domingo, 13 de octubre de 2019

Hacerse el sueco

Hacerse el sueco, es hacer como que no te enteras de algo, desentenderte de una obligación o hacer como que la cosa no va contigo, para eludir una responsabilidad.

Existen, tanto en libros publicados como en internet, varias explicaciones diferentes sobre el origen de esta expresión. Yo os voy a contar la primera que supe, que además tiene la particularidad de haberse originado en Cádiz, mi ciudad.

Durante los siglos XVII y XVIII, cuando Cádiz era un emporio comercial por cuyo puerto pasaban las mercancías más codiciadas, existían en la cuidad numerosas colonias extranjeras: italianos, franceses, malteses, irlandeses, flamencos, armenios, griegos, portugueses, suizos, saboyanos..., todos dedicados al comercio. Pero también era tiempo de guerras, que con frecuencia involucraban a varias de estas nacionalidades, lo que implicaba la prohibición de comerciar con "el enemigo". A veces, algunos comerciantes, para no interrumpir su negocio, fingían ser suecos, con lo cual la compraventa y los tratos comerciales no se veían afectados y se continuaban realizando con toda normalidad. Ayudaba el hecho de que por entonces las leyes no prohibían el uso de "banderas de conveniencia". Es decir cuando convenía "se hacían los suecos".



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