jueves, 29 de agosto de 2019

22. Venganzas

Por si fuera poco enterarnos de que la aspirina tiene efectos completamente diferentes en hombres y en mujeres, la revista Nature ahonda más el abismo entre los sexos publicando un estudio del University College de Londres con el que se demuestra que el cerebro masculino disfruta más de la venganza que el de las mujeres.

 El procedimiento, entre lo científico y lo sociológico, consiste en que un grupo de hombres y otro de mujeres presencian, a través de un monitor, una escena en la que se aplica una pequeña descarga eléctrica a un individuo que supuestamente ha cometido una infracción. Un escáner cerebral recoge la reacción que hay dentro de sus cabezas. El resultado ha sido que los hombres mostraban más “gratificación cerebral” cuando el supuesto delincuente recibe un castigo, lo que parece indicar que los hombres tienen más sed de venganza que las mujeres. Las mujeres, en cambio, parecen identificarse con el dolor físico del otro.
Sin embargo, Nietzsche dice que “en la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre”.
Aunque sólo fuera por la cantidad de barbaridades que dice de las mujeres y por hacer apología de los malos tratos hacia ellas, creo que hay motivos sobrados para aborrecer a Nietzsche. Yo, por lo menos, no lo trago desde que estudié COU.

Pero hoy me he dado cuenta de que, por lo menos en una ocasión, mi reacción ha estado más cerca de Nietzsche que del estudio de Nature. No es que haya disfrutado vengándome de alguien, no. Pero me he enterado de que se ha muerto una persona que me había hecho mucho daño, y me he quedado totalmente indiferente. Me ha dado igual, vamos. No sé si eso se podría equiparar con el sentimiento de venganza, pero lo cierto es que su muerte inesperada (era joven todavía) no ha despertado en mi la más mínima compasión.

 No creo que vaya a convertirme en una persona insensible y dominada por malos sentimientos, pero de todas formas crea cierto desasosiego, a estas alturas de la vida, descubrir que no nos conocemos tan bien como creemos.

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