lunes, 14 de octubre de 2019

238. Justificaciones

 Los alumnos de mi instituto faltan muy poco, poquísimo. No quiero decir con esto que adoren venir a clase. Yo me inclinaría más bien por la teoría de que las madres no tienen la menor intención de aguantarlos en casa, unido al hecho de que para eso son un poco pavos. Ayuda, desde luego, la circunstancia de que tanto sus casas como el instituto están en mitad del campo, en tierra de nadie. Ya veríamos lo que ocurriría en el caso de estar en una calle concurrida de una ciudad cualquiera.

De todas formas, de vez en cuando falta alguno. Y los padres, muy bien acostumbrados, los envían de regreso al redil con el impreso de justificación de faltas convenientemente relleno. Los motivos, los habituales: enfermedades corrientes y visitas al médico o al dentista.

Pero muy de vez en cuando lees en el papelito alguna explicación fuera de lo común. Y esta mañana he encontrado dos de esas.

“Le dolía el pecho izquierdo“. La verdad, creo que no hacen falta tantos detalles.

“Encerrado en el garaje“. En este caso, sin embargo, se agradecería alguna explicación más, porque me he quedado con la duda de si se encerró en el garaje para no venir a clase, de si alguien lo encerró a posta o de si fue un encierro involuntario, una avería de la cerradura o el mecanismo de la puerta.


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