 de diciembre de 2010, cuando el joven universitario y vendedor ambulante Mohamed Bouazizi se quemó a lo bonzo en la citada ciudad de Sidi Bouzid, para protestar por la acción de la policía que, al confiscarle su puesto callejero de venta de frutas, le había condenado al paro y a la miseria.

En los días siguientes ocho personas intentaron inmolarse por el mismo sistema en Argelia, Egipto y Mauritana.

En los meses siguientes el escenario de este tipo de protestas se trasladaron a Asia. Desde marzo a principios de noviembre de 2011 once monjes (nueve hombres y dos mujeres) del mismo monasterio tibetano (monasterio de Kirti) han protestado de esta forma por la política seguida por China en su país. La última, una monja de 35 años llamada Palden Choetso. La respuesta de China ha sido obligar al 80% de los 2.500 monjes del monasterio a abandonarlo, cortarles el suministro de comida y agua y juzgar como terroristas a personas relacionadas con los intentos de suicidio, con penas entre once y trece años de prisión. Para el gobierno chino es un gran quebradero de cabeza, porque es mucho más fácil aplastar una revuelta que impedir que la gente se queme.

Aunque el suicidio es una violación severa de la doctrina budista, por ser un acto de dolor autoinfligido que es contrario también a la naturaleza humana, adquiere el nivel de sacrificio supremo cuando lo lleva a cabo un creyente budista. De cualquier forma, el recurso a esta forma de expresión no es nuevo y existen pruebas de su uso en la antigüedad, pero como muestra de devoción a Buda y no como forma de protesta política.

Como forma de protesta política esa práctica nació en el siglo XX, con ocasión de la guerra de Vietnam en los años 60. La expresión tiene su origen en la ola de suicidios de monjes budistas, por su nombre en francés (bonze).

  Thich Quang Duc,primer caso 
 Esta ola de suicidios comenzó el 11 de junio de 1963. Thich Quang Duc, un monje vietnamita, se prendió fuego en una transitada calle de Saigón (hoy en día, la ciudad de Ho Chi Minh) para protestar por la persecución de los budistas por parte del gobierno de Ngo Dinh Diem, el primer presidente de la República de Vietnam del Sur.

Un día antes de la trágica muerte de Thich Quang Duc, un portavoz de los budistas informó a varios corresponsales estadounidenses en Vietnam de que algo importante iba a ocurrir al día siguiente frente a la embajada de de Camboya en Saigón. Sin embargo, muy pocos tomaron el aviso en serio.

Aquel día de junio, el monje de 70 años llegó a una concurrida calle de Ho Chi Minh en coche,
precedido por un séquito de más de 300 monjes que llevaban pancartas en inglés y en vietnamita reclamando la igualdad religiosa. Thich Quang Duc salió del automovil mientras otro monje colocaba una almohada en el suelo. Se sentó en la almohada en la posición de loto mientras otro monje sacaba un bidón de gasolina del maletero del coche y rociaba al monje anciano. Tras pronunciar una breve frase (Homenaje a Buda), Duc encendió una cerilla y se prendió fuego.

Los policías intentaron acercarse para apagar las llamas que lo consumían, pero la multitud reunida alrededor no lo permitió. La mayoría contemplaba la escena en silencio, al igual que el monje, que durante aquellos minutos, no se movió ni profirió ningún sonido.

Uno de los pocos que acudieron fue el periodista David Halberstam, corresponsal del periódico “The New York Times”. Tanto él como el fotógrafo Malcom Browne ganaron el Premio Pulitzer en 1964. La fotografía del suceso dio la vuelta al mundo.

El sacrificio fue considerado como un punto de inflexión en el régimen autoritario de Diem. En los próximos meses, decenas de monjes repitieron la acción del primer mártir, por lo que pasó a llamarse “quemarse a lo bonzo”. Antes que terminara el año, Diem fue derrocado por sus propios militares (ayudados por los servicios secretos estadounidenses) y asesinado en noviembre de 1963.

Sin embargo, el acto de protesta del monje no dejó de ser copiado por personas en todas partes del mundo, y a lo largo de estos cincuenta años. En los años que duró la guerra de Vietnam, ocho estadounidenses copiaron la acción y se quemaron como protesta por la participación de su gobierno en el conflicto.

A continuación, un listado (probablemente incompleto) que he realizado de las personas que han utilizado este método como protesta, en el que incluso figuran varios españoles:

– 25 de enero de 1964. Un hombre llamado Chinnasami se quemó en India por la preservación de la lengua Tamil. Su acto inspiró otras cinco inmolaciones.

– 16 de marzo de 1965. Alice Herz, una pacifista de 82 años, se inmoló en una esquina de Detroit como protesta por la escalada de violencia de la guerra de Vietnam. Un hombre y sus dos hijos que conducían por la zona y la vieron ardiendo apagaron sus llamas. Alice Herz murió diez días después debido a las quemaduras sufridas. Herz señaló que había utilizado todos los medios disponibles para protestar: marchas, manifestaciones y publicar artículos o cartas.

– 2 de noviembre de 1965. Norman Morrison se prendió fuego frente al Pentágono como protesta por las matanzas de la guerra de Vietnam.

– 9 de noviembre de 1965. Roger Allen LaPorte realizó un acto similar en Nueva York, frente al edificio de Naciones Unidas.

– 16 de mayo de 1967. En Vietnam del Sur, Nhat Chi Mai, de 34 años, se quemó en Vietnam del Sur en protesta por la guerra de Vietnam.

– Octubre de 1967. Florence Beaumont se quemó con gasolina en frente de un edificio federal en Los Angeles como protesta por la actuación de los EE. UU. en la guerra de Vietnam.

– 8 de septiembre de 1968. Ryszard Siwiec, polaco de 59 años, protestó por la participación de Polonia en la invasión soviética de Checoslovaquia. Murió en el hospital cuatro días después.

– 16 de enero de 1969. Jan Palach se prendió fuego en la plaza de Wenceslao, Praga, como protesta ante la ocupación de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia. Su ejemplo inspiró los tres actos que figuran a continuación.

– 20 de enero de 1969. El húngaro de 17 años Sándor Bauer.

– 25 de febrero de 1969. El estudiante checoslovaco Jan Zajíc.

– 2 de abril de 1969. El hombre de negocios checoslovaco de 39 años Evžen Plocek.

– 13 de febrero de 1970. El rumano de 28 años Marton Moyses, contra el dominio comunista en Rumanía.

– 10 de mayor de 1970. George Winne. Estudiante de 23 años de la Universidad de Californa. Contra la guerra de Vietnam. Murió al día siguiente.

– 19 de septiembre de 1970. El griego Kostas Georgakis, estudiante universitario de 22 años. Contra la Junta Militar griega de 1967-74.

– Septiembre de 1970. El que luego sería senador vasco Joseba Elósegui, se prendió fuego a sí mismo durante la inauguración de los Campeonatos mundiales de pelota que presidía Francisco Franco en el Frontón de Anoeta (San Sebastián). Joseba Elósegui Odriozola (San Sebastián, 1915-1990) fue un político nacionalista vasco. Militante del Partido Nacionalista Vasco, durante la Guerra Civil española alcanzó el grado de comandante, siendo condenado a muerte en 1937. Al acabar la guerra se exilió en Francia. El 18 de septiembre de 1970, estando presidiendo Franco un partido de pelota en el frontón de Anoeta de San Sebastián, Elósegui se lanzó envuelto en llamas a lo bonzo desde la segunda galería gritando: “Gora Euskadi askatuta” (“Viva Euskadi libre”). A consecuencia de esta acción estuvo días entre la vida y la muerte y fue condenado a 7 años de cárcel.

- 11 de abril de 2001: el ex senador argentino de la Unión Cívica Radical Manuel de Arma se suicida en La Plata frente a la Casa de gobierno provincial frente a un importante número de periodistas (pese a no haberlos convocado). Los motivos de su suicidio se debieron a presiones políticas.

- 30 de noviembre de 2001, Eduardo Miño murió frente a La Moneda en Santiago de Chile en señal de protesta debido a la nula respuesta del Gobierno de Chile ante la grave enfermedad denominada asbestosis, padecida por centenares de trabajadores y familias aledañas a la empresa Pizarreño. En su carta final de denuncia escribió "Mi alma que desborda humanidad ya no soporta tanta injusticia". La banda Chilena, 'Los Bunkers' compuso la canción 'Miño' en su memoria.

- 27 de agosto de 2007, un hombre que se cree que tenía problemas mentales se quemó a lo bonzo en la Plaza Roja de Moscú, cerca del Kremlin.

- 4 de septiembre de 2007, un ciudadano rumano se roció con gasolina y se prendió fuego ante la Subdelegación del Gobierno Español en Castellón de la Plana (Comunidad Valenciana, España).10​ El hombre que sufrió quemaduras en el 70% de su cuerpo, murió el 19 de septiembre en el Hospital La Fe de Valencia.

- 7 de diciembre de 2007, una mujer senegalesa se quemó a lo bonzo ante la Alcaldía de Roma en presencia del presidente de su país, Abdoulaye Wade, en lo que se interpretó como un gesto de protesta contra él.

- 30 de septiembre de 2008, Ramiro Guillén Tapia, dirigente campesino del estado de Veracruz, México, se quemó a lo bonzo, frente al Palacio de Gobierno de ese estado.12​ La acción estuvo motivada a protestas de grupos campesinos de la región que exigían del gobierno una respuesta a sus problemas. Murió el 1° de octubre de 2008, luego de presentar quemaduras en un 90% de su cuerpo e incineración de las vías respiratorias.

- 20 de febrero de 2010. Hyderabad, un estudiante se prendió fuego durante una protesta en la India en demanda de la separación del estado de Telangana. En diciembre, el gobierno federal se había comprometido a reconocerla tras una huelga en la región, pero no se han dado avances al respecto y desde entonces se registran esporádicas y fuertes manifestaciones.

- 25 de marzo de 2010, una ciudadana peruana, identificada como Hilda Primitiva Córdova Ramírez (61), se suicidó a lo bonzo en plena vía pública, cerca de su domicilio, ubicado en el barrio de Monterey, en el estado de California (Estados Unidos). La mujer se roció alcohol y, luego, se prendió fuego, ante la atónita mirada de los transeúntes. La peruana fue llevada aún con vida a un centro de salud cercano, donde falleció´.

- 17 de diciembre de 2010, Mohamed Bouazizi se suicida a lo bonzo enfrente de un establecimiento público tras la confiscación de sus medios de vida como vendedor ambulante por la policía de la ciudad de Sidi Bouzid, un presunto maltrato por parte de la misma y la falta de atención del organismo local en el que intentó poner una denuncia. Este suicidio es considerado detonante del inicio de crisis política de Túnez de 2010-2011 -Revolución de los Jazmines- que provocó la huida del país del presidente Zine El Abidine Ben Ali.

- 17 y 18 de enero de 2011, siguiendo el ejemplo del estudiante Mohamed Bouazizi, y en protesta contra los gobiernos de sus propios países se llevan a cabo autoinmolaciones en el mismo Túnez, en Egipto, en Mauritania y en Argelia, en algunos casos con resultado de muerte y en otros heridas de diversa gravedad. Estas protestas contribuyeron a las Protestas de Egipto de 2011 y a las Protestas de Argelia de 2011.

- 22 de enero de 2011 El saharaui Mohamed Lamin Uld Salek Uld Mahmudi Said sigue la estela de protestas iniciada por Mohamed Bouazizi quemándose a sí mismo en el Smara (territorios ocupados por Marruecos) en una desesperada protesta por la libertad del pueblo saharaui.

- 26 de abril de 2011 Un empleado de la compañía francesa France Telecom se suicida a lo bonzo en el aparcamiento de la sede donde trabajaba, cerca de Burdeos. Este suicidio es el número 44 en un año y medio en dicha compañía de telecomunicaciones.

- 16 de septiembre de 2011 Durante la crisis financiera de Grecia un hombre arruinado tras haber solicitado varios préstamos bancarios se quema ante un banco griego.

- 20 de enero de 2012 Tres jóvenes licenciados en paro marroquíes tratan de quemarse a lo Bonzo en Rabat a modo de protesta contra el Gobierno de Marruecos.

- 26 de enero de 2012 Abderrahim Bukrin, un hombre de unos 50 años de edad, se quemó a lo bonzo en la ciudad de Kelaât Sraghna, en Marruecos. El responsable de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en esta localidad apuntó que la víctima vivía en un barrio popular de esta ciudad y tenía abierto un proceso de divorcio en el mismo tribunal en el que se prendió fuego. Este accidente se produce después de que el 24 de enero de 2012, un joven universitario que exigía un puesto de trabajo en la administración pública, falleció tras quemarse de igual forma frente al Ministerio de Educación de Rabat.

- 9 de febrero de 2012 En Riba-Roja, Valencia (España) un ciudadano de 56 años, de nombre Félix, casado y con hijos, perdió su puesto de trabajo en la agricultura. El día de los acontecimientos fue el primero que no tenía que ir a trabajar. Después de haber comentado sus intenciones en su bar habitual, se acercó hasta un garaje donde guardaba una moto, y utilizó la gasolina del depósito para rociarse con ella y posteriormente prenderse fuego. Merece la pena destacar que la noticia no transcendió más allá de su propio municipio.

- 26 de marzo de 2012 Janphel Yeshi, un joven exiliado tibetano de 27 años de edad, se quemó a lo bonzo en la ciudad de Nueva Delhi, India. La protesta se fundamenta en el descontento de la visita del primer ministro chino Hu Jintao a India, ya que China continúa con su mandato sobre el Tíbet impidendo así la independencia y autodeterminación exclamanda por el pueblo tibetano.

- 15 de mayo de 2012 un hombre se prendió fuego en el exterior del tribunal de Oslo donde era juzgado el ultraderechista Anders Breivik, el autor del doble atentado terrorista que mató a 77 personas en julio de 2011.

- 14 de julio de 2012 Un indignado israelí intenta prenderse fuego en las manifestaciones del aniversario de las movilizaciones en contra de la injusticia social. Antes de intentar quemarse repartió y leyó una carta de protesta contra el gobierno israelí.

- 11 de septiembre de 2012 Héctor Gustavo García Maya, un sexagenario mexicano, se quemó a lo bonzo en la ciudad de Playa del Carmen, en México. Se desconocen los motivos de esta decisión.

- 23 de noviembre de 2012 Daniel F. H., de 41 años, se quemó a lo bonzo en la carretera de la pequeña localidad de Villafrades de Campos (localidad de 91 habitantes en Valladolid, España) y natural de Lasarte-Oria (Guipúzcoa, España).

- 2 de enero de 2013. Un hombre de 57 años se quemó a lo bonzo delante en las puertas del Hospital Regional de Málaga (España).

6 de enero de 2013. Un hombre se quemó a lo bonzo en el aparcamiento de un centro comercial en Sant Quirze del Vallés Barcelona (España).

- 18 de febrero de 2013. Una mujer de 47 años y tres hijos, que se enfrentaba a un desahucio, se roció de gasolina y se prendió fuego en la sucursal bancaria de Caja Rural de la localidad de Almazora (Castellón), que iba a quedarse con la vivienda.

- 22 de abril de 2013. Dos hermanos intentaron quemarse a lo bonzo en la puerta de la Casa Rosada en Argentina. Tienen 32 y 34 años y fueron trasladados al hospital Argerich. Se rociaron con nafta y llegaron a encender el fuego, pero los bomberos lo apagaron de inmediato.

- 3 de junio de 2013. Un hombre se quema a lo bonzo ante la delegación de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía en Málaga.

- 3 de junio de 2013. Una mujer amiga de Nora Dalmasso, se quema a lo bonzo en su casa en Río Cuarto, Córdoba, Argentina.

- 10 de septiembre de 2013. Un hombre se quema a lo bonzo en la Av. de la Libertad en Murcia, como protesta por la actuación de los servicios sociales con respecto a sus hijas.

- 4 de diciembre de 2013. Joven argentino de 17 años de edad. Se roció con bencina y se incendió frente a los compañeros de su escuela, en la clase de física. El adolescente gritaba, lloraba y decía que su familia no lo quiere. "Nunca me sentí tan solo" había escrito en su biografía de Facebook la noche anterior al suceso. Está en grave estado.

- 2 de junio de 2014. Chile, chofer del Transantiago identificado como Marco Antonio Cuadra Saldías ex sindicalista de la empresa Redbus que fue despedido se roció con combustible y se quemó a lo bonzo gritando que "lo hacía por los abusos y los no pagos a sus compañeros", falleció por las quemaduras provocadas.

- 5 de marzo de 2015. Ngaba, Región de Amdho, Tíbet. Norchuk, una señora tibetana de 47 años se prendió fuego como protesta a la situación de represión que vive el pueblo tibetano en Tíbet tras la ocupación China.

- 30 de junio de 2015. Un hombre fallece al prenderse fuego en el primer vagón de un Shinkansen (tren bala japonés) con trayecto Tokio-Osaka.

- 13 de noviembre de 2015. Un líder​ sindical se quema a lo bonzo en una rueda de prensa en Mongolia como protesta contra la privatización de una empresa de extracción de carbón.

- 1 de agosto de 2016. Una joven marroquí se suicidó en Bengeir, el centro de Marruecos, quemándose a lo bonzo al enterarse de que un juez absuelve a los hombres que la habían violado y grabado por presiones de personas poderosas, ante el miedo de saber que los agresores están sueltos y tienen el vídeo.

- 27 de octubre de 2016. Un hombre se quema a lo bonzo frente a una gasolinera en Valls, Tarragona. El hombre se ha incendiado con alcohol de quemar y los trabajadores de un taller mecánico ubicado en la carretera de Tarragona le han auxiliado apagando las llamas.Según han explicado  a Europa Press, el hombre --de 52 años-- ha sido atendido con quemaduras "importantes" en cráneo, cara y extremidades superiores y en las vías respiratorias, por lo que le han trasladado al  Hospital de Valls y, una vez estabilizado, lo han llevado a la unidad de quemados del Hospital Vall d'Hebron, donde se ingresó en estado grave.

- 13 de mayo de 2017. Un joven músico se quema a lo bonzo y lo retransmite en vivo por Facebook en Tennessee, EE.UU.

- 2 de enero de 2018. Una mujer de 34 años de edad, madre de 5 hijos, se quema a lo bonzo frente a su ex pareja tras la negativa de ésta de recomponer la relación. Sucede en la ciudad de Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, Argentina. La mujer padece quemaduras en el 95% de su cuerpo y fallece al día siguiente.

- 18 de enero de 2019. Un hombre se quemó a lo bonzo en la Plaza de Wenceslao, en el centro de Praga, coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de Jan Palach.

- 31 de julio de 2019. Un hombre de 49 años, inmigrante ilegal en Bélgica, originario de Guinea, se inmoló en frente del Palacio de los Príncipes-Obispos de Lieja, después de haber perdido su permiso de residencia-

martes, 7 de enero de 2020

Blancos, rojos, verdes y azules



Los aficionados a las carreras de circo en Roma, más que ser seguidores de ciertos aurigas o caballos, que podían cambiar de bando (1), eran seguidores a ultranza de un color, de uno de los cuatro equipos existentes: blancos, rojos (ambos equipos eran los dos únicos existentes en principio), azules y verdes (equipos creados a principios del Imperio). Un delirio partidista impulsaba los ánimos del espectador hacia unos u otros. El público, en lugar de dejarse arrastrar, como el griego, por valores como la habilidad de los aurigas o la fuerza de los caballos, se dejaba llevar por la obstinación del apoyo a ultranza a un color, y sólo reaccionaba ante dos razones, el triunfo o la derrota (2).

Hay que tener en cuenta que la rivalidad entre ellos respondía también a un ajuste de cuentas entre clases sociales. A comienzo del Imperio los partidarios de los azules se reclutaban entre la aristocracia, mientras que los verdes eran más populares, y por eso contaron entre sus fanáticos admiradores a los emperadores proclives a la actuación demagógica.

Otro factor importante era la posibilidad de apuestas, que hacía que una persona pudiera ganar una fortuna en unos minutos. Ningún otro espectáculo resultaba tan lucrativo para los apostadores.

Era tan considerable el grado de fanatismo que rodeaba las carreras que hasta existían supersticiones y fórmulas mágicas para atraer la desgracia a algún auriga. Otras veces provocó auténticas desgracias, como cuando en Pompeya se enfrentaron pompeyanos y nucerinos, dejando muertos y heridos.

Pero nada comparable a lo ocurrido en Constantinopla en el siglo VI d. C. El emperador Justiniano, seguidor de los azules, estaba preocupado por el nivel de violencia a que habían llegado los seguidores de las carreras. En cada espectáculo se producían peleas, muertos y heridos, y el emperador decidió castigar a los más violentos de entre los verdes y los azules (los blancos y los rojos, en ese momento, apenas contaban). Encarceló a los más fanáticos de ambos equipos para ser ahorcados y, para calmar los ánimos de la población, no se le ocurrió otra cosa que organizar unas carreras.

El ahorcamiento debía tener lugar tres días antes de las carreras, pero dos de los condenados (uno por cada equipo) sobrevivieron y pidieron refugio en una iglesia. Los respectivos seguidores exigieron el indulto del emperador. En ese ambiente tan explosivo comenzaron las carreras.

El hipódromo de Constantinopla era uno de los mayores del mundo, con capacidad para 10.000 espectadores. Los azules se colocaban frente al palco del emperador, cerca de la salida, y los verdes en el extremo opuesto. A medida que avanzaba el espectáculo los ánimos se fueron caldeando y al llegar la carrera 22 la muchedumbre aullaba de una forma aún superior a lo habitual, por lo que el emperador decidió abandonar el recinto, utilizando el pasaje que comunicaba hipódromo y palacio. Al irse el emperador estalló la violencia en el hipódromo y en las calles. Aprovechando la violencia de los disturbios Hipatio, sobrino del emperador Anastasio I, se proclamó emperador.

Desde el hipódromo las facciones más radicales de azules y verdes dirigían los disturbios. Justiniano envió a Narsés al hipódromo, donde se dirigió directamente a los azules para recordarles que Justiniano era de su equipo mientras que Hipatio era de los verdes. Para los azules fue más importante la fidelidad a un color que su odio al emperador, y asaltaron a los verdes en el hipódromo.

La violencia duró varios días, dejando media ciudad quemada o destruída. Finalmente, estando los verdes bloqueados en el hipódromo, entró el ejército. En total murieron 30.000 personas

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(1) Sabemos que Diocles, el auriga más famoso de la historia, el que más carreras ganó y el que más fortuna consiguió, estuvo “fichado” en distintos momentos por los cuatro equipos, ganando docenas de carreras para cada uno de ellos. Probablemente otros aurigas famosos fueron igualmente solicitados por las distintas facciones.

(2) Del fanatismo que despertaban los espectáculos es una buena muestra lo ocurrido cuando Nerón llegó al trono. La situación económica era muy grave, había hambre y pobreza a unos niveles preocupantes, y no había dinero para pagar al ejército. La llegada al trono de Nerón, un joven de 17 años, no parecía lo más adecuado para mejorar las circunstancias. Mucha gente no lo quería como emperador, y durante dos semanas hubo disturbios por las calles de Roma. En esa tesitura se planteó qué era mejor hacer: utilizar la flota mercante para traer trigo de Egipto y calmar a la muchedumbre hambrienta con un reparto de grano o traer la arena especial que se utilizaba para el circo. Algunos no lo dudaron. La arena para el circo era lo más urgente. Así se hizo y se organizaron unos juegos donde pelearon 600 gladiadores, 1.200 condenados por distintos delitos fueron devorados por leones, hubo luchas entre elefantes y rinocerontes, búfalos y tigres y leopardos y jabalíes. Como número especial, una veintena de esclavas fueron violadas por asnos. La multitud se tranquilizó y, aunque siguiera muerta de hambre, continuó con su vida habitual. Problema resuelto.

El inventor del traje espacial


Armstrong fue el primer humano en llegar a la Luna. Emilio Herrera, español de Granada, el primero que diseñó un traje espacial, nada menos que 34 años antes del “gran salto para la Humanidad”.

A Emilio Herrera le reconocieron el mérito, setenta y cinco años después, los expertos internacionales que se reunieron en Madrid en el Congreso Histelcon 2010, organizado por la Fundación Telefónica. El premio de consolación llega tarde para reclamar patentes, pero al menos reconoce el esfuerzo de un español que tenía la mirada puesta en el espacio.

Según han revelado los investigadores J. Ignacio Hidalgo y Juan Lanchares, de la Universidad Complutense de Madrid, Emilio Herrera Linares diseñó en 1935 un globo aerostático capaz de alcanzar los 25.000 metros de altitud, que estaba equipado, y esto es lo importante, con un traje que incluía micrófono, sistema de respiración antivapor, termómetros, barómetro y varias herramientas para medir y obtener muestras.

Que su invento habría llegado totalmente desfasado al viaje del Apolo XI está fuera de toda duda. También que habría que haberlo sometido a innumerables mejoras para lanzarlo a 384.000 kilómetros de la Tierra. Pero lo que los expertos reconocieron es la labor precursora de este inventor, silenciada durante muchos años.

Emilio Herrera fue un militar español, aviador y científico, el primero en sobrevolar el estrecho de Gibraltar y colaborador de Juan de la Cierva y Leopoldo Torres Quevedo. Acompañó a Einstein en su visita a España en 1923, defendió el esperanto y predijo que el hombre viajaría más allá de la atmósfera.

Cuando estalló la Guerra Civil, un año después de su invento, tenía fama de conservador y promonárquico, pero permaneció del lado de la República, en cuyo ejército continuó su carrera, hasta el extremo de que llegó a ser presidente en el exilio entre 1960 y 1962. Simultaneó su labor política con su actividad científica y sus intentos por promocionar su traje espacial.

245. Una vez más

En estos días los noticiarios televisivos nos han inundado de imáagenes de Irán. Y la vista de esas imágenes me han hecho desempolvar algo que escribí hace años.

Me había prometido que esta vez dejaría pasar el tema, convencida de que en estos dos o tres últimos años la gente en general y los políticos en particular se habrían informado mejor y, sobre todo estos últimos, se habrían bajado de su pedestal de soberbia para reconocer que estaban equivocados. Pero he oído y leído tantas barbaridades en los últimos días que sólo pueden ser fruto de una profunda ignorancia o, si esta no existe, de una manifiesta mala fe, sin descartar la confluencia de ambas.

Finalmente, después de que Princesa planteara el tema en su blog, empecé dejando un comentario, pero a causa de algún comentario posterior al mío me sentí obligada a intervenir de nuevo. Finalmente, como no me gusta dejar los temas a medias y los que me leéis a menudo sabéis que me gusta defender mi opinión con hechos objetivos y datos, me he decidido a escribir una entrada sobre el asunto, porque desarrollar el tema en los comentarios del blog de otra persona me parece un abuso. Si alguna persona ha leído ese comentario, ruego me disculpe la repetición de algunos párrafos.

Me refiero a todo lo que estos días se ha dicho en periódicos, blogs, ante micrófonos o ante cámaras de televisión sobre la dichosa polémica del velo islámico a cuenta del caso de la niña del instituto de Pozuelo. Se han repetido hasta la saciedad mentiras, tópicos y comparaciones disparatadas. Y mientras haya personas que se obstinen en ocultar o tegiversar la verdad, yo insistiré en exponer mis conocimientos, mis hechos y mis datos.

Empiezo por los antecedentes. Desde el año 1983 me dedico a estudiar la cultura musulmana, en principio por mi dedicación a un trabajo de investigación arqueológica que culminó en mi tesis de licenciatura. También en 1983 empecé a viajar a países musulmanes. En primer lugar Egipto, y después Jordania, Siria, Iraq, Yemen, Pakistán, Líbano, otra vez Siria, Palestina y Turquía. Entre esos viajes viajé también a otros países que, sin ser mayoritariamente musulmanes, cuentan con una no despreciable presencia de esta cultura, como India (en dos ocasiones) o Uzbekistán. No fueron viajes turísticos, sino viajes de estudios, acompañada de personas especializadas, fuera de las rutas de los tours habituales, donde tuve ocasión de tratar con personas de estos países muy formadas.

Mucho antes de que en occidente se supiera lo que era un burka, yo ya había experimentado lo que era llevar uno. En 1994, estando al norte de Pakistán, muy cerquita de Afganistán, me probé esta prenda por sentir la experiencia, y puedo asegurar que es algo que no se puede explicar con palabras. Cuando, después de 1988, año de mi primer viaje a Siria y Jordania, estuve segura de que iba a volver a visitar países musulmanes me hice mi propio chador, ya que prefería usar uno que sólo hubiera tocado mi cabeza antes que ponerme uno que hubiera sido usado por cientos de personas. Por dos veces me cubrí con el chador para poder entrar en la mezquita mayor de Damasco, y una vez me arriesgué a sufrir un serio disgusto haciéndome pasar por chiíta con él puesto, con tal de poder entrar, a escondidas, en la mezquita Khadimiya de Bagdad. Cuando me he visto en la disyuntiva de tener que lucir esa prenda si quería entrar en determinados edificios lo he hecho, pero porque sabía que era cosa de unos minutos solamente. Y además todo eso me da bastante ventaja sobre la gente que habla del tema sin haberlo experimentado.

Todo ello, unido a muchos años de estudio, y a muchas conversaciones con personas perfectamente documentadas me permiten afirmar lo siguiente:

Es absurdo convertir este tema en una cuestión religiosa. Mientras en algunos países musulmanes no puedes enseñar ni los ojos (en Yemen las mujeres llevaban hasta guantes negros), te puedes pasear tranquilamente en bikini por las playas de Túnez. Cuando estuve en Iraq yo parecía una monja en comparación con las muchachas iraquíes. Cuando llegaba el fin de semana se lanzaban a las discotecas y a los lugares de diversión con seis kilos de maquillaje en la cara, vestidos tipo occidental (aunque de mal gusto y colores chillones) y taconazos de diez centímetros (de peor gusto todavía y colores tan chillones como los vestidos). Países donde se profesa la misma religión tienen costumbres muy distintas en este sentido.

Cito un fragmento de una entrevista a Sophie Bessis (Agregada de Historia, periodista especializada en África y encargada de curso en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de la Sorbona, consultora de organizaciones internacionales como Unicef y Unesco en Tchad, Benin, Guinea, Túnez o África Central):

Yo no hablaría nunca de mujeres musulmanas, porque una mujer senegalesa, tunecina, paquistaní, aún siendo musulmanas, no viven la misma realidad ni bajo las mismas leyes. Creo que aquí, en Europa, hay una tendencia a homogeneizar el Islam y pienso que es un gran error. Una mujer senegalesa es senegalesa antes que musulmana, igual que la tunecina o paquistaní. Tiene muy poco que ver la condición femenina en Senegal, con la de Túnez o Pakistán.

Las mujeres musulmanas reaccionan de manera diferente según la civilización y cultura a la que pertenecen. Es la primera precisión a hacer porque de lo contrario corremos el riesgo de equivocarnos. Incluso diría más. Aunque pueden encontrarse rasgos comunes entre países relativamente próximos, el feminismo tunecino no es el feminismo argelino o marroquí, porque las condiciones de la mujer son diferentes en estos tres países, las leyes no son las mismas, la relación con la modernidad no es la misma.

Por tanto, no puedo decir cuál es la relación de las mujeres musulmanas con la modernidad. Por supuesto que está el Islam como religión, pero no es sólo la religión lo que conforma la cultura.

Es absurda la comparación entre el velo islámico y un crucifijo cristiano que muchas personas llevan al cuello. El velo islámico es un signo de sumisión, signfica que eres un ser vivo pero no pensante, no libre, no igual a los demás. Significa que eres un ser lujurioso (en muchos lugares el hecho de que las mujeres dejen ver incluso solamente el nacimiento del pelo se considera una muestra de lujuria) que tienes la maldad de tentar a los pobrecitos hombres, que se ven forzados, contra su voluntad, a hacer cosas muy feas.

– La raíz del problema es que, desde siglos antes a la existencia de la religiones cristiana o musulmana, en muchos lugares el honor de la familia entera descansaba por completo en las mujeres, aunque fueran unas niñas. Ahora mismo, en los países a los que nos referimos, el padre de familia puede ser un borracho, un estafador, un ladrón y un auténtico canalla, pero lo que avergonzará finalmente a la familia es que a la niña de la casa se le vean las coletas. Este concepto del honor era extensivo a muchos lugares, sobre todo del ámbito mediterráneo, pero mientras en algunos lugares hemos evolucionado en nuestra mentalidad, en otros no.

El uso del velo no puede ser tratado o debatido por separado. Forma parte de un bloque de muchas cosas, que configuran una forma de vivir. Si a una niña, a partir de determinada edad, la obligan en su casa a llevar el velo (aunque ella crea que lo hace por propia voluntad, dado el lavado de cerebro que sufre desde su nacimiento), también le prohibirán hacer deporte, bañarse en una piscina, ir a clases de baile o a muchas otras actividades extraescolares. Los padres exigirán comedores separados para niños y niñas en los comedores escolares, y muchos alumnos varones se negarán a que una profesora les dé clase o instrucciones de cualquier tipo. De hecho, estas cosas ya han ocurrido en Francia y en España.

 De ese mismo bloque forma parte el tema de los matrimonios forzados. Como la chica es un objeto, el padre dispone libremente de su persona. Los que nos dedicamos a la enseñanza estamos cansados de ver como, en un país donde la enseñanza es obligatoria hasta los 16 años, muchas chicas desaparecen de clase hacia los 14 años. A veces no vuelves a saber de ella; a veces te enteras de que su familia la ha llevado a Marruecos y la ha casado con un señor de 60 años. 

Pero esto no es nada. Si una boda forzada a los 14 ó 15 años os parece una barbaridad, ahí tenemos el caso de Arabia Saudí, Indonesia o Yemen, donde ocurren cada día auténticas salvajadas. Porque allí no existe una edad mínima para contraer matrimonio, así que casan a las niñas con 10 u 11 años, y tan tranquilos.  Incluso he llegado a leer que una niña de 9 años da mejores resultados (por llamarlo de alguna forma) que una de 11 ó 12. El resultado, aparte de la infelicidad personal, es que muchísimas niñas mueren de parto antes de haber cumplido los 14 años y otras ni siquiera superan la “noche de bodas”, donde un bestia las destroza impunemente, porque para ellos no es una persona, sino un trozo de carne sin derechos que ha pasado a ser de su propiedad.

Últimamente están surgiendo asociaciones de valientes mujeres yemeníes que se están encargando de sacar a la luz los casos más escandalosos, pero no llegamos a conocer más que la punta del iceberg. ¿Queréis ejemplos? En diciembre de 2007 UNICEF declaró como mejor foto del año una que reflejaba el matrimonio en Afganistán entre una niña de 11 años y un hombre de 40. Es la foto que ilustra este post. Creo que la cara de la niña lo dice todo. La foto forma parte de una colección que la fotógrafa Stephanie Sinclair realizó durante dos años en Afganistán, Etiopía y Nepal. Estos países fueron escogidos para demostrar que la cuestión de los matrimonios forzados no responde a motivos religiosos, sino que es producto de la valoración de la mujer como un objeto, lo que corrobora mi afirmación expuesta más arriba.

En 2008, un hombre de 43 años se casó en Indonesia con una niña de 12 a la que eligió a través de algo así como un concurso. Además, manifestó su intención de casarse con otras dos niñas aún más pequeñas. En diciembre de 2008 un juez saudí rechazó por segunda vez anular la boda entre  una niña de 8 años y un hombre de 47;  en septiembre de 2009 una niña yemení de 12 años, casada a los 11, moría desangrada tras tres días de parto; en el mismo año, una niña de Arabia Saudí de 12 años fue casada con un hombre de 80 que ya había contraído matrimonio con otras tres menores; en abril de 2010 una niña yemení de 12 años murió tres días después de su brutal “noche de bodas” tras ser atada y repetidamente violada por su “amoroso” marido, incluso después de perder el conocimiento. Son casos de los que nos vamos enterando con cuentagotas, pero, de conocerse todos, podríamos seguir hasta la saciedad. En resumen, hablar del tema del velo islámico como algo separado de todo lo demás que conlleva nos dirige hacia el error más absoluto.

Así que, admitimos el bloque entero o la cosa no tiene sentido. El velo es un eslabón de una cadena, y no puede separarse del resto de los eslabones.

Estas niñas que surgen de vez en cuando en los institutos de España desde el primer caso que recuerdo, en 2002, son peones utilizados por diversos colectivos para echarle un pulso al gobierno, para ver si nos acojonamos en nombre del “respeto a las diversas culturas”, para ver hasta dónde pueden ir tirando de la cuerda. Son utilizadas de la misma forma que los pobres desgraciados a los que ponen un cinturón de explosivos y envían a una estación de autobuses.

En vez de opinar sobre cosas que no conocemos, escuchemos a las protagonistas que han logrado liberarse del lavado de cerebro. En Francia, uno de los grupos más beligerantes contra el velo es un sector feminista juvenil de SOS racismo, llamado “Ni putas ni sumisas”, cuya fundadora, Loubna Meliane, es una joven, hija de inmigrantes musulmanes. Para ellas la cuestión no admite dudas, el velo es signo de sometimiento de la mujer y por tanto inaceptable. En este momento el grupo está presidido por Fadela Amara. En Arabia Saudí, las mujeres ya comienzan a unirse para luchar por sus derechos. Es falso que las mujeres de estos países estén conformes con su situación: lo que ocurre es que la mayoría ignora sus derechos.

En lugar de mostrarnos ejemplos como estos últimos, en España nos colocan en La Noria a Mª Antonia Iglesias y a Enric Sopena defendiendo que el padre de la niña tiene derecho a obligarla a llevar velo, para eso es su padre. Es curioso que esas mismas personas defiendan que un padre no tiene derecho a oponerse a que su hija adolescente aborte o tome anticonceptivos. Debe ser que hay padres y padres, e hijas e hijas. Desde hace algún tiempo vengo oyendo que estamos consiguiendo mayor igualdad a costa de perder libertad. Pero esto lo contradice. Ni libertad ni igualdad.

A todo esto, la Ministra de Igualdad, bien calladita. Para terminar, confirmar que la idiocia de los políticos no está restringida a determinadas ideologías. Me indigné cuando la idiota de Ana Palacio, siendo ministra de Asuntos Exteriores, se puso un velo en la cabeza en su propio país cuando vino a España el iraní Jatamí y se abstuvo incluso de darle la mano, ya que el ministro no se la hubiera estrechado. Yo, estando en mi casa, no sólo no me hubiera puesto velo, sino que le hubiera alargado la mano procurando que hubiera en ese momento muchas cámaras de televisión delante, para que el iraní hubiera quedado en evidencia. Por el mismo motivo, quiero destacar el gesto de la reina cuando, en un viaje oficial a Arabia Saudí, se atrevió a ir con la cabeza descubierta y a lucir en todo momento ropa occidental de colores vivos (incluso pantalones). Fue un gesto valiente, ya que se paseó por todo el país vistiendo lo que allí se considera una vestimenta pecaminosa. Después del ejemplo de la reina, el ministro de Justicia López Aguilar siguió por buen camino, suspendiendo una conferencia que tenía previsto pronunciar en en la Universidad islámica Imam de Riad. El motivo de la decisión del ministro fue que, al ser un centro exclusivamente masculino, está prohibido en él la presencia de mujeres, con lo que cuatro periodistas que acompañaban a la delegación española no podían asistir. Habría que decir más bien que los que suspendieron fueron acto son los árabes, ya que si en el tira y afloja previo  hubieran cedido en dejar asistir a las periodistas, el acto se hubiera celebrado como estaba previsto. De todas formas, en su momento me pareció más valiente el gesto de la reina, por ser la primera y por ser mujer.

Qué lástima de que con tan buenos principios, hayamos llegado a lo que hoy tenemos.

Actualización: ¡¡¡AIDO HA ABIERTO LA BOCA!!! Ha dicho “profundizar en esta polémica no nos llevará a ninguna parte”.

244. El retrato

Hace poco más de un año escribí un post sobre las mujeres de mi familia, en el que esbozaba una teoría sobre por qué la mayoría de ellas fueron unas mujeres muy poco corrientes para su época, independientes, casi todas solteras, grandes viajeras, al margen de las modas dominantes y nada frívolas o insustanciales, sobre todo teniendo en cuenta el ambiente en el que habían sido educadas.

En aquel post hablaba de la tía M., hermana de mi abuelo, que se permitió el lujo de dar calabazas una y otra vez a uno de los hombres más ricos de España por no perder su libertad de movimientos y su independencia. Hoy contaré una historia sobre otra tía M., a la que yo conocí durante gran parte de mi vida, pues murió hace pocos años.

¿Qué haría hoy una chica de 18 años si recibiera una enorme cantidad de dinero de una tía riquísima y pudiera gastárselo en lo que quisiera? Probablemente viajaría, se compraría un coche, montones de ropa y quizás hasta una casa.

Cuando M. tenía 18 años recibió de una tía suya la cantidad de 200.000 pesetas, que ahora parece una tontería pero que en 1928 daba para comprar varias casas, por ejemplo, o una finca en el campo. Cuando en su casa le preguntaron qué iba a hacer con ese dinero, M. contestó que quería que Zuloaga le pintara un retrato. Pensaron que era un capricho que pronto se le olvidaría, y le insistieron una y otra vez, a lo que M. siempre contestaba lo mismo. Le propusieron que invitara a varias amigas a hacer un viaje por Europa, y M. a vueltas con el retrato. Al final se convencieron de que la niña estaba decidida y se pusieron en contacto con Falla, amigo de la familia y gran amigo de Zuloaga, para que hiciera gestiones ante el pintor. Zuloaga se extrañó mucho de que una chica de 18 años estuviera tan empeñada en que le pintara un retrato. Era un pintor famoso, pero lo normal es que fuera un padre o un abuelo quien le pidiera que le pintara un retrato a una hija o una nieta, y que ésta lo considerara una pena de dinero gastado.

Zuloaga aceptó el trabajo pero no se lo puso fácil a M., haciéndole saber que la pintaría en su estudio de París. La chica no se amilanó y buscó la manera de trasladarse a París con otra tía suya que tenía en esa ciudad un piso, para pasar allí los meses necesarios para pintar el retrato.

 Cuando M. llegó por primera vez al estudio de Zuloaga, éste le enseñó un buen número de trajes que tenía allí para que eligiera uno para posar, y M. eligió uno azul. Zuloaga intentó convencerla una y otra vez para que eligiera otros vestidos, porque el azul no era un color que se le diera muy bien. Pero M. no había llegado hasta ese momento para dejarse convencer fácilmente, y no cedió. Al final fue el vestido azul.

Las sesiones de posado se prolongaron tres meses, y cuando la pintura estuvo terminada Zuloaga había quedado tan encantado con el retrato que le dijo a M. que había decidido quedárselo para él. Pero ya sabemos que ella, a pesar de su juventud, era tremendamente decidida. Y con una firmeza impropia de una chica de esa edad, sobre todo en una época en la que a las mujeres se las educaba para que fueran dóciles y manejables, no dio ni un paso atrás. La chiquilla de buena familia, pero de ciudad pequeña, frente al gran artista, estuvo firme como una roca.

Zuloaga, que después de varios meses de trato constante con ella ya debía conocerla bien, se resignó a dejar ir la que pensaba que era su obra favorita. Y le pidió un favor: que si podía volver a ver el cuadro alguna vez. M. le dijo que cuantas veces quisiera verlo, lo tenía a su disposición. Así que, de tanto en tanto, Zuloaga anunciaba que se iba a ver “a su novia de Cádiz”, que no era M., sino el retrato. Pasaba varios días en la ciudad, y cada día se acercaba a casa de M. para contemplarlo un rato.

Yo conocí a M. cuando ya era una señora madura, y siempre me pareció una persona extraordinaria. Cultísima, amable, educada, refinada, de conversación interesante. La lógica continuación de aquella chica de 18 años que, con una gran cantidad de dinero entre sus manos, sólo quería tener un retrato pintado por Zuloaga. De todas las poco corrientes mujeres de la familia, aquella a la que yo siempre quise parecerme.

Cuando murió hace unos años dejó en su testamento el retrato de Zuloaga al Museo de Cádiz, y allí está expuesto. Pero sólo unas pocas personas de la familia conocen la historia del cuadro. Ahora vosotros también la sabéis.

miércoles, 1 de enero de 2020

Mi padre y el moroso


 En un día como hoy, media España está durmiendo, y los que no han tenido más c******ones que levantarse de la cama, andan por ahí como zombies. En un día como hoy, mi padre se levantaba a lo hora de costumbre, se vestía como siempre hizo para ir a trabajar, siempre con traje, y se acercaba al garaje donde tenía alquilada una plaza para aparcar el coche, para pagar la mensualidad de enero. Por supuesto era el primero y, probablemente el único en hacerlo, él lo sabía. Sabía que el dueño del garaje no esperaba que nadie más lo hiciera eses día, aunque fueran allí a sacar el coche, y mucho menos aún  ir expresamente sólo a pagar. El garaje, no sé por qué, era lo primero, y después el recibo del casino y el de la cofradía de la que era hermano. 

El caso es que, cuando se sentaba a almorzar, ya había pagado todos sus recibos mensuales, los que dependían de él y no de la domiciliación bancaria. Mi padre era una rara avis  en España, donde lo que abunda es el moroso. El moroso es más típico de España que la flamenca y el torero. El moroso tiene su personaje de tebeo, el que vive en el ático de 13, rue del Percebe y también su película: ¡No firmes más letras, cielo!, del año 1972, dirigida por Pedro Lazaga y protagonizada por Alfredo Landa. El moroso  es un personaje nacional, uniformemente distribuido por toda la geografía nacional. El moroso habla castellano neutro, no tiene acento, no está asociado a ninguna región, queda fuera de todos esos tópicos: el catalán rácano, el baturro, cabezón, el sevillano grasioso, el moroso es de todas partes y de ninguna en especial. El moroso es español, a secas.

El moroso se endeuda por cualquier motivo. El moroso no entiende lo que significa vivir con lo que se tiene. Mi abuela materna tenía para eso una frase hecha  muy gráfica: no estirar el brazo más que la manga. El moroso estira, estira y estira como si tuviera un brazo de plastilina. El moroso se endeuda para casarse, y para celebrar todo lo celebrable: desde el bautizo de sus hijos hasta cualquier cosa que se os ocurra. El moroso se morirá moroso, dejando a sus hijos un buen puñado de deudas. Sus hijos, que han visto a su padre esquivar a los cobradores toda la vida, hacen lo mismo, y las deudas pueden durar generaciones y generaciones. Y si no tiene nada que celebrar, se compra un coche nuevo o una segunda vivienda, da igual.

Yo, como, al contrario que los hijos del moroso, he visto otra cosa, he hecho siempre lo que vi hacer. Mi padre murió un 11 de octubre. Cuando llegó mayo, fui como siempre a la Delegación de Hacienda a hacer la declaración del IRPF. Cuando terminé le dije al funcionario que me atendía. Y ahora quiero hacer la de mi padre, que murió el pasado 11 de octubre. Llevaba preparado todo lo necesario, desde una fotocopia de DNI hasta un certficado de defunción, como comprobante de la fecha de la muerte, fecha en la que cesan las obligaciones fiscales. El chico se sorprendió mucho, supongo que nunca había ido nadie a hacer la declaración de la renta de un fallecido. Se levantó de la mesa y habló unos segundos con otro compañero, Supongo que para preguntarle el procedimiento. Volvió, rellenó los impresos, y le dicté el número de la cuenta bancaria donde debía cargar la cantidad que resultaba a pagar. en estos días en que un montón de gente dice sentirse muy triste por la visión de la silla vacía en la mesa. Yo no recuerdo a mi padre porque no pueda estar dándose atracones de comida en una cena, pero cada 1 de enero lo recuerdo sorprendiendo al vigilante del garaje por su formalidad a la hora de cumplir sus obligaciones. Y estoy segura de que así es como le gustaría que lo recordaran, y no comiendo un cochinillo a dos carrillos.