martes, 18 de febrero de 2020

¡A buenas horas, mangas verdes!

 Se emplea la expresión como reproche a alguien que llega tarde para ayudar a otra persona, que hace algo a destiempo, o para aludir a una persona que dice algo fuera de tiempo y de lugar.

Se remonta la expresión a finales del siglo XV, cuando los Reyes Católicos fundan el cuerpo de los cuadrilleros (llamados así por llevar como arma el cuadrillo, una flecha   de punta piramidal que se disparaba con una ballesta pequeña) de la Santa Hermandad, que era una especie de policía rural destinada a socorrer a la gente de los pueblos y perseguir, juzgar y castigar los delitos que se cometieran fuera de las ciudades. El uniforme de los cuadrilleros era una casaca cuyas mangas verdes asomaba bajo un chaleco de piel.

Al parecer, dicho cuerpo no tenía a gala precisamente la puntualidad. En muchos textos de la época se alude precisamente al retraso con el que llegan a dar socorro.

domingo, 16 de febrero de 2020

Paisanos ilustres

Hoy me voy a atrever a algo nuevo. Nunca me he considerado suficientemente preparada o informada como para comentar libros. Pero, al fin y al cabo este blog es casi mi secreto.Pocos lo leen, nadie deja comentarios, pocos  vienen por aquí, así que puedo escribir lo que se me antoje sin miedo a quedar mal o al ridículo.

Que conste que esta entrada refleja tan solo mi opinión, mis gustos, mis simpatías o antipatías, mis intereses y no se le debe dar más importancia que a eso.

No soy una autoridad, sólo alguien que aprendió a leer a los 4 años y desde entonces no ha parado, que por obligaciones tuvo que leer algunos libros muy espesos (Recuerdo con especial  sufrimiento Laocoonte. de Gotthold Ephraim Lessing, lectura obligatoria en 4º de carrera, en la asignatura Arte Clásico, un tostonazo sobre las fronteras de la pintura y la poesía escrito por un alemán del siglo XVIII, creo que filósofo). Por eso, ahora que las circunstancia me han privado de muchos hobbies, he decidido que sólo me apetecen lecturas más ligeras, fundamentalmente novelas policíacas e históricas, algo de divulgación científica y alguna novela romántica de tarde en tarde..

Con este libro cuya portada os muestro, he ido a colmar una curiosidad que tenia desde hace años sobre uno de mis más ilustres paisanos.El personaje merece de sobra dedicarle el tiempo necesario a leer este libro.

 Lucio Cornelio Balbo (llamado el mayor, para distinguirlo de su sobrino del mismo nombre fue un riquísimo comerciante y banquero gaditano de familia de origen cartaginés. No se conoce su fecha de nacimiento, ni hay un retrato suyo, pero podemos situarlo sabiendo que fue contemporáneo de César y Pompeyo. ) Conoció a Pompeyo durante las guerras sertorianas y tuvieron una gran amistad. Balbo consiguió la ciudadanía romana, extensible a toda su familia. Después de la guerra se traslada a Roma, donde alcanzó gran influencia. Vinculado también a Julio César, su inteligencia y su fortuna facilitó el triunvirato de César, Pompeyo y Craso. Se encuentra en la primera línea de la alta política. Y cuando Cesar, terminado el triunvirato, marcha a Galia como proconsul. Balbo va con él con el cargo de praefectus fabrum. Consiguió la ciudadanía romana para todos los gaditanos. En el año 40 a. C. obtuvo el consulado, máximo cargo en Roma, siendo el primer no itálico en conseguirlo. Al retirarse de la política se dedicó a apoyar a su sobrino. No se conoce la fecha de su muerte, pero debía ser inmensamente rico, pues dejó en su testamento a cada cuidadano romano 20 denarios de plata.

Teatro romano de Cádiz
construido por Balbo al mayor
 Fue generoso con su ciudad de origen, amplando Gades y su puerto con la llamada Neapolis, donde se ubica el teatro de Balbo, segundo teatro más grande de la Hispania romana y más antiguo de todos, construido con gran lujo de materiales y en cuya excavación trabajé durante varias campañas. Posiblemente también le debamos la construcción del acueducto que traía el agua a la ciudad y que terminaba en unos extraordinarios depósitos, famosos por sus espléndidos mosaicos.

El sobrino también tiene su historia. Fue el primer no itálico al que se le concedió, por su victoria sobre los garamantes, un triunfo en Roma, que era lo máximo a lo que podía aspirarse. Con el botín de esa victoria construyó varios edificios públicos en Roma y en Gades ensanchando la ciudad y su puerto, y escribió un tratado sobre cuestiones religiosas llamado Exegeticon, y una tragedia, Iter.


Como ocurre con su tío, no se conoce la fecha de su muerte. 

Ser más listo que Cardona

Castillo de Cardona, hoy dia parador de turismo
En 1363, el rey aragonés Pedro IV, llamado el Ceremonioso, hizo asesinar a su hermanastro, el infante don Fernando, por creerlo cabecilla de una conspiración contra él.

El vizconde de Cardona, íntimo amigo de don Fernando, dedujo que la próxima muerte sería la suya y huyó rápidamente desde Castellón a su castillo de Cardona, en Barcelona, con lo que evitó su muerte.

La rápida reacción de Cardona quedó en la lengua coloquial como signo de astucia.

sábado, 15 de febrero de 2020

La primera amante oficial de un rey francés

Retrato de Agnes Sorel
 La primera amante oficial de un rey francés fue Agnes Sorel, amante de  Carlos VII de Francia.

No significa que los anteriores soberanos no tuvieran amantes; significa que no estaban reconocidas.  Agnes Sorel era la amante oficial,  con el beneplácito de la reina María de Anjou,  porque la reina probablemente pensó: "Mejor ella, una mujer sensata, que cualquier otra ansiosa de poder. y fue aceptada por la corte. Era joven, bella e inteligente. El rey y  ella tuvieron tres hijas: María, Carlota y Juana.. Cuando estaba embarazada de su cuarto hijo, salió de Chinon en pleno invierno para reunirse con Carlos en la campaña de 1450 en Jumièges, para servirle como apoyo moral. Allí, enfermó de repente y falleció, oficialmente de disentería, pero la sospecha de asesinato siempre estuvo presente, aunque no había medios para probarlo. Cuando los hubo, se exhumó el cuerpo, fue analizado por expertos y se comprobó que la causa de la muerte fue un envenenamiento por mercurio. Lo que no se podía saber es si el mercurio le fue administrado con intención de matarla o lo tomó accidentalmente. En aquella época el mercurio se usaba mucho: en maquillaje, como purgante, además de ser un veneno habitual.


Se supone que Agnes fue modelo para esta Virgen
pintada por Fouquet 
Una pena que acabara envenenada la amante más lista que ha tenido la corte francesa. Ya se sabe, las peores amantes son las que piensan.Sospechosos no faltaban:  El hijo de Carlos, el futuro rey Luis XI, había estado en rebelión pública contra su padre durante cuatro años. También se pensó en financista francés, noble y ministro Jacques Coeur.











Fuentes:
- Pequeñas historias de la historia, de Nieves Concostrina
- Wikipedia



Washington no fue el primero


Cualquier lista de presidentes de los Estados Unidos de América comienza por George Washington en 1789. Si nos ponemos en un plan estricto, estricto, sería así. Pero resulta que Estados Unidos se convirtió en nación en 1.781. ¿Quién gobernó el país en esos años?

Cuando en 1.776 las trece colonias proclamaron la Declaración de Independencia, comenzaron a referirse a las colonias como estados y a ellos como a “Representantes de los Estados Unidos de América”. Sin embargo, esto era más bien descriptivo y no una designación formal.

Cuando las colonias se proclamaron independientes comenzaron a crear una estructura de funcionamiento, pero sin una autoridad central tan poderosa que pudiera hacerse tan opresiva como la monarquía británica, a la que se habían opuesto. Reconocieron la necesidad de un Congreso, un consejo de administración central, pero tenían claro que el Congreso y los Estados debían ser iguales en soberanía.

Estos hombres cultos escogieron sus palabras con todo cuidado y las frases de sus documentos quieren decir exactamente lo que dicen. El documento en el que trabajaron se refiere a “una Confederación”, una liga voluntaria de estados. El artículo I llama a la Confederación “los Estados Unidos de América”.

El 15 de noviembre de 1.777 fueron aprobados los Artículos de la Confederación y la Unión Perpetua, el primer documento de gobierno de los Estados Unidos. Debido a los distintos problemas territoriales, pasaron tres años y medio hasta que los trece estados ratificaran el documento, siendo Maryland el último, el 2 de febrero de 1.781.

Este documento creó la oficina del presidente, para ser designado por un Comité de los Estados y limitado a un término de un año. Los deberes presidenciales incluían presidir el Congreso, la ejecución de leyes, tratados y órdenes militares, la recepción de dignatarios extranjeros y otras funciones rutinarias.

El Congreso, del que George Washington formaba parte, eligió como primer presidente, de forma unánime, al primer candidato, John Hanson, el 5 de noviembre de 1781.

John Hanson, entre otras cosas, ordenó la marcha de todas las tropas no americanas del suelo de los trece estados, quitó todas las banderas presentes de los países colonizadores y estableció el Gran Sello de los Estados Unidos, con el que todos los presidentes aún firman sus documentos a día de hoy. También estableció el primer Departamento del Tesoro, el primer Secretario de Defensa y el primer Departamento de Relaciones Internacionales. También fue el presidente que declaró el cuarto jueves de noviembre como el día de Acción de Gracias.

Su mandato terminó el 4 de noviembre de 1782, porque la duración del cargo estaba limitada a un año. Los sucesores de Hanson fueron Elías Boudinot, Thomas Mifflin, Richard Henry Lee, Nathaniel Gorham, Arthur St. Clair y Cirus Griffin.

En 1787 se propuso un nuevo documento de gobierno, la Constitución de los Estados Unidos, que sería ratificada en 1.788. Así, George Washington pasaría a ser el octavo presidente de Estados Unidos y primero bajo la Constitución, en 1789.

viernes, 14 de febrero de 2020

a calvo ad calvum

 Calígula era un calvo vergonzante. Tenía un terrible complejo por ello, y se componía sus cuatro pelos con cuidado, de forma que cubrieran lo más posible su cabeza (estilo Anasagasti). Estaba castigado con la pena capital mirarlo desde arriba, y le daba tanta rabia ver que otros a su alrededor tenían buen pelo que era frecuente que les ordenara cortárselo. Probablemente Calígula no hubiera resultado atractivo aunque hubiera tenido abundantes y preciosos rizos, porque su problema no estaba en la calva, precisamente. Sus retratos era cuidadosamente censurados, de forma que las entradas quedaran tapadas por coronas u otros accesorios.

Además de la alopecia, Calígula tenía otros complejos por su físico, debido a una implantación muy baja del pelo occipital que le cubría buena parte de la nuca y cuello (una característica genética de la familia Julia-Claudia, ya que tanto Tiberio como Claudio presentaban este rasgo). Todo esto le daba una cierta apariencia caprina, que había sido motivo de chanzas y burlas en su juventud. Según cuenta  Suetonio  Calígula no permitía que nadie lo mirara desde lo alto, ya que se veía claramente su calvicie. Tampoco permitía que nadie osara mirar fijamente a sus despobladas sienes ni que se pronunciara cerca de él la palabra "cabra", cosa que consideraba un delito capital, que no dudaba en castigar con desproporcionada dureza.

Su complejo con la calvicie se hizo evidente de una forma cruel. Calígula estaba en una cárcel para elegir prisioneros que serían arrojados a las fieras en unos juegos circenses y, con los presos puestos en fila ante él, sin molestarse en examinar los expedientes, decidió que fueran todos arrojados a las fieras. “Desde el calvo hasta el otro calvo”, dijo. Como los dos calvos aludidos eran el primero y el último de la fila, de eso resultó que todos los prisioneros fueran condenados a ese horrible final.

De esa forma "a calvo ad calvum" quedó como frase hecha con el significado de “del primero al último”.

miércoles, 12 de febrero de 2020

"Del hecho al dicho" viaja fuera de España

Los asiduos a este blog conocerán la existencia de la sección "Del hecho al dicho" (para ver todas las entradas de este tema, en la lista de etiquetas que aparece en el menú de la derecha se puede filtrar haciendo click en el nombre de la etiqueta). En estas entradas explico el hecho histórico que da a origen a muchos dichos y frases hechas. Algunos son reales y otros legendarios, pero incluso estos se suponen protagonizados por personajes históricos reales. Hasta el momento, me había limitado a España (Ancha es Castilla, Hacerse el sueco) Pero me he preguntado ¿Por qué limitarme a España? Empecé en la enseñanza  dando clase de la asignatura Cultura clásica, una asignatura optativa que poe entonces existñia en 2º y 3º de BUP,  por lo que conozco muchos ejemplos relacionados con Grecia y Roma, así que esta sección será, en adelante "universal".

Muchos años antes de que Julio César paseara al líder celta Vercingetorix cargado de cadenas en su triunfo tras la conquista de la Galia, los vaivenes de la historia depararon a los romanos un sustito en su propia casa.

Breno, escultura que adornaba un navio francés del siglo
 XVIII o XIX
 En el año 387 a, C., un ejército de galos, dirigido por Breno, jefe de la tribu de los susones, tras invadir Italia, se enfrentaba a los romanos en la batalla de Alia. La batalla terminó en derrota romana. Los galos continuaron hasta llegar a las puertas de Roma. La población, despavorida, abandonó sus casas y se refugió en una fortaleza en la colina del Capitolio. Los celtas ocuparon la ciudad, saquearon y quemaron parte de la misma. A diferencia de la mayoría de la población, los jefes de las familias patricias, según Tito Livio, vestidos con sus mejores galas, esperaron a los feroces invasores sentados majestuosamente en los vestíbulos de sus casas. Los galos quedaron impresionados pensando que asemejaban dioses. Uno de ellos, tímidamente, tocó la barba de uno de ellos que, ofendido por el gesto, le golpeó con su bastón en la cabeza y casi le parte el cráneo. A partir de ahí se desató el furor de los galos y hubo una matanza. Los galos ocuparon toda la ciudad,excepto el Capitolio,  saqueando y quemando. Se negoció con ellos y Breno acordó marcharse a cambio de un rescate de mil libras (unos 327 kg,) de oro. Los romanos acudieron con el oro y se inició el pesaje Los romanos sospecharon que los galos estaban usando pesos trucados y protestaron a Breno, que arrojó su espada sobre los pesos, obligando así a los romanos a poner más oro, para compensar, al tiempo que exclamaba "Vae victis", ¡Ay de los vencidos!. La expresión se usa para hacer notar la impotencia del vencido ante el vencedor, sobre todo en las negociaciones entre ambos. Algo así como que el vencido no puede pedir ni esperar clemencia del vencedor.

Los historiadores antiguos, Tito Livio, Plutarco, Polibio, Dión Casio... no se ponen de acuerdo sobre si esta anécdota ocurrió o no, Algunos la afirman y otros la ignoran. Tito Livio, incluso, se contradice  según la obra suya que consultemos.

Sea como fuera, esta invasión de la ciudad quedó grabada en la memoria de los romanos, que durante siglos tuvieron terror a los galos. Cuando, durante el Primer Triunvirato, Pompeyo y Craso, temerosos de que César se hiciera con demasiado poder, decidieron alejarlo de Roma, no pusieron impedimentos para que César fuera designado  procónsul de las provincias de Galia Transalpina, Iliria y Galia Cisalpina, pensando que Cesar no podría con los galos y que la Galia sería el fin de su carrera hacia el poder, si no su tumba. El tiempo demostró cuánto se equivocaban.




viernes, 7 de febrero de 2020

Una aguja en un pajar


He escrito sobre series de televisión dos veces en este blog: sobre Los Tudor y El ala oeste de la Casa Blanca. En la primera para señalar la gran cantidad de errores históricos que contiene y en la segunda para opinar sobre personajes, situaciones y tramas que me parecieron ridículas. Pero no soy tan exigente que no pueda encontrar una serie  del género histórico que no vea con agrado. Eso me ha sucedido con Los Medicis: Señores de Florencia, y eso a pesar de que el propio  guionista, Frank Spotnitz (el hombre detrás de series como The Man In the High Castle, Crossing lines y otras) reconoce lo siguiente: La serie parte de un hecho inexistente. Comienza con la muerte de Juan de Medicis, pero en seguida se plantea que fue envenenado. Pero Juan de Medicis no fue asesinado. El guionista se explica de la siguiente forma en una entrevista: “No es ningún secreto que hemos inventado ciertas cosas”.

El primer episodio comienza con la muerte de Juan de Medicis y en seguida se insinua que fue envenenado rociando con cicuta las uvas que acostumbraba a tomar en sus visitas a una viña. Pero Juan de Medicis no fue envenenado. El guionista se explica en una entrevista de la siguiente forma:Un comienzo emocionante habría sido con Lorenzo el Magnífico, que tiene una vida fantástica, así que pensamos que teníamos que empezar próximos al principio de la saga, con Giovanni. Pero no podíamos encontrar drama suficiente en la vida de Giovanni. De repente se nos ocurrió la idea de preguntarnos qué pasaría si fuese asesinado, realmente no estamos del todo seguros de que haya sido así. Pero si hubiera sido asesinado se crea una veta en la historia que nos permite hablar de quién era Giovanni, pero también convertirlo en un misterio de asesinato y en la saga de una familia que intenta entender quién mató a su padre. Esto abre mucho la historia porque estarían interesadas personas que no están interesadas en los Medici."
  De cualquier forma, viendo la serie se puede hacer uno una idea bastante exacta de lo que era llegar y ostentar el poder en la Italia del Renacimiento: asesinatos, sobornos y chantajes eran moneda común entre las familias que conspiraban unas contra otras y juntas contra las ciudades vecinas. El guionista se plantea que si ser exactamente fiel a los hechos históricos va a llevar a los espectadores al aburrimiento, quizás no sea tan negativo introducir ciertas libertades a la hora de escribir el guión, si con ello se abre a un grupo mucho más amplio de espectadores.

Por otro lado, la serie cuenta con la ventaja de que les han dejado rodar en escenarios reales: en Florencia han tenido acceso a la catedral, al baptisterio, con todas las facilidades.El propio alcalde les hizo una ruta. Han rodado  en lugares de la Toscana, Montepulziano, Pienza, que tienen el mismo aspecto que en el siglo XV. Hay algo de imagen por ordenador en la serie,  pero también hay muchos planos que son tal cual, limpios, sin generación por ordenador y la verdad es que tienen aspecto del siglo XV.

En cuestión de actores, la serie también destaca. Dustin Hoffman, que encarna a Juan de Medicis, que  aunque muere al inicio del primer capítulo, aparece en numerosos flashbacks. A él se suma otro excelente actor como el británico Brian Cox. No opinan lo mismo los críticos de Richard Madden, actor al que encuentran inexpresivo y de pocos registros en su papel de Cosme, hijo de Juan de Medicis. Muchas alabanzas está recibiendo, en cambio, Annabel Scholey en el papel de Contesinna Bardi, esposa de Cosme de Medicis.

Si la serie se estira hasta llegar a Lorenzo el Magnífico y mantiene lo que de bueno he visto hasta ahora, puede ser memorable.




martes, 4 de febrero de 2020

El deportista mejor pagado de la historia (y era hispano)



Las carreras de carros se celebraron durante al menos mil doscientos veinticinco años. La primera que se puede fechar se celebró en Olimpia en el año 680 a.C.: entonces los cocheros se llamaban hipótai. Y fue Totila, rey ostrogodo, quien las suprimió en el 545 d.C., cuando los conductores de carros del circo eran llamados agitatores.  Pero, además del nombre, muchas otras diferencias separaban a las carreras griegas y a las romanas. En Grecia, la pista de carreras era un espacio plano sin spinna o murete central, ni pretensiones monumentales, en el mundo romano los circos llegaron a ser enormes construcciones, cuya spinna estaba profusamente decorada con esculturas y hasta obeliscos. Los  griegos, vestían camisolas de manga corta, que les llegaban a los tobillos, mientras que los romanos  iban con casco, faldellines y con las piernas vendadas; en Grecia, se daban nueve o doce vueltas a la pista, mientras que en Roma, solo siete. En Grecia, caballos y carros pertenecían y representaban a sus dueños, aristócratas y reyes, que eran quienes cosechaban la gloria de los triunfos; en Roma las factiones eran auténticas empresas participadas por mucha gente, que se identificaba con su color.

En Roma se celebraron juegos circenses más de un tercio de los días de un año. Cada factio contaba con varios conductores en nómina y en una carrera participaban uno o dos de cada equipo. Un auriga podía participar en unas diez carreras a la semana. Durante la celebración de las grandes competiciones, las ciudades quedaban desiertas y en silencio: todo el mundo estaba en las carreras y patrullas militares recorrían las calles para evitar el pillaje.

En las carreras de cuadrigas compitieron normalmente cuatro factiones, cada una con su color distintivo: (factio albata, factio veneta, factio prasina y factio russata (bando blanco, azul, verde y rojo, respectivamente). Constituían verdaderas empresas en las que había enormes capitales invertidos en caballos, carros, sueldos de corredores, establos, empleados, manutención, traslados, cuidados de bestias y hombres, etc. Los aurigas eran gentes a sueldo, verdaderos profesionales, diríamos hoy. Esclavos a veces, pero no siempre. Los premios se distribuían entre ellos y la empresa. De ahí la importancia de hacer buenos fichajes: aurigas, entrenadores y caballos eran objeto de un agresivo comercio. Y los vemos pasar de una a otra factio a lo largo de su carrera deportiva. Los romanos era muy supersticiosos, hombres y caballos se protegían con amuletos contra los hechizos y aojamientos… que a su vez lanzaban contra sus contrarios. Así, por ejemplo, los cascabeles  eran antídotos contra  brujerías. Y lo mismo puede decirse de los tatuajes de los aurigas.Por los alrededores de los circos merodeaban astrólogos, corredores de apuestas, informadores, magos y brujas.

Tablilla de maldición encontrada en Hadrumentum (Túnez)

La tablilla, de plomo, mide 11 por 9 centímetros. Por una cara se encuentra el siguiente texto, transcrito y traducido por J. Sanguino Collado:
Adiuro te demon qui/cunque es et demando ti/bi ex anc ora anc di/e ex
oc momento, ut equos / prasini et albi crucies / ocidas, et agitatore
Cla/rum et Felice et Primu/lum ocidas/collida, neque spiritum
illis/lerinquas; adiure te / per eum qui te resoluit / temporibus deum
pelagi/cum aerium Iaw Iasdaw / ooriw…ahia.
Te conjuro, demonio, quienquiera que seas y te pido que desde esta hora, este
día, desde este momento, torture y mates a los caballos de los Verdes y de los
Blancos, y hagas chocar y mates a los aurigas Claro, Félix, Prímulo y Romano y no
dejes ni el espíritu para ellos, te conjuro a través de éste que te desligó para
siempre, el dios del mar y del cielo Iaw Iasdaw ooriw…ahia.
En la otra cara hay grabado un demonio, con cresta de gallo, de pie sobre una
pequeña barca, que porta en las manos una copa y un incensario.

 Y se podían conseguir ciertas tablillas de plomo garabateadas con símbolos y palabras siniestras que garantizaban cojeras de caballos y roturas de ejes de carros. La fé, del signo que sea, siempre ha movido montañas. Y negocios. Este oscuro comercio estaba perseguido y muy severamente castigado por las
autoridades. Pero las medidas represoras debieron tener una eficacia limitada, porque se han encontrado abundantes testimonios arqueológicos, que hoy se exhiben en las vitrinas de los museos.

El más famoso de los aurigas romanos, ídolo de multitudes, fue, Cayo Apuleyo Diocles, que  según una inscripción que enumeraba todos los triunfos obtenidos durante su carrera, era  un natione hispanus lusitanus, es decir, hispano lusitano de nación, sin que se conozcan más detalles sobre su lugar de origen.

Sus admiradores levantaron una inscripción con un resumen de toda su carrera que debió estar en los alrededores del circo de Nerón. El original no se conserva, pero sí varias copias, lo que permite reconstruir el texto:

Cayo Apuleyo Diocles, auriga de la facción roja, de nación hispano lusitano, con 42 años, 7 meses y 23 días. Corrió por primera vez en la facción blanca, siendo cónsules Acilio Aviola y Cornelio Pansa (122 d.C.). Venció por primera vez en la misma facción siendo cónsules Manio Acilio Glabrión y Cayo Belicio Torcuato (124 d.C.). Corrió por primera vez en la facción verde siendo cónsules Torcuato Asprenate por segunda vez y Anio Libón (128 d.C.). Ganó por primera vez en la facción roja siendo cónsules Lenas Ponciano y Antonio Rufino (131 d.C.), condujo cuádrigas (durante) 24 años. Salió de la puerta 4.257 (veces). Venció 1.462 (veces), 110 a pompa. Venció en singulares 1.064 veces, de entre ellas 92 premios mayores: el de 30.000 (sestercios) 32 (veces), tres de ellas con tiro de seis caballos; el de 40.000 28 (veces), dos de ellas con tiro de seis caballos; el de 50.000 29 (veces), dos de ellas con tiro de siete caballos; el de 60.000 tres veces; en los desafíos de dos carros 347 (veces), 4 de ellas con un tiro de tres caballos, (el premio de) 15.000 sestercios; en los de tres carros venció 51 (veces). Consiguió los honores en 1.462 carreras, segundos 861 (veces), terceros 576, cuarto una vez con premio de 1.000, y salió en vano 1.351 veces. En la facción azul venció 10 (veces), en la blanca 91, de ellas dos con premio de 30.000 sestercios. Obtuvo una ganancia (total) de 35.863.120 sestercios, y además ganó con tiros de dos caballos miliarios (que ya habían ganado 1.000 carreras) 3 (veces), 1 (de ellas) en los blancos y 2 en los verdes. Tomó la delantera (desde el inicio) y venció en 815 (ocasiones), quedó retrasado (y luego) ganó en 67, perdió la delantera (la recuperó y) ganó en 36. En otros géneros ganó 42 (veces). Adelantó a todos (saliendo último) y venció 502 (veces), 216 en los verdes, 205 en los azules (y) 81 en los blancos. Hizo centenarios a 9 caballos y bicentenario a 1. Sus distinciones (...) cuando un año ganó con un tiro de cuatro caballos por una cabeza (de ventaja) dos veces y adelantando a todos (saliendo último) dos veces. Según consta en las actas (del circo) Avilio Terencio, de su facción, fue el primero que venció 1.011 (veces), desde lo cual muchos (también) vencieron (...) Diocles, el año que (obtuvo) por primera vez 100 victorias consecutivas, fue vencedor 103, (y) venció en singulares 83. Además de esto, aumentando la gloria de sus títulos, superó a Talo, de su facción, que por primera vez en la facción roja (...) Diocles, el más eminente de todos los aurigas, venció en un año 134 (veces) cediendo el inicio (¿dando ventaja?), en singulares 118, títulos que lo elevan por encima de todos los aurigas que jamás corrieron en los certámenes de los juegos circenses. Todos repararon y admiraron el mérito de que, cediendo el inicio y con un tiro de dos caballos, llevando en su yugo a Cotino y a Pompeyano, venciese 99 (veces), 1 (con un premio de) 60.000 (sestercios), 4 de 50.000, 1 de 40.000 y 2 de 30.000 (...) de la facción verde, venció 1.025 (veces), el primero de todos desde la fundación de la ciudad que venció en 7 carreras de 50.000 sestercios. Diocles le superó y venció 8 veces con tres (caballos), llevando en su yugo a Abigeio, Lúcido y Parato. Así mismo superó a Comunis, Venusto y Epafrodito, tres aurigas miliarios de la facción azul que ganaron 11 (veces) en (premios) de 50.000 sestercios. Diocles, con dos (caballos), Pompeyano y Epafrodito, venció en (premios) de 50.000 (sestercios) ¿12? (veces) (...) de la facción verde, vencedor 1.025 (veces), Flavio Escorpo, vencedor 2.048 (veces), Pompeyo Musculoso, vencedor 3.559 (veces), tres aurigas que (en conjunto) vencieron 6.632 (veces), 28 de ellas de 50.00 sestercios (...) Diocles, el más eminente de todos los aurigas, ganó 1.462 (veces), 29 (de ellas) de 50.000 sestercios. Con nobilísimo esplendor brilla Diocles. Si Fortunato, de la facción verde, con el (caballo) vencedor Tusco, ganó 386 (veces), 9 (de ellas) de 50.000 sestercios (...) Diocles, con el (caballo) vencedor Pompeyano, ganó 152 (veces), 10 (de ellas) de 50.000 sestercios y 1 de 60.000. Diocles descolló con nuevas proezas y marcas nunca antes registradas, como ganar en un día dos veces (un premio) de 40.000 sestercios con un tiro de seis caballos, y, aún más, (...) con un tiro de siete caballos uncidos entre sí, espectáculo nunca visto hasta entonces con ese número de caballos, venció en un certamen de 50.000 sestercios, y descolló vistorioso con (el caballo) Abigeio y sin látigo. Ganó en otros certámenes de 30.000 sestercios (...) como estas novedades se vieron por primera vez está doblemente ornado por la gloria. El que parece haber obtenido el primer lugar de entre los aurigas miliarios, Poncio Epafrodito, de la facción azul, solo ganó 1.467 (veces), 940 (de ellas) singulares, en tiempos de nuestro emperador Antonino Pío Augusto. Diocles ganó 1.462 veces, 1.064 (de ellas) singulares. En este mismo tiempo Epafrodito venció adelantando a todos (saliendo último) 467 (veces). Diocles venció adelantando a todos (saliendo último) 502 (veces). El auriga Diocles venció este año 127 (veces), con (los caballos) Abigeio, Lúcido y Pompeyano; Poncio Epafrodito, de la facción azul, venció con Búbalo 134 (veces); Pompeyo Musculoso, de la facción verde, con (...), venció 115 (veces). Diocles los superó, (y) ganó con Pompeyano 152 (veces), 144 (de ellas) singulares. Y, aumentando su gloria, ganó 445 (veces), 397 (de ellas) singulares, llevando en yugo a los cinco (caballos) Cotino, Gálate, Abigeio, Lúcido y Pompeyano

 La Provincia Lusitania comprendía los territorios entre el Duero y el Guadiana, la mayor parte de los que hoy son Portugal y Extremadura. Su capital, Emerita Augusta –Mérida-, contaba con uno de los circos más grandes del Imperio Romano, inaugurado, se supone, a mediados del siglo I: unos cincuenta años antes del nacimiento de Diocles, que ocurrió el año 104, en tiempos de Trajano Se suele decir que nació en Mérida, pero en realidad no se conoce su lugar de nacimiento. En el circo de Mérida obtuvo su primera victoria importante (compitiendo con la factio albata) y por ello se le suele llamar emeritense, pero no consta.

Lusitania era y es tierra de magníficos caballos. Quizás porque a sus yeguas, según cuenta
Columela, se creía que las fecundaba el viento: …vueltas hacia el Céfiro atraen hacia sí sus dulces brisas y a menudo, sin ninguna clase de cópula quedan preñadas del viento, cosa esta increíble de contar....

A falta del dato cierto, Diocles tiene una calle dedicada en Mérida.

Fuera o no el viento el autor de la preñez de las yeguas lusitanas, lo cierto es que sus crías tenían fama de ser muy veloces. Diocles nació, sin duda, en tierra de buenos caballos. Y de gran afición a las carreras, como atestiguan, aún hoy, las dimensiones de su circo. Pero además de contar con un entorno adecuado, debíó apuntar maneras desde niño, porque a los dieciocho años ya competía en Roma.

A partir de esa victoria en Mérida, Diocles saltó a la fama y fue "fichado" para competir en Roma, donde transcurrió el resto de su carrera, que sucedió  mayoritariamente durante el reinado de Diocleciano, hasta que se retiró con 42 años.

Veámos ahora la carrera de Diocles en cifras:

Durante veinticuatro años participó en 4.257 carreras, de las que ganó 1.462. Nueve de sus caballos lograron más de cien victorias. Alternando bajo el yugo en el centro de la cuadriga a Cotynus, Galata, Abigeius, Lucidus y Pompeianus obtuvo 445 victorias: Con Pompeianus entró vencedor 152 veces y consiguió premios por 560.000 sestercios. A lo largo de su carrera Diocles pasó por las cuatro facciones clásicas (blanco, verde, azul y roja). Posteriormente se crearon otras dos, la púrpura y la dorada, pero duraron muy poco- Finalmente dos fueron absorbidas por otras dos y solo quedaron la verde y la azul.  

Conducir un carro de cuatro caballos, incluso sin los alardes realizados por Diocles,  ya era muy complicado, porque, si bien los dos caballos del centro iban uncidos al carro, los dos de los extremos iban sueltos. Había que tener una habilidad extraordinaria para conseguir, sin tenerlos sujetos con nada, que no se desviaran. Además de difícil, era peligroso. Algunos aurigas se enrrollaban las riendas alrededor de la cintura  e inclinándose a un lado u otro dirigían a los caballos con el cuerpo. Pero esto entrañaba un peligro: si por accidente se producía un vuelco, los aurigas así sujetos a los caballo eran arrastrados por estos, lo que solía terminar con la muerte del auriga. La mayoría de ellos morían jóvenes. También por eso Diocles fue excepcional. Murió en Praeneste, en su cama, habiéndose retirado con 42 años, rico y admirado.Sus hijos,  Cayo Apuleyo Nimfidiano y Nimfidia, le dedicaron una estatua cuya basa tenía la siguiente inscripción:

C(AIO) APPVLEIO DIOCLI
AGITATORI PRIMO FACT(IONE)
RVSSAT(O) NATIONE HISPANO
FORTVNAE PRIMIGENIAE
D(onVm) D(edit)
C(aius) APPVLEIVS NYMPHIDIANVS
ET NYMPHYDIA FILII

Según subía en su carrera, Diocles continuaba asombrando al público con el "más difícil todavía". Venció conduciendo un carro tirado por siete caballos, compitió sin látigo, con caballos ajenos en el lado izquierdo, saliendo el último dando ventaja a todos… En fín, fue un mito y nadie, nunca, logró superar sus hazañas. Según los exactos datos epigráficos que se conservan, ganó 35.863.120 sestercios: una auténtica fortuna, para su época y para la nuestra. Se ha calculado la equivalencia de sus ganancias a la actualidad y ningún otro deportista de la historia, incluyendo los actuales ídolos del fútbol Ronaldo y Messi ha ganado tanto dinero como él. Se ignoran las circunstancias de su muerte; se cree que ocurrió en Praeneste, la ciudad a 40 km. de Roma donde se estableció tras retirarse, rico y en buena posición social.

FUENTES:

Wikipedia
Un milenio de cuádrigas: hipótai y agitatores. Juan Antonio Aycardo