viernes, 25 de diciembre de 2020

Beatus ille...


Esta mañana, como siempre, he mirado antes que nada mi correo. Y al encontrar un mensaje de una amiga, me dispuse a contestarlo. Lo que escribí fue, más o menos el germen de  la reflexión que aquí os voy a desarrollar y que me ronda por la cabeza hace días. Cada vez que leo, u oigo en televisión esa cantinela de lamentos sobre como estamos pasando la Navidad, cuánto echan de menos los abrazos, el ansia de celebrar una Navidad "normal", me quedo bastante perpleja. ¿Por qué la gente habla como si estuviéramos viviendo el Apocalipsis? ¿Se ha vuelto el mundo del revés o solo yo? Porque yo no estoy viviendo, visto lo visto, en el mismo universo. Estoy en casa, sin asomar la nariz a la calle desde hace meses, y no estoy histérica, ansiosa ni deprimida. Tal vez es sólo que tengo capacidad de adaptación y bastante tolerancia a las frustraciones. Hago lo que tengo que hacer. Si tengo que esperar, espero. No pido más. No necesito más. Leo, veo muchos documentales, cine y series, aprendo cosas nuevas todos los días, las elaboro y os las cuento a vosotros, porque es algo que me encanta.


 Pensando bien, creo que el clima un tanto histérico que vivimos es inducido por los medios de comunicación, no sé con qué oscuras intenciones. Los presentadores de los informativos, la publicidad, no permiten que te olvides de que debes sentirte desgraciado. de que estás viviendo  casi al límite de nuestra capacidad de aguante. Si esas personas que desfilan, lastimosas, por las pantallas de televisión son realmente sinceras, las compadezco, porque son tan dignas de lástima  como el hambriento que no tiene ni un mendrugo seco que llevarse a la boca, gente que ha perdido la capacidad de estar a solas con ellos mismos, o que no conciben "celebrar" si no es compartiendo una mesa con más de una docena de personas, personas a las que el silencio les hiere los oídos, y para las que la tranquilidad es sufrimiento.

Tal vez fue una suerte  que desde pequeña aprendiera a distraerme sola, en vez de vivir como la hija de Felipe IV, rodeada permanentemente de bufones y meninas (1). 

«Beatus ille» es una expresión latina que se traduce como «Dichoso aquel (que...)», y con ella se hace referencia a la alabanza de la vida sencilla y desprendida del campo frente a la vida de la ciudad. La temática del beatus ille es una de las cuatro aspiraciones del hombre del Renacimiento, que son: el beatus ille, el carpe diem («Disfruta el momento»), el locus amoenus («lugar idílico ») y el tempus fugit («tiempo que corre») y la consciencia de ello. la expresión viene de un poema de Horacio.

Beatus ille qui procul negotiis,

ut prisca gens mortalium

paterna rura bobus exercet suis,

solutus omni faenore,

neque excitatur classico miles truci

neque horret iratum mare,

forumque vitat et superba civium

potentiorum limina.


Dichoso aquél que lejos de los negocios,

como la antigua raza de los hombres,

dedica su tiempo a trabajar los campos paternos con sus propios bueyes,

libre de toda deuda,

y no se despierta, como el soldado, al oír la sanguinaria trompeta de guerra,

ni se asusta ante las iras del mar,

manteniéndose lejos del foro y de los umbrales soberbios

de los ciudadanos poderosos».


Yo no pretendo cambiar la vida de ciudad por la del campo, ni me entusiasma ponerme a arar con bueyes, propios o ajenos, pero estoy libre de deudas y apartada de los negocios (el trabajo, en mi caso)y lejos del foro y los umbrales de los poderosos. Me adapto a lo que hay, a las circunstancias del momento (tenía entendido que la adaptabilidad nos ayudó a sobrevivir y nos libró de extinguirnos).

¡Feliz Navidad! y os recuerdo que para ser feliz no son imprescindibles panderetas y zambombas.






_________________________________________________________________   (1) Hace solo unos días  he aprendido como era la vida en la corte de meninas y damas, cuáles eran sus obligaciones, cómo vivían.... en una amena charla de 45 minutos del canal de You tube del Museo del Prado: os pongo la url por si tenéis tiempo y ganas:

 https://www.youtube.com/watch?v=eTu5vHzh0u0







 

domingo, 13 de diciembre de 2020

Mirando al pasado


 

Como consecuencia de mis múltiples y simultaneas actividades: clases en tres sitios diferentes, alguna charla ocasional a la que nunca me niego aunque siempre digo que es la última vez, etc, tengo como media docena de pen-drives donde guardo y trasladaba de acá para allá modelos de examen, presentaciones, memorias, fotografías... Esta mañana me he puesto a ver que había en cada uno. He borrado casi todo, pero he hecho un hallazgo que me ha divertido mucho: dos textos escritos en 2.010 papa poner en el blog y que nunca llegué a publicar. Y como hace mucho que no pongo nada en el blog, he decidido que voy a poner en práctica el sagrado mandamiento del reciclaje y os dejo las dos publicaciones: "La barra de la t y otras zarandajas" y "Conversaciones en la carretera". Con ustedes, la Carmina de hace 10 años.















martes, 24 de noviembre de 2020

"Coherencia"

Unas declaraciones de Penélope Cruz

"En mi versión de Cenicienta, cuando el príncipe dice: '¿Quieres casarte conmigo?', ella responde: 'No, gracias', porque no quiero ser una princesa. Quiero ser astronauta o chef".

"Cuando leo cuentos de hadas a mis hijos por la noche, siempre estoy cambiando los finales, siempre, siempre, siempre, siempre. Que le jodan a Cenicienta, a la Bella Durmiente y a todas las demás. Hay mucho machismo en esas historias", añade la prota de "Piratas del Caribe" (sí, de Disney).

Al mismo tiempo, Pe posa encantada, junto con Jeff Bridges, para una serie de fotos de Anne Leibovitz sobre princesas Disney, caracterizada de Bella (de única profesión conocida, señora de Bestia).

Y a eso, señores, yo lo llamo incoherencia.



miércoles, 4 de noviembre de 2020

Pleamares de la vida

Pleamares de la vida es el título de una novela de Agatha Christie. Pero en la vida de todos hay pleamares, y bajamares, de forma que lo uso por la parte que me toca. Al mismo tiempo es como un bucle, porque esta historia comienza con un plagio.

Hace años, al principio de mi etapa como profesora de instituto (que empezó en 1.991), y a la vista de mi curriculum, me pidieron que me encargara de dos grupos de una asignatura optativa que se daba en bachillerato, Cultura Clásica.

Era una asignatura de reciente introducción a los planes de entonces. Tan reciente que ni siquiera había libros de texto para ella y yo misma hice los apuntes durante el verano. Para algunos temas busqué información en internet y encontré dos artículos justo sobre el tema que necesitaba, la relación entre los juegos deportivos en Grecia y la religión. Los imprimí para leerlos más cómodamente y decidir cómo enfocar el tema y qué incluir en el vocabulario que yo proporcionaba a los alumnos con cada tema. Los dos artículos eran de muy diferente extensión. Uno ocupaba 16 folios y el otro 23. Me leí primero el más corto. Al día siguiente, en una hora libre, me senté en la sala de profesores para leer el más largo y, a medida que leía, comprobé que todo me sonaba mucho, como si lo hubiera leído antes. Aquello olía a chamusquina que tiraba para atrás. Tras una comprobación mis sospechas se se confirmaron: el artículo corto era un plagio literal del artículo más largo. La "autora" sólo había suprimido párrafos enteros para dejar los 23 folios en 16. Aquello me indignó. El artículo "corto", es decir la copia, se había publicado en una revista argentina de teología y la persona que se lo atribuía era una estudiante de periodismo. Escribí a la revista contándoles lo que había descubierto porque estaba seguro de que los responsables de la revista tampoco sabían el fraude que les habían colado, adjuntándoles la url donde podían encontrar el artículo original. Inmediatamente se puso en contacto conmigo el hijo del director de la revista. Me contaba que su padre, un señor ya bastante mayor se había llevado un disgusto mayúsculo pensando que el prestigio de la revista que dirigía quedaba en entredicho. Estaban los dos muy agradecidos por mi aviso y querían decirme que se lo habían tomado en serio,   habían eliminado de la revista en internet el texto del artículo y del índice  el nombre de la "autora" y el título del artículo y que habían suspendido sus prácticas, con una buena reprimenda, además. Entonces acudí a San Google para ver si podía localizar al autor del artículo original, que resultó ser un profesor del departamento de Filología Griega de la Universidad Complutense. Sabiendo ya donde tenía que buscar fui a la web de la Universidad  y le escribí a su correo de la Universidad,  contándole toda la peripecia. Me respondió también muy agradecido. Se daba por satisfecho con las medidas tomadas por la revista porque consideraba que habían tomado porque sabía que ellos también habían sido engañados. Pero dio un paso más. Escribió a la Universidad donde la "copiona" estudiaba periodismo, donde tomaron las medidas que consideraron oportunas. Tras el correo de agradecimiento del autor del artículo original terminó  mi contacto con esa persona.

Han pasado 29 años. Ahora estoy confinada en una butaca, y no por el virus. Echo muchísimo de menos mis clases, mis "niños" (que no son otros sino mis alumnos) y mantengo intactos mis intereses, mis temas favoritos y mi curiosidad por seguir aprendiendo. Procuro no estar ociosa. Leo mucho, veo documentales sobre muchos temas. Me distraigo escribiendo los blogs. Los blogs. En otro tiempo, me proporcionaron muchas satisfacciones. A través de ellos hice amistades muy profundas, no podéis imaginar cuánto. Hoy ¿qué me dan? Hay una faceta de mi forma de ser y es que cuando aprendo algo no puedo resistirme a compartir con otros lo que he aprendido. Eso me da muchas satisfacciones. Por eso escribo mis blogs. Saber que leéis esas cositas me da un subidón enorme. Al final, puro egoísmo, sentirme bien. Supongo que esa sensación me ayudó trabajar durante 21 años como profesora, y hubiera seguido en ello hasta jubilarme si un trombo no hubiera decidido aparcar en mi arteria carótida hace 8 años y medio. Aunque no estudié con la idea de dar clase, fui feliz como profesora. En estos últimos días he estado comunicándome con otra persona acerca de buenos y malos profesores. Y estoy convencida de que esa felicidad la notaban los alumnos. Cuando en 2.012 yo estaba recién salida del hospital los compañeros de trabajo venían muy a menudo a verme y me contaron lo siguiente:




El último centro en el que trabajé abrió cuando yo me trasladé a él. Era pequeño, sólo había Educación Secundaria Obligatoria. Para hacer Bachillerato, los alumnos debían irse a otro. Ahora ya ha crecido. Mi último curso fue también el último curso sin bachillerato. Antes de eso, a los alumnos de 4º de ESO se les hacía una despedida, con sus diplomas, sus premiecitos, su copetín y esa solemnidad que a los chiquillos les encantaba. Las niñas se ponían monísimas, estrenando vestidos y toda la parafernalia. Yo colaboraba haciendo un dvd con un montaje de fotos de todos desde  pequeños hasta la final de ESO, con su música de fondo, que se proyectaba en una pantalla enorme entre muchas risas.  Yo sufrí el ictus en la noche del 16 al 17 de junio de 2.012, y estuve 20 días hospitalizada, así que salí del hospital en julio y me perdí el final de curso. Cuando los alumnos se enteraron de lo que me había pasado, fue una delegación a ver a la directora y el portavoz preguntó con qué profesor se tenían que poner de acuerdo para el asunto de la despedida. La directora les dijo que ya no había despedida porque ya no se marchaban del instituto. Ellos insistían. Querían su despedida, aunque ya no tuviera sentido. En medio de la discusión, uno levantó la mano y soltó lo que le parecía el argumento definitivo para zanjar el tema: "Si Carmina estuviera aquí, esto no estaría pasando". Cuando me lo contaron, me emocioné. Los alumnos daban por hecho que yo, por darles gusto, me pelearía con quien fuera menester para que tuvieran su fiestecilla. En ese momento quise creer que ellos se daban cuenta de lo que yo disfrutaba con mi trabajo y que era capaz de transmitirlo en clase. 

En fin, vuelvo  a mi narración original. Un día en el que quería compartir algo y no se me ocurría qué escribir, puse un vídeo de Youtube con una canción y en los siguientes viernes seguí compartiendo vídeos con canciones que me gustaban, Después de varios viernes se me pasó. La semana siguiente decidí que mis canciones favoritas no tenían por que gustarles a todos y decidí suspenderlas, porque, además, había encontrado algo para sustituirlas.

En esas recomendaciones que te hace Youtube cuando entras en la página, encontré un tesoro. La Fundación Juan March tiene un canal en Youtube, al que suben conferencias, conciertos, recitales.... A veces son conferencias sueltas, a veces ciclos sobre un tema. En los últimos tiempos he disfrutado de varias conferencias maravillosamente interesantes. Insertaré aquí algunas. Si no os atrae la novedad. lo decís y en paz.

Estarán seleccionadas. Prometo que las veré yo antes y solo traeré lo mejor de lo mejor. Voy a empezar con un ciclo de tres que me han despertado un poquito de envidia, no lo niego. Ya me gustaría a mi unir la maravillosa erudición y la facilidad de comunicación de que hace gala el orador que he escogido para empezar. El tema es el deporte en la antigua Grecia, con unas historias curiosísimas, ilustradas con unas perfectas presentaciones de imágenes. Son tres: 


¿Por qué practicaban deporte los griegos antiguos? 



Los Juegos Olímpicos en la Grecia antigua



La importancia social del deporte en la Grecia antigua



Recomiendo entrar en la web de Youtube y ponerlo a pantalla completa. Si creéis que sabéis mucho sobre ese tema, os sorprenderéis con la cantidad de datos curiosos y poco conocidos 

En estos días, viendo los vídeos de las tres magníficas conferencias sobre el deporte en Grecia en el canal de la Fundación Juan March en Youtube y me vino a la memoria aquel suceso de la plagiadora, y comencé a preguntarme si el orador podía ser el autor de aquel artículo copiado con el que tuve ese brevísimo contacto por correo electrónico. Le escribí, y, efectivamente, es el mismo. Ahora ya es catedrático y sus alumnos son unas personas muy afortunados. Por favor,  espero vuestros comentarios.

viernes, 30 de octubre de 2020

Carmina, Diógenes de Sinope y el Ayuntamiento de Cádiz

 Cuenta Diógenes Laercio que Diógenes el cínico acudió  a Olimpia durante los juegos y a la vuelta alguien le preguntó si había allí mucha gente, y Diógenes le contestó: "Mucha gente sí, pero pocos seres humanos". Ya se sabe que Diógenes de Sinope (el que le dijo a Alejandro Magno que se apartara porque le tapaba el sol) era un poco antipático y nada sociable. Suyas son estas perlas:


«Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro».

«El insulto deshonra a quien lo infiere, no a quien lo recibe».

«Mira bien quién es tu amigo, porque si por tal le tienes y él no lo es, puede ser tu mayor enemigo»


Y abundan las anécdotas:


Se afirma que Diógenes se fue a Atenas con un esclavo llamado Manes, que lo abandonó poco más tarde. Con un humor característico, Diógenes afrontó su mala suerte diciendo: “Si Manes puede vivir sin Diógenes, ¿por qué Diógenes no va a poder vivir sin Manes?”.


Diógenes, de Jean-Leon Gerôme
Caminaba descalzo durante todas las estaciones del año, dormía en los pórticos de los templos envuelto únicamente en su manto y tenía por vivienda una tinaja. Cierta vez pensó que le sobraban cosas entre todas sus pertenencias: tenía su bastón, que necesitaba para caminar; tenía su manto, que le cubría y su zurrón, que contenía una escudilla y un cuenco para comer y beber, respectivamente. Un día, en uno de sus paseos por la ciudad, vio cómo un niño comía lentejas en un trozo de pan y cuando al terminar sus lentejas bebió agua con las manos en una fuente y Diógenes pensó: “Este muchacho, dijo, me ha enseñado que todavía tengo cosas superfluas. Si come sus lentejas con un trozo de pan y cuando termina con ellas bebe agua con sus manos, no necesito ni mi escudilla ni mi cuenco" y acto seguido arrojó contra el suelo ambos y siguió caminando.


Otro relato decía que cierto hombre adinerado le convidó a un banquete en su lujosa mansión, haciendo hincapié en que allí estaba prohibido escupir. Diógenes hizo unas cuantas gárgaras para aclararse la garganta y le escupió directamente a la cara, alegando que no había encontrado otro lugar más sucio donde desahogarse.


Cuando Diógenes asistía a los baños se encontraba siempre con un citarista al que todo el mundo despreciaba y criticaba, mas Diógenes lo saludaba con respeto, incluso con cierta admiración, a lo que algún curioso lo interrogó sobre el motivo por el que saludaba al citarista con lo mal que tocaba, respondiendo a esto Diógenes: "Porque tal y como es toca y canta, pero no roba a nadie".


En una ocasión, Diógenes estaba lavando unas hierbas cuando se topó con Aristipo, a quien llamaba el perro real, y le dijo éste a él: "Si hubieras aprendido a prepararte esta comida, no pedirías en los palacios de los tiranos". A lo que Aristipo respondió: "Y si tú supieras tratar con los hombres, no estarías lavando hierbas".


Pero, Diógenes no era más que un modo de introducir lo que quería comentar. Mis alumnos decían que mis clases eran una continua sorpresa con giros inesperados. Pero, sin darse cuenta, aprendían mucho más de lo que venía en el libro.


Vuelvo al comentario que hizo Diógenes al volver de Olimpia, que es justo lo que pensé cuando leí hoy cierta noticia en el DIARIO DE CÁDIZ: "El Ayuntamiento saca a licitación la pista de hielo para la plaza de San Antonio".




 Lo que me hizo pensar: "En el Ayuntamiento de Cádiz hay mucha gente pero pocos cerebros". Con lo que está cayendo y sabiendo como sabemos que evitar las aglomeraciones es FUNDAMENTAL, el Ayuntamiento pone en bandeja la ocasión y los medios para que en dicha plaza se junten cientos de personas, sabiendo como sabemos que habrá muchos niños, y lo complicado que puede ser conseguir que unos niños que están patinando sobre hielo no lo entiendan como que el peligro se ha pasado y pasen, a su vez, de mascarillas y distancias. Si los niños se aburren, que les pongan un libro en las manos, ¡joder!, y si no saben leer, que sus padres les lean un cuento. Conmigo lo hicieron y no salí tan mal. Mi abuelo (lo he contado varias veces) me leía a los tres años "Bee, el corderito travieso" y, como era en verso, ayudada por la rima ¡me lo aprendí de memoria! (con la salvedad de que al llegar a "allí le habló doña rana: ¿nunca el bosque has visitado?" yo decía "allí le habló doña RAMA"). Pero vamos, que creo que para tener tres años no estaba mal. Yo pisaba poco la calle, pero nunca me faltaron libros en casa, ni puzzles, ni juegos de mesa, lápices de colores, cuadernos para dibujar. Si alguna vez se me ocurría decie "Estoy aburrida", invariablemente la respuesta era "las personas inteligentes no se aburren nunca". Sobra decir que nunca me quejaba de aburrimiento e iba directamente al armario de los juegos y los libros (bien grande, en el cuarto de mi hermano), donde lo difícil era decidir qué escoger, si los bloques de madera, con los que levantaba edificios fantásticos, inspirados en los libros que leía, o leer por enésima vez "La isla del tesoro", "La flecha negra", los cuentos de las "Mil y una noches", o "Ivanhoe" o "Historia de dos ciudades", etc. (1). Hoy los padres parecen estar muy ocupados como para leer a los niños. Habrá quien me diga "Claro, como tú no tienes hijos..." Por circunstancias que no vienen al caso, los tres niños del piso de al lado (2) pasaban en mi casa más tiempo que en la suya. Así que sí, sé de lo que hablo. Con los niños se hace  lo que se quiere, son como plastilina. Pueden terminar siendo un pedazo de carne que solo aspira a salir en "Mujeres, hombres y viceversa" o ser personas curiosas que, incluso cuando ya tienen la vida asegurada, quieren seguir aprendiendo cosas nuevas y diversas. Pero bueno el tema no son los niños, sino la irresponsabilidad de unos adultos que viven de decidr sobre nuestras vidas (e incluyo aquí a políticos de TODAS las administraciones).


He dicho. 

____________________

1)Teníamos una colección preciosa llamada Joyas literarias, que incluía, en forma de comic, todas las joyas de la literatura popular. No exagero si digo que en aquella caja había más de 200 títulos: Verne, Stevenson y Twain al completo, más Dumas, Salgari, Dickens..., en fin, el paraíso. He buscado información y leo que fue una colección de 272 clásicos de la literatura adaptados a historieta por la editorial Bruguera.




(2) Hoy, aunque ya tienen 32, 33 y 34 años, los sigo llamando "los niños", los tres tiene sus estudios, se ganan la vida tan bien como para ser independientes económicamente, pero todavía se acercan con frecuencia a ver a su vieja Ina (así me llamaban, para diferenciarme de mi madre), que siempre estaba disponible para ver con ellos, amontonados todos en el sofá, como les gustaba, la serie "Hércules" (episodios grabados en vídeo, vistos una y mil veces), o hacer tortitas con caramelo y nata, inventar una coreografía para partirnos de risa mientras bailábamos un minué de Mozart (¿te acuerdas, Manu?). Así que sé lo que digo. Cuando uno quiere, se dejan los exámenes por corregir para más tarde y se aparca todo  para dedicarles un rato a los niños. Conmigo conocieron las leyendas de la mitología griega, visitaron el museo de Cádiz donde aprendieron de cuántas formas diferentes se enterraba un romano, hicieron su primer viaje al extranjero (a Londres). El mayor, hoy ingeniero industrial, estaba tan nervioso que, desde que llegamos a Heathrow no paraba de preguntar  ¿Cuándo vamos a ver la "Piedra Rosetta"? Tengo anécdotas para aburrir pero paro aquí que no quiero hartaros.

viernes, 16 de octubre de 2020

La canción del viernes

 El viernes pasado os decía que, gracias a los amigos de mi hermano descubrimos a dos cantantes. Una, María Creuza, ya os la presenté. Hoy os traigo a la otra, una cantante norteamericana llamada Janis Ian. Las canciones que cantaba era fundamentalmente escritas y compuestas por ella, y solía acompañarse con el piano, que empezó a estudir de niña, pero llegó a dominar gran cantidad de instrumentos, como el órgano, el armonio, el corno francés, la flauta y la guitarra. 

A la edad de 13 años, Ian escribió y cantó su primer hit, "Society's Child (Baby I've Been Thinking)", sobre un idilio interracial prohibido por la madre de una chica y mal visto por sus amigos y profesores.  Publicado tres veces de 1965 a 1967, finalmente fue un hit nacional en su tercera publicación después de que Leonard Bernstein lo presentó en un programa de la CBS TV, titulado Inside Pop: The Rock Revolution. 2​

El tema de la canción fue considerado tabú por algunas emisoras radiofónicas y lo retiraron de sus playlists consiguientemente. En su autobiografía de 2008 Society's Child, Ian recuerda recibir cartas de odio y amenazas de muerte como respuesta a la canción. En el verano de 1967, el tema llegó al núm. 14 en la Lista Billboard 100, el sencillo vendió 600,000 copias y el álbum 350,000.

Su mayor éxito en los Estados Unidos fue la canción, "A los Diecisiete", un amargo comentario de la crueldad adolescente, la ilusión de popularidad y la angustia de esa edad, reflejado desde la perspectiva de una persona de 24 años, que recuerda que a los 17 años no recibía ninguna tarjeta de San Valentín. Fue publicada en 1975. recibiendo una enorme aclamación de críticos y compradores. Gana en 1975 un  Grammy, batiendo a Linda Ronstadt, Olivia Newton-John y Helen Reddy.​  El álbum, Entre Líneas, fue también un éxito y logró el Núm.1 en Billboard con ventas de encima de un millón de copias en los EE.UU.. Como anécdota el día de San Valentín de 1977, Ian recibió 461 felicitaciones ya que había indicado en la letra de "A los Diecisiete" que nunca había recibido ninguna como adolescente.

"Volar Demasiado Alto" (1979), producido por productor de música de discoteca Giorgio Moroder, fue la contribución de Ian a la banda sonora de la película de Jodie Foster Zorros y fue también incluido en 1979, en el álbum de Ian: Night Rains. Fue un hit en muchos países, incluyendo Sudáfrica, Bélgica, Australia, Israel y Holanda.

Otro país donde Ian ha conseguido un nivel alto de popularidad es Japón: Ian tuvo dos Top 10 singles en la lista Oricon para los temas "El Amor Es Ciego" en 1976 y " Tu Eres Amor " en 1980. El álbum de Ian Aftertones coronó la lista Oricon de álbumes en octubre de 1976.​  "Tu Eres Amor" es la canción de la película de Kinji Fukasaku 1980 Virus.

Su contrato con CBS fue cancelado en 1982, con tres álbumes pendientes de producir, debido a la bajada de las ventas y permaneció algunos años sin contrato discográfico. Pero Ian continuó escribiendo canciones, que han sido interpretadas por, entre otros, Amy Grant, Bette Midler y Marti Jones.  Otros artistas han grabado las composiciones de Ian, incluyendo Roberta Flack, quién tuvo un hit en 1973 con canción "Jesse" de Ian.​ La versión propia de Ian está incluida en el álbum de 1974 Estrellas (la canción de título del cual también ha sido versionada, incluyendo interpretaciones de Shirley Bassey, Cher, Nina Simone, Françoise Hardy y Barbara Cook). Continúa actuando en la actualidad y ha hecho una ronda de conciertos en el Reino Unido en 2014 y después una serie de apariciones en los EE.UU.

Mis canciones favoritas de Janis Ian son "At seventeen", "Love is blind" y "Jesse". Esta última es el vídeo que os traigo hoy, junto con "Love is blind" pero buscad otras en You tube: is gustarán todas.

Jesse


Love is blind










jueves, 15 de octubre de 2020

Un abuelete desesperado por ligar

 Hoy os voy a contar una anécdota ocurrida en 2.009. En un puente me fui  a pasar 4 días en Madrid y una mañana bajé a desayunar a la cafetería del hotel, donde me ocurrió  lo que sigue. Todo lo que sigue en letra cursiva lo escribí al día siguiente en un blog que tenía entonces. Por favor, sed compasivos y no os riáis de mi.


"Ayer entré en la cafetería del hotel para desayunar. Todas las mesas estaban ocupadas, así que me acomodé en la barra. A mi lado charlaban tres personas mayores, dos hombres y una mujer. A los dos minutos uno de los hombres y la mujer se marchan, y se queda el otro señor, que ya no cumplía los 70. Apenas salieron por la puerta, el viejete se dirige a mí y me cuenta que el que se acaba de marchar es una persona inteligentísima, economista y con una conversación muy entretenida. A mí me acaban de traer un café y un croissant y estoy empezando a tomármelos. Lo que me pedía el cuerpo era contestarle “¿Y a mí que rábanos me importa?”, pero por no ser borde con el abuelete lo miro y esbozo una ligera y desganada sonrisa. Nada más, ni una palabra, convencida de que el viejete cogería la indirecta.


Nada de eso. Resulta que el abuelo pretendía ligar, y se dio cuenta de que sólo tenía el tiempo que yo iba a tardar en tomar lo mío, de forma que entra a saco. Me cuenta que es abogado, que sacó premio extraordinario de fin de carrera y que en sus ratos libres hizo Filosofía y Letras. Pienso que la mueca de sonrisa que he hecho no ha sido suficiente y le contesto exactamente “Me alegro mucho por usted”, con el mismo tono que hubiera utilizado para decirle “vete a la mierda”. Y el viejo sigue atacando. Por lo visto aquellas escuetas cinco palabras, que por el tono desanimarían a cualquiera, no le hicieron mella, y me responde que hablo muy bien el castellano. Le contesto, cada vez en un tono más desagradable, que es natural, porque soy española. Y el increible abuelo me responde que le sorprende, ¡¡¡porque tengo pinta de “artista extranjera”!!!


Viendo cómo se ponía la cosa, le digo que sí, que puedo pasar por la hermana gemela de Uma Thurman, excepto los días en que quiero sorprender a mis amigos, me pongo una peluca castaña y un culo postizo perfecto, y entonces se me puede confundir con Jennifer López. Aclaro a los lectores que tengo 50 años, y que no iba arreglada precisamente de forma que pareciera que estaba pidiendo guerra. Concretamente, como el día estaba nublado y con aspecto de que podía caer un chaparrón en cualquier momento, me había puesto unos vaqueros, una camiseta blanca y unas alpargatas rojas. Y la cara lavada, sin ni siquiera mi indispensable rayita en el ojo. El viejo no parece coger la ironía y con empeño digno de mejor causa me dice entonces “Niña, no deberías teñirte el pelo de rubio” (1). En ese momento cualquier respeto por una persona que me saca más de 20 años se me ha pasado, así que le digo que haga el favor de no llamarme niña, que tengo 50 años y que a esas alturas me pongo el pelo como me sale de la peineta.


El abuelo considera entonces que parece ser preferible no seguir por el tema capilar y ataca con más empeño y peor estilo aún. Comenta entonces que no estoy morena, y que debería usar bikini. Y para rematar suelta entonces que el bikini me sentaría estupendamente “porque tengo poco pecho”. En ese momento ya estoy alucinando con la conversación del viejo, y empiezo a preguntarme si en esa cafetería le echarán algo al café.


Sólo tenía dos opciones: mandarlo directamente a tomar viento o atragantarme con lo que quedaba del croissant y dejarlo con la palabra en la boca. Me sigue dando qué sé yo ponerme bestia con un viejo, así que me meto el último trozo del croissant en la boca de una vez a toda pastilla al mismo tiempo que pongo sobre la barra el importe exacto de la cuenta para salir pitando en 20 segundos, sin tener siquieera que esperar por la vuelta. Pero el viejo decide aprovechar esos 20 segundos y el hecho de que tengo la boca llena y me dice que le encantaría invitarme esa noche a bailar y a tomar unas copas. No contesto y salgo despavorida de allí, todavía tratando de tragar el último bocado del croissant.


No tengo ni idea de cómo se ligaría en los tiempos del viejo, pero yo en mi vida he conocido a un tío tan borde. Y todavía tendremos que seguir oyendo que hay que ver cómo es de maleducada la gente joven".


_________________________


(1) Quisiera aclarar varias cosas. No he llevado el pelo teñido jamás en mi vida. Soy castaña clara. Mi abuela paterna era rubia nórdica y tuvo el pelo blanco como la nieve desde los 40 años. A mí me ha pasado algo parecido y en ese momento tenía el pelo canoso con unas ligerísimas mechas rubias, tan  finas que se funden con el pelo blanco de forma que no parece para nada un teñido. También me pregunté alguna vez si el viejo me tomó por otra cosa. Pero no, imposible, estaba en la cafetería de un hotel bueno, de 4 estrellas, que no es frecuentado por señoras "de moral distraida". Para billetes de tren, reservas en hoteles y esas cosas. siempre recurro a la agencia de viajes de un amigo que me trata como si fuera su hermana pequeña y nunca me mandaría a un sitio así. Precisamente una vez estaba buscándome un hotel en Madrid para otro puente y fijándose en lo que le salía en la pantalla de su ordenador dijo: "Aquí hay una oferta muy buena....pero no, no me gusta este barrio para ti". Me quedo con la otra posible explicación. Al día siguiente se lo conté al camarero para que estuviera al quite por si se repetía y me dijo que estaba alucinado porque era un señor muy educado que vivía enfrente e iba todas las mañanas a desayunar allí. Me dijo que pensaba que estaba empezando a tener síntomas de alzheimer. 


martes, 13 de octubre de 2020

Ole, ole y ole

 



No me gusta usar frases hechas y odio los tópicos, pero a veces son justo lo que necesitas para explicarte bien, Así, y sin que sirva de precedente, "a veces los árboles no nos dejan ver el bosque". La euforia del décimotercer Roland Garros ha arrastrado a mucha gente pero, siendo justos, estos 13 triunfos no han surgido de la nada.  He encontrado unas notas que tomé en septiembre de 2.010.

Para ese momento, de un  Rafa Nadal de 24 años ya se podía decir lo siguiente:

– Ya había superado en títulos de Grand Slam a McEnroe, Wilander, Becker, Edberg, Agassi, Lendl y Jimmy Connors. Hoy día ha igualado a Federer y  sólo es superado, de momento, por Borg y Sampras.

– Segundo jugador más joven en conseguir los cuatro torneos del Grand Slam. Si contamos sólo la Era Open (desde 1968) se convierte en el más joven.

– Es el jugador con más títulos de Masters 1000 en tierra batida, con más del doble que su inmediato seguidor (Munster) y casi el triple que Federer.

– Sólo cuatro jugadores lo superan en títulos de Masters 1000 en superficie dura (Agassi, Federer, Sampras y Chang).

– Único jugador junto con Federer en ganar 4 torneos de Masters 1000 en una misma temporada (2005); Montecarlo, Roma, Montreal y Madrid.

– Único jugador en ganar durante 6 años consecutivos el mismo torneo de Masters 1000, Montecarlo (2005-2010).

– Ganador de los tres Masters 1000 que se disputan sobre tierra batida; Montecarlo (2005-2010), Roma (2005-2007 y 2009) y Hamburgo/Madrid (2008), algo sólo conseguido previamente por Marcelo Ríos y Gustavo Kuerten.

– Segundo tenista en conseguir los cuatro torneos del Grand Slam, la copa Davis y la medalla de oro olímpica.

– Jugador con más semanas consecutivas (160) en el nº 2  del ránking de la ATP.

Y eso sin contar lo que ha hecho entre septiembre de 2.010 y el día de hoy.

Puede que España no sobresalga en deportes, pero cuando lo hace, es a lo grande (Induráin. Gasol, Alonso, Sáinz, Nieto, Rubio, Carolina Marín, Gema Mengual, Ballesteros, Mireia Belmonte, Márquez, Lorenzo, Estiarte, Santana, Craviotto. Pasabán. Navarro, Pascual, Olazábal, Antón, Ocaña, Valentín, Bistuer, Zabell, Arrese, Martínez, Sergio García, Deferr.....  ). Son muchos. Confieso mi debilidad por Rafa Nadal, pero es soy incapaz de ver un partido de futbol o de baloncesto, mientas que me zampo un buen partido de tenis sin pestañear.  Y como este blog es mi confesionario particular, por eso cuento estas cosas. Los que van a leer esto son mis amigos, y por eso no me importa que conozcáis mis debilidades.

 

viernes, 9 de octubre de 2020

La canción del viernes

 Cuando yo era jovencita, no tenía ni un duro para comprar discos. Mis padres nunca nos dieron eso que mucha gente llamaba la paga. Consideraban que todo lo necesario ya nos lo proporcionaban ellos. Y todo lo demás era  innecesario y superfluo. Nunca nos escatimaron cualquier gasto que tuviera que ver con estudios, que era nuestra única obligación, nuestro "trabajo". Libros, clases particulares si era necesario, alguna que otra excursión del colegio. Un año, no recuerdo la fecha, los Reyes Magos me trajeron un tocadiscos, chiquitillo, acompañado de tres singles, que eran, ¡ojo! Help, de Tony Ronald, Soy Rebelde, de Jeanette y un tercero del que ni me acuerdo.    Que conste que yo no elegí esos tres discos. Como era un regalo de Reyes yo  me los encontré por sorpresa. Yo no escribía carta a los Reyes. En mi casa no se hacían las cosas así. Yo me encontraba con lo que mis padres habían pensado que debería gustarme. No se aceptaban peticiones. Nunca me faltaron los libros ni los juegos de mesa, cosas supongo que apropiadas para la niña tranquila que yo era.   

Años después, en un viaje a Andorra con mis padres, me compraron mi primer LP, Amores, de Mari Trini. Curiosamente, mi hermano sí tenía discos. No sé cómo los compraba, pues recibía el mismo dinero que yo, es decir, nada. Sin embargo, recuerdo que andaban por casa Hotel California, de Eagles; Tubular Bells y Onmadawn, de Mike Olfield; Las seis mujeres de Enrique VIII, de Rick Wakeman; y alguno de Pink Floyd y Chicago. Pero además tenía amigos con hermanos mayores y por ese camino acceso más discos, que se prestaban unos a otros. Así conocí a dos cantantes: la que hoy traigo y otra que conoceréis otro día.

Hoy nos acompaña María Creuza, famosísima cantante brasileña, queridísima en su país, muy relacionada con Vinicius de Moraes y Toquinho, con los que compartió escenario muchísimas veces y cuyas canciones grabó durante toda su extensa carrera.

Os dejo con su voz y su canción Tortura de amor, aunque cualquiera del disco Meianoite cuenta con mi recomendación





La letra:

Hoje que a noite está calma

E que minh'alma esperava por ti 

Apareceste afinal

Torturando este ser que te adora


Volta fica comigo 

Só mais uma noite


Quero viver junto a ti

Volta meu amor 

Fica comigo não me desprezes

A noite é nossa 

E o meu amor pertence a ti


Hoje eu quero paz 

Quero ternura em nossas vidas

Quero viver por toda vida

Pensando em ti


Y en castellano:

Hoy que la noche está calma

Y que mi alma esperaba por ti

Apareciste al final

Torturando a este ser que te adora

 

Vuelve, quédate conmigo

Sólo una noche más

Quiero vivir junto a ti

Vuelve, mi amor

 

Quédate conmigo, no me desprecies

La noche es nuestra

Y mi amor te pertenece a ti

 

Hoy quiero paz

Quiero ternura en nuestra vida

Quiero vivir toda la vida

Pensando en ti

Mi serie favorita (no hay spoiler)

 


La televisión en verano es algo penoso. Las cadenas sacan del cajón películas que parecen compradas al peso, series infumables, programas que dan vergüenza ajena, repiten documentales todas las veces que les permiten los contratos.... En lo que a televisión se refiere, el verano es un tiempo para hibernar, valga la contradicción. Menos mal que llega septiembre/octubre y es como si todo el mundo despertara: las cadenas comienzan a poner en marcha estrenos interesantes, y ahí incluyo a las plataformas de cine y series.

Cuando empecé a ver The blacklist no sabía que me iba a gustar tanto. Pero me gustó eso y más. Vi terminar la sexta temporada con la rusa malísima y ultratraidora clavándole la aguja de una jeringuilla a Reddington en un callejón oscuro y me dije "esto se ha terminado". Además, coincidía que había leído que los protagonistas de series suelen firmar contratos por seis temporadas, y ese dato parecía confirmar el fin de la serie, porque continuar implicaba renegociar nuevos contratos con el reparto principal. Me sentí un poco estafada porque lo que habíamos visto hasta ese momento no completaba la lista de "grandes delincuentes" que el protagonista se había comprometido a poner en manos del FBI. Imaginé que los guionistas quizás no confiaban poder seguir manteniendo el nivel. Y los comprendí porque vale más retirarse por todo lo alto antes de despeñarse por un abismo de mediocridad y falta de originalidad o incapacidad para seguir sorprendiendo.

Pero Netflix me ha dado un alegrón estrenando hace unos días la séptima temporada, con 19 episodios por delante. A mi parecer, esta serie tiene dos grandes méritos. Otras personas, con más conocimientos del tema que yo, simple consumidora de series, podrán darme o quitarme la razón, y alargar esa lista de méritos con observaciones en las que yo ni he caído:

1. Aunque todos los episodios tienen el mismo esquema: Raymond Reddington pone al FBI tras la pista de delincuentes que ellos ni saben que existen. Y además son delincuentes invisibles, pues sus crímenes han pasado por muertes naturales, accidentes, suicidios, etc., pasando desapercibidos hasta para el FBI, aunque  las víctimas hayan sido científicos y políticos de primera fila. A pesar de la repetición del esquema prácticamente en todos y cada uno de los episodios, la serie no cansa y siempre sorprende. Siempre hay un giro inesperado, y esos criminales asombrosos son atrapados a pesar de su genialidad.

2. El grupo de agentes del FBI que forman el núcleo principal del reparto son unos personajes que nos encantan: ese Cooper es el jefe que todos querríamos tener (comprensivo y flexible cuando es necesario), además de compañeros como Aram, tan tierno, Ressler, tan recto. Sin embargo, el personaje de la protagonista femenina no acaba de gustarme. Elizabeth me parece un personaje fallido, insegura, poco decidida, totalmente olvidable.



 

lunes, 28 de septiembre de 2020

Reinos de taifas


Que la gestión de los políticos en el asunto de la pandemia está siendo una cagada de proporciones colosales ya nadie se atreve a negarlo. Todo el mundo está descontento, cabreado y encolerizado, hasta el punto de desafiar abiertamente a la autoridad, enfrentándose a policías locales y hasta a anti-disturbios. Lo hemos visto en los informativos. Gente que soporta que los aporreen como si estuvieran defendiendo causas que compensara recibir golpes de porra, gente a la que ni las multas parecen importarles,  adultos a los que no le da vergüenza esgrimir delante de una cámara excusas que ni niños de guardería cuando los pillan a boca descubierta...., etc. Los políticos tampoco parecen muy contentos. He visto y oído en los informativos a la presidenta de la comunidad de Madrid quejarse continuamente de que a su comunidad se le exigen restricciones que no se aplican a otras. Me sorprende su queja. Deberían estar familiarizados  con la realidad, pública y notoria desde hace años, de que los españoles no somos iguales unos a otros. Que nuestras obligaciones, salarios, derechos y deberes dependen de algo que no hemos elegido ni podemos cambiar a voluntad: nuestro lugar de nacimiento.


Las diferencias que existen entre los sueldos de funcionarios que tienen idéntico puesto de trabajo se pueden comprobar por el simple procedimiento  de consultar las páginas web de algunos sindicatos. Aunque ya intuíamos esas diferencias, la comprobación exacta de las mismas, euro a euro, nos cabreó bastante, porque repugnan al más elemental sentido de la justicia.

Dos profesores con la misma antigüedad, el mismo horario de trabajo, las mismas responsabilidades y obligaciones, pueden llegar a tener en su sueldo una diferencia de 402 euros mensuales en concepto de complemento específico, que es el concepto donde se refugia mayormente esta desigualdad. Por el concepto del primer sexenio, la diferencia puede ser de 59 euros mensuales.


En el caso de los médicos las diferencias pueden ser todavía mayores. Las horas de guardia en hospital se pueden pagar a razón de 12’8 euros o a 23, según dónde estemos. En atención primaria la diferencia por horas de guardia es aún más grande. En razón del complemento por capitación (número de enfermos adscritos a un médico), las diferencias pueden llegar a ser de 10.000 euros anuales; el salario bruto de un médico que empieza puede variar de 28.735 a 53.609 euros, es decir, casi el doble; y el complemento de productividad variable va de 7.950 euros anuales en alguna comunidad a no existir en otras. Y el dinero no es lo único. Muchos médicos tienen más fácil trabajar en el extranjero que trasladarse entre diferentes comunidades españolas.

Volviendo a los profesores, trasladarse entre comunidades es casi "misión imposible", incluso sin que exista el impedimento de que te exijan hablar una lengua concreta.


En el caso de otros funcionarios se han detectado diferencias de sueldo de hasta un 50% entre comunidades. Hablando siempre, por supuesto, de personas que realizan el mismo trabajo, con la misma antigüedad y el mismo horario.


Si a esto le sumamos que algunos españoles tienen, además, enormes ventajas fiscales por ciertos privilegios que no tienen razón de existir en nuestros tiempos, nos encontramos con un panorama de tremenda arbitrariedad, que encima está fomentada y propiciada por el Estado.


Hay impuestos que en algunas comunidades no existen, o están muy reducidos, como el de sucesiones. Y donde existe se dan injustificables diferencias.


Además de causar estas diferencias entre unos españoles y otros, en un incomprensible ejercicio de desigualdad, las comunidades autónomas tienen un concepto muy diferente de lo que merece ayuda o subvención y lo que no. El lugar de residencia está causando grandes desigualdades e injusticias porque en algunas comunidades, por ejemplo, hay ayudas directas para excedencias por cuidado de hijos o para guardería, para familias numerosas o partos múltiples.


Hace años leí un informe muy detallado que demostraba que dentro de una misma ciudad los servicios de la sanidad pública, según barrios, oscile entre una calidad alta y el tercermundismo.


Si has nacido en el pueblo X, tendrás derecho a que la Seguridad Social te trate de tal o cual enfermedad, mientras que si vives en el pueblo Y, a sólo 20 km. del anterior, te tendrás que aguantar con tu padecimiento o buscar un médico privado. Según donde vivas tendrás a tu disposición tratamientos innovadores contra el cáncer (o no) o a diferentes pruebas de diagnostico (o no).


 Podrás circular por carreteras mucho mejores, o hacer una gestión ante la Administración se convertirá en algo mucho más costoso y complicado. ¿Quién sabe? Por no hablar de lo que aprenderán tus hijos en el colegio.


Esto no tiene ni pies ni cabeza.





domingo, 27 de septiembre de 2020

El efecto camaleón

 


Una sola vez escribí en un blog una historia inventada, y me quedó bastante graciosilla. No es lo mío, y por eso no me salen de forma natural y espontánea, pero a la vista de los resultados de mi esfuerzo pensé en intentarlo al menos de tarde en tarde.


Pero no hay forma, porque cada día media docena de noticias me devuelven a la cruda realidad: ni en el mejor de los casos lograría imaginar historias comparables a las que los periódicos me arrojan a la cara. Es como si en lugar de periodistas fueran guionistas de Hollywood los que estuvieran detrás de los grandes periódicos.


Pero es verdad que se aprende mucho con la lectura de prensa. Y además de casi todos los temas: historia, geografía, ciencias, tecnología… De todo menos ortografía y redacción.


Hoy he aprendido cómo puede convertirse uno en un perfecto defensor del planeta, y además es tan lógico que debería haberlo imaginado antes. El mecanismo es el mismo que todos conocemos en los camaleones, que se mimetizan con lo que les rodea. Si tomamos a la persona más egoísta, materialista e insensible y se la mantiene en contacto constante con el billete verde el tiempo necesario, ¡se vuelve verde también! Y no me refiero a que adquiera apariencia semejante a extraterrestre de película barata, sino a que se transmuta en un ser concienciado y amante de la naturaleza por encima de todas las cosas.


Hay una señora que en los últimos años ha estado dedicada a la enternecedora actividad de amasar dinero. Se trata de la ex de Paul McCartney que, además de reclamarle una pensión de 14.000 euros diarios en el proceso de divorcio, se ha dedicado a exprimir de la forma más despiadada la gloria reflejada que le ha proporcionado el haber sido su mujer durante muy poquito tiempo (4 años). Tanto, que los abogados que estaban llevando su pleito acaban de abandonarla por su reiterada práctica de vender exclusivas, a lo que ellos se oponían porque pensaban que no beneficiaba a su imagen. También aprovechó el tirón para participar en el equivalente de “Mira quién baila” en EEUU, a pesar de que tiene una pierna ortopédica y una placa en la pelvis a resultas de un accidente de hace años. Como es natural, la pierna se le fue al garete durante una actuación, originando un lamentable espectáculo en directo, cosa que a ella no pareció importarle pues cualquier cantidad, por pequeña que sea, es bienvenida al monedero de la señora Mills. Es que tiene muchos gastos la pobre. Se gastó 147.000 euros en la celebración del cuarto cumpleaños de su hija. Yo, que todavía calculo en pesetas cuando son cantidades muy grandes, tuve que hacer la cuenta con calculadora: casi 24 millones y medio. Normal que no tenga más remedio que ir dando jardazos por ahí. Pobrecita.


En fin, que de tanto y tan prolongado contacto con el dólar, nuestra Heather se nos ha vuelto ecologista, y hace sólo unos meses anunció que se hacía nada menos que vegana, que ella no hace las cosas a medias y eso de ser sólo vegetariana es pan para hoy y hambre para mañana. De todas formas, la transformación no está hecha del todo, y Heather se hace un lío de vez en cuando. Primero dijo que se hacía vegana porque se enteró del abuso a que se somete a los animales en las granjas. Acto seguido, en el alucinante discurso de Heather, esos pobres animales pasan de ser víctimas a ser verdugos y apostilla que los animales de granja son uno de los grandes peligros para el planeta. A ver si nos aclaramos.


El caso es que nuestra personaja, en cuanto tiene un micrófono delante, nos echa un sermón sobre los animales de granja. Propone que bebamos leche de rata o, en su defecto, de gato o perro, lo que sería más “amigable” para el planeta. Es una lástima que nadie le recordara que lo que sería verdaderamente amigable para el planeta es que ella dejara de usar el Mercedes en el que se mueve que, en el colmo de la crueldad, tendrá hasta asientos de piel de vacuno, vaya usted a saber.


Lo que Heather nos propone es que enviemos a la extinción inmediata a todos los animales que sirven para comérselos, ya que una persona que “detesta la crueldad” no pretenderá que sigan existiendo simplemente para ser cruelmente exhibidos en los zoológicos o cruelmente vendidos en las tiendas de animales como mascotas. Si ya no los vamos a explotar ni nos los vamos a comer, los extinguimos y así no sufren. Antes muertos que ordeñados. Por otro lado, no se pueden eliminar las granjas, sino sólo sus actuales habitantes. Las granjas de vacas lecheras tendrán que ser sustituidas por granjas de ratas, de gatos o de perros, ya que si tenemos que beber su leche no habrá más remedio que tenerlos concentrados en algún lugar. No me imagino a los de leche Pascual persiguiendo ratas por las alcantarillas, gatos por los tejados o perros por los descampados. Sería poco práctico y el litro de leche nos saldría a millón. Lo dicho, granjas de ratas y no se hable más.


Finalmente, su proceso de divorcio terminó cuando el juez sentenció que Heather recibiría por su divorcio "solo" 16 millones de libras, más 35.000 libras anuales para la niña. La pobre se enfureció tanto que arrojó un vaso de agua a la cara de la abogada de Paul, dejándola con el pelo empapado.  A la salida del juzgado se pasó 11 minutos despotricando ante los micrófonos de los periodistas contra Paul, "porque ha sido muy cruel". Ella solo piensa en su pobrecita Bea, que "tiene que viajar en clase B, mientras que su padre viaja en clase A". Beatrice solo recibe  35.000 libras al año para gastos de niñera, escuela privada y manutención. También la enfurece que el juez ordenara que se hiciera público el fallo, lo que, según la pobrecita Heather "seguro que se hará de forma que ella quede muy mal"


Yo quiero ser como Heather: rica, sin cerebro y caradura. Ejem… quiero decir… bondadosa, concienciada y desinteresada.




viernes, 25 de septiembre de 2020

La canción del viernes

 Bueno, un poquito de música para celebrar el viernes. Dedicada especialmente a los que necesitan la llegada del viernes para descansar. Para mi ya todos los días de la semana son iguales, con mínimas diferencias entre unos y otros, pero recuerdo perfectamente aquellos tiempos en los que la llegada del viernes era motivo de alegría interna y fuertemente deseada. No sé si la música que he elegido hoy os va a suscitar ese estado de ánimo proclive al descanso y la relajación. A mi no. Me entran muchas ganas de levantarme y bailar. No en balde durante un tiempo dediqué un tiempo a aprender a bailarla. Por muy cansada que estuviera de estudiar o trabajar, esa clase de 9 a 10 de la noche no me la saltaba nunca y, si la profesora no estaba muy cansada y los novios de las demás no estaban demasiado impacientes esperando a la puerta de la calle, solía prolongarse un poco más. Yo tenía claro los beneficios de hacer ejercicio, pero el gimnasio es aburrido, así que bailar flamenco era el sustituto ideal. Y ¡vaya si se hacía ejercicio! Tenía los gemelos de acero inoxidable, de zapatear. Se movía todo: brazos, cintura, hombros... 

Como gaditana, he barrido para casa y he elegido unas alegrías cantadas por Rocío Jurado. No soy ninguna entendida en flamenco. Me falta teoría. Sólo sé decir "esto me gusta", "esto no me gusta", aunque la mayor parte de las veces no sepa explicar por qué. Lo qu sí puedo asegurar es que no me gusta "el flmenquito". Y creo que Rocío Jurado nunca está mejor que cuando canta flamenco. Tiene grabados bastantes fandangos pero a mi los fandangos "me aburren". En cambio, la he oído cantar alegrías, colombianas, y la piel se me eriza. Sencillamente, me emociona .

La letra:

Un puente por la bahía,

dicen que han puesto en mi Cai

un puente por la bahía,

lo pongan o no lo pongan,

tú en tu casa y yo en la mía,

lo pongan o no lo pongan,

tú en tu casa y yo en la mía.


Están las Puertas de Tierra,

en terminándose el puente

están las Puertas de Tierra,

y en hablando yo con tu gente,

ya está formaíta la guerra.


Anda y no riñas, niño,

anda y no riñas,

que este mundo no vale

unas cantiñas.


Y un payo de Puerto Real,

una gitana de Cai

y un payo de Puerto Real

se enamoraban de noche

por encima de la mar.


Qué cosas se dirían,

me las figuro,

pero que se querían,

eso seguro.


Cuenta la gente, mare,

ay, cuenta la gente,

ay, que armaron  una fiesta

bajo del puente.







martes, 22 de septiembre de 2020

Una gaditana en Sevilla (2)

En primer lugar pido disculpas por haberme retrasado un día en publicar la segunda parte, pero no me ha sido posible, y además me he entusiasmado escribiendo y esto ha quedado más largo de lo que creía.

Habíamos dejado a Heinrich negociando con los turcos  permiso para excavar en Hissarlick. Tenía razón Schliemann al razonar que el primer paso era convertirse en millonario. Aquello le habría de costar mucho dinero. Schliemann debía pagar los obreros, cualquier gasto que surgiese, todo. El gobierno turco solo puso un hombre para que vigilase los hallazgos que se produjeran, pues el trato incluía que la mitad de todo lo que se encontrase debía quedarse en Turquía. En aquella época las excavaciones se realizaban empleando a masas de hombres que cavaban zanjas muy anchas. Schliemann contrató a un gran número de hombres. Vamos, prácticamente a cualquiera que pudiera usar una pala, un azadón o un pico. Schliemann sabía que el arqueólogo Frank Calvert había excavado en aquella colina sin éxito, pero no se desanimó. Los primeros restos constructivos aparecieron y Schliemann estuvo seguro de que debía perseverar.

Grandes fragmentos de muralla con puertas aparecieron, pero Schliemann continuó excavando y encontró "varias Troyas" cada una reedificada sobre la anterior. Así, Schliemann llamó a esos niveles Troya I hasta Troya IX, aunque algunos, como Troya VII, estaban subdivididos en a, b, c, etc.... (de la edad de bronce al periodo romano)










Aquella excavación parecía no tener fin. Aparecieron "niveles de incendio", con capas de cenizas, maderas quemadas que indicaban que la ciudad había sido incendiada varias veces, y después reconstruida y repoblada. Pero  Schliemann estaba obsesionado por la Troya homérica, la que había dado lugar a la guerra narrada en la Iliada. Y no parecía ser capaz de identificar qué nivel era el que le interesaba, pues ningún hallazgo podía establecer sin dudas el nivel o estrato contemporáneo del desarrollo de los poemas homéricos. La víspera del cierre de lo trabajos, en 1.873, Sophia volvió a una zona cuya excavación había abandonada por considerarse poco prometedora, y le llamó la atención  algo que brillaba entre la tierra. Fue a contárselo a su marido. Este convocó a los trabajadores y les dijo que, con motivo de su cumpleaños, les daba el día libre para que lo celebraran a su salud en las tabernas del pueblo y que la jornada se les pagaría aunque no hicieran su jornada de trabajo. Todos se fueron bastante contentos y así sin testigos, Heinrich y Sophia volvieron al lugar y con sus mismas manos rebuscaron en el punto que Sophia había identificado. Comenzaron a salir objetos de oro, joyas, armas de prestigio. Una lista no exhaustiva de lo hallado podría ser:

Un escudo de bronce, u
n disco grande, provisto de un ónfalos​ y de un largo mango aplanado terminado en una serie de discos pequeños., un caldero de cobre con asas, un artefacto de cobre desconocido, quizás el cerrojo de un arcón, una jarra grande de plata que contenía dos diademas de oro. ( llamadas después las "Joyas de Helena"),​ 8.750 anillos de oro, botones y otros objetos pequeños (collares y pendientes), seis brazaletes de oro, dos copas de oro, un vaso de cobre, una botella de oro labrado, dos copas, una de oro labrado, y la otra de oro fundido, varias copas de terracota, una copa de electrum (mezcla de oro y plata), seis hojas de cuchillo de plata forjada, tres vasos de plata con partes soldadas de cobre, más copas y vasos de plata, trece puntas de lanza, de cobre, catorce hachas de cobre, siete dagas de cobre, otros artefactos de cobre con la llave de un arcón.

Se dice que Schliemann pidió a Sophia su chal, lo extendió, depositó todo encima y, envolviéndolo en el chal, lo llevó a la tienda de campaña que compartía con Sophia, donde ya, con privacidad, observaron detenidamente cada pieza. Hay quien dice que las cosas no ocurrieron así, pero sólo un testigo visual podría decir si fue así o no, y eso no existe, por lo que nunca se podrá saber cómo fue el hallazgo y la extracción del tesoro. Para  Schliemann era la prueba definitiva. Aquello solo podía haber pertenecido a un gran rey, y para Schliemann ese rey solo podía ser Príamo, padre de Héctor y Paris. A partir de ese momento Schliemann ya no dudó que había descubierto la Troya homérica, solo que se había pasado continuando la excavación a niveles anteriores (el tesoro estaba en lo que Schliemann había llamado Troya II).  Schliemann no estaba dispuesto a dividir el conjunto dando la mitad a Turquía, de forma que sacó el tesoro a escondidas poco a poco de Turquía, enviándolo a Grecia, donde la familia de Sophia lo custodió. Cuando Schliemann lo dio a conocer, los arqueólogos "académicos" intentando ridiculizarlo y desacreditarlo, criticaron sus técnicas de excavación y hasta  lo acusaron de haber falsificado el tesoro.

Ante esto, y como opinión propia y sin nada que ver con el libro, mi opinión es:

- Hubo mucha envidia contra Schliemann, porque todos esos arqueólogos no disponían de fondos para financiar excavaciones y tenían que esperar a que alguien pusiera una cantidad importante en sus manos.

- Es cierto que Schliemann era "un aficionado", pero las técnicas de excavación que usaban los contemporáneos de Schliemann, también nos horrorizarían hoy.

- No hay ninguna seguridad para atribuir ese tesoro a Príamo o su época. Pero hoy día no hay razones para sospechar que sea falsificado. Es verdadero, aunque muy posiblemente anterior a la época de los hechos relatados por Homero. La capa en la que el tesoro de Príamo fue supuestamente encontrado fue la de Troya II, mientras que Príamo, según la tradición, habría sido habitante de Troya VI o VIIa, que fueron ocupadas cientos de años después.

- Demostró la existencia histórica de esa ciudad, aun cuando en su apreciación cometió errores de cronología.

Cuando H. Schliemann descubrió, bajo el suelo de Hissarlik, las murallas troyanas no sólo inició la reconstrucción histórica de la, hasta entonces, mítica ciudad, sino que abrió un venero inapreciable para la arqueología. Con posterioridad, las excavaciones de Dörpfeld y de Blegen mostraron, en ese solar, la existencia de nueve ciudades superpuestas a lo largo de los siglos.

- Hay que reconocer que Schliemann, aunque fuera un "aficionado" tuvo el mérito de haber sido el primer arqueólogo en documentar fotográficamente sus hallazgos.

Por el hecho de haber trasladado ilegalmente a Grecia,  sin la debida autorización de las autoridades turcas, ese tesoro, Schliemann fue acusado por el gobierno otomano y condenado a abonar una multa que el arqueólogo pagó quintuplicada con la condición de que le permitieran retener parte de ese hallazgo y le renovaran el permiso para seguir excavando. En cumplimiento de ese acuerdo dejó la parte convenida con destino al antiguo museo de Constantinopla.

En cuanto al citado tesoro, con los años, contra la voluntad de su esposa que quería lo donara al gobierno griego, Schliemann lo confió al cuidado del entonces Imperio alemán, depositándolo en el Reichsbank de Berlín, pero estos objetos desaparecieron en en medio del caos de los últimos días de la Segunda Guerra Mundial sin que nada se supiera de su destino durante décadas. Hace pocos años, la directora de uno de los museos de Moscú, el Museo Pushkin, declaró que el llamado «tesoro de Príamo» estaba en sus depósitos.  Se supo que, para preservarlo de los bombardeos se empaquetó en cajas y se trasladó a un refugio subterráneo. En algún momento, se llevó a los almacenes del Museo Pushkin de Moscú. A pesar de que las cajas estaban correctamente rotuladas e identificadas quedaron olvidadas. Mientras tanto, el mundo entero creía que el tesoro ya no existía. Hace pocos años, la directora de ese museo reconoció que el tesoro estaba entre sus depósitos y que lo expondría para que el público pudiera apreciarlo, y así lo hizo; de esa muestra valiente y memorable, resta un catálogo. Esa actitud, como es de imaginar, dio origen a un conflicto judicial de alcance internacional donde turcos, griegos, alemanes y rusos litigaron –y litigan– por su pertenencia.

Schliemann esperaba para reemprender las excavaciones, pero como la autorización de los turcos para reiniciar las tareas arqueológicas se demoraba más de lo razonable, marchó a Grecia con el propósito de excavar en Micenas.


En Micenas, 
Schliemann hizo lo mismo que había hecho en Troya, seguir al pie de la letra a los clásicos, en este caso al geógrafo Pausanias, concretamente la Descripción de Grecia. Anteriormente los eruditos habían interpretado erróneamente las indicaciones de las tumbas de las que hablaba Pausanias, creyendo que estaban ubicadas todas fuera de la muralla de la acrópolis. (menos mal que era "un aficionado sin estudios") En las excavaciones halló cinco tumbas (en un recinto que ha sido llamado Círculo funerario A) con un total de 20 cadáveres, y en torno a ellos abundantes y ricos ajuares funerarios, con numerosos objetos de oro, bronce, marfil y ámbar. Además halló sesenta dientes de jabalí y un numeroso grupo de sellos con grabados de escenas religiosas, de luchas o de caza. Entre estos hallazgos estaba la llamada máscara de Agamenón, fechada, sin embargo, varios siglos antes de la cronología que tradicionalmente se atribuye al legendario rey. 


   Aunque desde que la hallara, Schliemann llamara "Mascara de Agamenón" a la fabulosa máscara funeraria que pertenecía a uno de los ajuares funerarios, hoy se sabe que no era la tumba del jefe de la coalición griega que luchó en Troya, sino que el conjunto de tumbas era un heroon, es decir, 
 un santuario dedicado por los antiguos griegos y romanos (y en ciertos casos por otros pueblos como los iberos) como lugar de culto o conmemoración de un héroe, erigido frecuentemente sobre su supuesta tumba o cenotafio.El culto habitualmente se centraba alrededor del heroon, en el cual se creía reposaban los restos del héroe (reliquias). Se le hacían ofrendas, comidas y se hacía consideración de que el héroe aún estaba vivo y compartía esas ofrendas. La "posesión" de un héroe por una determinada ciudad era visto como algo fundamental para el buen devenir de ésta.

Aún realizó Scliemann mas excavaciones exitosas:

En 1876 había iniciado unos pequeños sondeos en Tirinto, y en 1877 volvió a Ítaca, exploró la isla en busca de restos arqueológicos y realizó algunos sondeos, pero sin resultados.

En 1880 excavó en Orcómeno, donde encontró un tipo de cerámica que llamó cerámica minia. También descubrió una tumba del tipo tholos, de época micénica.

En 1882-1884, junto con Wilhelm Dörpfeld -un joven arquitecto y arqueólogo alemán ya célebre por sus campañas en Olimpia-, regresó para excavar a mayor escala, inspirado en los datos que sobre esta ciudad habían escrito Homero y Pausanias. Desenterró un palacio micénico de considerables dimensiones.

Schliemann volvió durante tres campañas a Troya. En ellas, su colaborador más valioso fue el citado Wilhelm Dörpfeld. Por los hallazgos de cerámica en estas campañas, Schliemann admitió su error en su creencia inicial de que el estrato de Troya II era el correspondiente a la ciudad homérica, y en cambio ésta debía identificarse con Troya VI. Uno de los hallazgos más llamativos de la última campaña fue el denominado tesoro L, que constaba de cuatro hachas ceremoniales, que trasladó también ilegalmente a Grecia.

Bueno, no quiero aburrir. Leed el libro. En el hay cosas que no he contado. Está descatalogado pero, si no os importa comprar libros de segunda mano, lo podéis encontrar en la Casa del Libro y en Todocolección. Que no me llevo ninguna comisió ¿eh? Simplemente es que cuando algo me gusta mucho, me da mucho coraje que otras personas no disfruten de ello.

Prometo escribir una tercera parte sobre "La vida privada de la Mona Lisa".