viernes, 7 de febrero de 2020

Una aguja en un pajar


He escrito sobre series de televisión dos veces en este blog: sobre Los Tudor y El ala oeste de la Casa Blanca. En la primera para señalar la gran cantidad de errores históricos que contiene y en la segunda para opinar sobre personajes, situaciones y tramas que me parecieron ridículas. Pero no soy tan exigente que no pueda encontrar una serie  del género histórico que no vea con agrado. Eso me ha sucedido con Los Medicis: Señores de Florencia, y eso a pesar de que el propio  guionista, Frank Spotnitz (el hombre detrás de series como The Man In the High Castle, Crossing lines y otras) reconoce lo siguiente: La serie parte de un hecho inexistente. Comienza con la muerte de Juan de Medicis, pero en seguida se plantea que fue envenenado. Pero Juan de Medicis no fue asesinado. El guionista se explica de la siguiente forma en una entrevista: “No es ningún secreto que hemos inventado ciertas cosas”.

El primer episodio comienza con la muerte de Juan de Medicis y en seguida se insinua que fue envenenado rociando con cicuta las uvas que acostumbraba a tomar en sus visitas a una viña. Pero Juan de Medicis no fue envenenado. El guionista se explica en una entrevista de la siguiente forma:Un comienzo emocionante habría sido con Lorenzo el Magnífico, que tiene una vida fantástica, así que pensamos que teníamos que empezar próximos al principio de la saga, con Giovanni. Pero no podíamos encontrar drama suficiente en la vida de Giovanni. De repente se nos ocurrió la idea de preguntarnos qué pasaría si fuese asesinado, realmente no estamos del todo seguros de que haya sido así. Pero si hubiera sido asesinado se crea una veta en la historia que nos permite hablar de quién era Giovanni, pero también convertirlo en un misterio de asesinato y en la saga de una familia que intenta entender quién mató a su padre. Esto abre mucho la historia porque estarían interesadas personas que no están interesadas en los Medici."
  De cualquier forma, viendo la serie se puede hacer uno una idea bastante exacta de lo que era llegar y ostentar el poder en la Italia del Renacimiento: asesinatos, sobornos y chantajes eran moneda común entre las familias que conspiraban unas contra otras y juntas contra las ciudades vecinas. El guionista se plantea que si ser exactamente fiel a los hechos históricos va a llevar a los espectadores al aburrimiento, quizás no sea tan negativo introducir ciertas libertades a la hora de escribir el guión, si con ello se abre a un grupo mucho más amplio de espectadores.

Por otro lado, la serie cuenta con la ventaja de que les han dejado rodar en escenarios reales: en Florencia han tenido acceso a la catedral, al baptisterio, con todas las facilidades.El propio alcalde les hizo una ruta. Han rodado  en lugares de la Toscana, Montepulziano, Pienza, que tienen el mismo aspecto que en el siglo XV. Hay algo de imagen por ordenador en la serie,  pero también hay muchos planos que son tal cual, limpios, sin generación por ordenador y la verdad es que tienen aspecto del siglo XV.

En cuestión de actores, la serie también destaca. Dustin Hoffman, que encarna a Juan de Medicis, que  aunque muere al inicio del primer capítulo, aparece en numerosos flashbacks. A él se suma otro excelente actor como el británico Brian Cox. No opinan lo mismo los críticos de Richard Madden, actor al que encuentran inexpresivo y de pocos registros en su papel de Cosme, hijo de Juan de Medicis. Muchas alabanzas está recibiendo, en cambio, Annabel Scholey en el papel de Contesinna Bardi, esposa de Cosme de Medicis.

Si la serie se estira hasta llegar a Lorenzo el Magnífico y mantiene lo que de bueno he visto hasta ahora, puede ser memorable.




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