jueves, 21 de noviembre de 2019

Responsabilidad vs. Sentido del deber



He visto de un tirón, como a mi me gusta, la tercera temporada de "The Crown" al completo. 10 capítulos de 1 hora que se me han pasado en un vuelo. Y algunos momentos me han llevado a reflexionar sobre el tema al que me enfrento hoy. En uno de los capítulos, la reina Isabel recuerda un consejo que le dio su abuela, la reina María, que venía a decir que le había tocado un papel difícil en la vida porque ellos no tenían derecho a tener opiniones ni a mostrar sentimientos. En otro capítulo, la reina confiesa que ella hubiera sido feliz dedicándose a la cría de caballos de carreras. Sabemos sin lugar a dudas que para Jorge VI, padre de Isabel, la corona fue un peso terrible que quizás le acortó la vida e indudablemente hizo de él un hombre triste, sobrepasado por sus obligaciones.

Afortunadamente le llegó después de haberse casado con la mujer que quiso, sin verse sometido a la presión de tener que elegir a la mujer "apropiada" para un rey o un heredero al trono, aunque no pudiera llegar librarse de la terrible carga de ser rey de uno de los países contendientes en la Segunda Guerra Mundial. Son muchísimos los momentos de la serie en las que el argumento gira alrededor del deber y la responsabilidad. Un grupo de personas atrapadas en sus responsabilidades,  vidas marcadas por decisiones tomadas por otros, algunos que antepusieron su felicidad a las obligaciones y otros que se doblegaron a ellas y a los deberes adquiridos por nacimiento. Como la triste infancia del príncipe Carlos, que sufre a una madre a la que han educado para que sea  gélida y poco cariñosa y a un padre que le impone el internado escocés donde él se educó y que su hijo vive como una condena.

Quien más, quien menos, ha tenido que lidiar con las expectativas de sus padres. Yo, como profesora, lo he visto muchas veces en mis alumnos.

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