miércoles, 28 de agosto de 2019

4, Mujer ¿de hoy? (2)

La verdad es que esta revista saca a la luz mis instintos más violentos. Creo que con lo que ya comenté ayer se puede comprender el por qué, pero por si no es suficiente, pongo más ejemplos de lo que he encontrado en ella:

– La publicidad parece elegida para que nos sea imposible identificarnos con ella: un reloj de señora que cuesta 2.090 euros, Catherine Zeta-Jones que nos informa (en inglés) de que para ella el día comienza a las 5 y un minuto de la tarde… (para mí a las 6’30 de la mañana, hija mía, y ya no paro hasta la noche).

– Otra sección, dedicada a desentrañar nuestro futuro en los astros, nos dice (a todas) que nos podemos despreocupar porque la luna se instala el día 16 en Sagitario (ufff, menos mal).

– Por si eres una ordinaria que no sabes lo que se lleva, te informan de que lo último es un teléfono móvil que cuesta 300 euros, las figuras de cristal de Baccarat y Lalique (ni siquiera se pone el precio, imagináos) y los muebles-joya diseñados por Armani.

– Una sección extra, con el subtítulo “Muy práctico” (??????), nos sugiere que llevemos a los niños de viaje, por ejemplo, a Laponia a ver a Papá Noel (5 días, 1.700 euros por persona), o a Dinamarca (3 días a partir de 882 euros por persona) y que aprovechemos para hacer nuestras compras navideñas (por supuesto, qué vulgaridad ir al centro comercial más cercano, si puede uno ir a Laponia).

Y lo que me pone ya en el disparadero es el tema solidaridad, indispensable en estas fechas. Bajo el título “Árboles solidarios”, nos presentan 27 arbolitos de Navidad hechos por gente como Ágata Ruiz de la Prada, Roberto Verino o Purificación García, que se van a subastar para recaudar fondos para una fundación creada por unas chicas muy pijas que se hacen fotos rodeadas de niños monísimos. Así que si te gastas una pasta en comprar alguno de estos engendros para colocarlo en tu casa (eso sí, procurando que todas tus amistades se enteren de que tu árbol ha salido de las manitas de Adolfo Domínguez o Amaya Arzuaga), te conviertes en una persona solidaria.

¿De verdad piensan las señoras que perpetran este atentado al sentido común, esta burla cruel, que existen mujeres como las que se supone que son las destinatarias de esta revista? ¿O simplemente son unas guasonas que se parten de risa cada semana cuando sacan a la calle esta basura?

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