sábado, 31 de agosto de 2019

40. Operación "Perfume"

Hay varios signos inequívocos de que se acerca la Navidad. No me refiero al calendario, o al tiempo. Al contrario. Si hacemos caso al calendario o al tiempo podemos pensar justamente lo contrario.

En primer lugar, se empiezan a instalar las luces navideñas en las calles. Y es que estamos a primeros de noviembre, claro. Pero ¿desde cuando se pone la iluminación navideña justo después del puente de Todos los Santos? Pues desde que la planificación del trabajo de las empresas que se ocupan de eso es más importante que la propia fiesta en sí y el sentido común.

Por otro lado, si vivimos en Cádiz mejor no nos guiemos por esa señal, porque es posible que, viendo las luces colgadas pensemos que estamos a 20 de diciembre cuando en realidad estamos ya a 30 de enero. Y ahí siguen. Esta debe ser la ciudad en la que las luces navideñas permanecen más meses puestas. Y es que la empresa que las coloca es la misma que se encarga de la iluminación para el Carnaval. Y claro, ¿qué sentido tiene subirse a una escalera para empezar a descolgar todo el 7 de enero si un mes después nos vamos a tener que subir otra vez en la misma escalera para colgar la iluminación carnavalesca? En resumen, que las luces navideñas permanecen puestas hasta que llega el momento de colgar los feísimos adornos de Carnaval.

Mejor vamos a guiarnos por otro signo más seguro. Observemos la televisión y si aparecen anuncios de perfume a mogollón es que se va acercando Navidad. Mejor, con este tema no hay confusiones. Estos anuncios llegan hasta el 5 de enero, ni un día más. No hay peligro de confusión: si hay anuncios de perfume en pantalla, el 6 de enero todavía no ha llegado; si brillan por su ausencia, es que ya pasó.

Estos anuncios se dividen en dos tipos:

a) anuncios de perfumes “estables”;

b) anuncios de perfumes “fugaces”.

   Hay perfumes que están pensados para durar cierto tiempo y, aunque no se anuncien en televisión fuera de estas fechas, de un año para otro los sigues recordando porque los ves en las tiendas, y porque han logrado crear un grupo de personas que los usan con continuidad. Eso sí, el anuncio es como el Guadiana. En estos días estoy viendo un anuncio de un perfume que juro que no lo emitían desde el 5 de enero del 2007. No recuerdo el nombre, pero lo anuncia una chica que creo que es Hillary Swank (muy mona, y con un tipazo que lo quisiera para mí).

   Luego hay perfumes que estoy convencida que aparecen sólo para durar una campaña navideña. También es posible que se trate del mismo perfume una y otra vez, con distinto nombre y diferente envoltorio, para hacernos creer que es nuevo, que por lo visto eso es fundamental para cualquier producto. Si es nuevo tiene que ser buenísmo. También es muy característico de estos perfumes que sean promocionados con el nombre y la imagen de una persona famosa. Este año ha sido Mariah Carey la que ha sacado un perfume: “M”. Y se promociona con una frase poco afortunada: “Mariah Carey huele a M”. Y cada cual que imagine lo que quiera.

Antonio Banderas ya tiene seis: Diavolo, Diavolo for women, Mediterráneo, Spirit, Antonio Banderas for women y Antonio. Me juego lo que sea a que ya es imposible conseguir los primeros de la lista, que se comercializarían justo hasta que fueran saliendo los demás. Y además sospecho que van desapareciendo para que no nos demos cuenta de que es el mismo con diferente envase.

   ¡Agggg, qué bajo hemos caído, qué vulgaridad! Qué tiempos aquellos en los que un perfume se hacía famoso por que lo usaba una reina, y de ella recibía también el nombre. Es lo que ocurrió con el primer perfume famoso elaborado con alcohol: se llamó “Agua de la reina de Hungría”, por ser el predilecto de la princesa húngara Isabel, a principios del siglo XIII. Ahora los que dan nombre e imagen a un perfume son personajes como Carmen Sevilla (tiene hasta una colonia infantil que se llama “Mis ovejitas”), Alejandro Sanz (“Siete”), David Beckham (con su nombre), David Bisbal (“Pura esencia”) o Arturo Fernández (“Classe”, se llama el suyo).

Cuando no están rindiendo culto a un famoso, estos perfumes “fugaces” destacan por un supuesto exotismo que se plasma en nombres que en realidad yo calificaría más como “Choni fashion”, o por un uso indiscriminado del francés y el inglés, que ya se sabe que no se puede llamar a un perfume “alicates”, pero si lo dices en francés suena muy chic ("Pliers", parece mentira como alicates, traducido al francés suena a otra cosa). Así no tengo que calentarme el coco. Elijo la primera palabra que pasa por mi cabeza y luego la traduzco a una de estas lenguas. Eso sí, si el perfume lo han creado Vittorio y Lucchino pueden ponerle un nombre más ibérico que el toro de Osborne sin que los califiquen de rancios y catetos.

   Dos cosas más hacen falta: un anuncio plagado de imágenes eróticas o de influencia oriental, y una frase publicitaria que parezca transmitir toda la sabiduría de los Siete Sabios de Grecia, el sentido de la vida desvelado y resumido en pocas palabras: “Your fragance, your rules”, por ejemplo.

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