miércoles, 28 de agosto de 2019

9. Políticos y educación 1ª parte

La Ministra de Educación, en el informe ‘Datos y cifras del sistema universitario del curso 2005-2006’, presentado este lunes, nos informa de que el número de alumnos universitarios en España ha descendido un 1’4% con respecto al curso anterior. La Ministra lo achaca al descenso de la natalidad de mediados de los 80, pero en realidad las causas son mucho más preocupantes. Los que estamos en esto de la enseñanza teníamos muy claro hace ya al menos siete u ocho años que esta situación se iba a dar, ya que no se puede imponer un sistema educativo que castra intelectualmente a los niños desde preescolar y luego pretender que no pase nada.

Las cifras son para asustar a cualquiera: un 33% de los alumnos de Secundaria abandonan la escuela para siempre sin conseguir ninguna titulación (es decir, que después de un mínimo de 10 años escolarizados se van sin NADA, porque el de Secundaria es el mínimo título que se despacha en España). Del 67% que consigue un título de Secundaria (lo que no quiere decir siquiera que sepan escribir correctamente o comprender lo que leen), los que comienzan el Bachillerato son sólo una pequeña parte, y aún así más de un tercio de los que lo comienzan no son capaces de culminarlo.

Por otra parte no es de extrañar, porque ¿qué perspectivas se le ofrecen a aquellas personas que han empleado una cantidad considerable de tiempo, esfuerzo y dinero en obtener un título universitario? La Ministra, con el triunfalismo habitual de los políticos, dice al presentar el informe que los españoles que tienen un título universitario ganan mucho más dinero que los que no lo tienen. Supongo que cuando afirma esto se refiere a ella y a algunos conocidos suyos, porque ese mismo día leo información que desmiente a la ministra y confirma lo que todos sabemos: un especialista en Recursos Humanos reconoce que en España los poseedores de un título universitario están explotados y mal pagados. En la misma publicación se habla de los “mileuristas”, gente que apenas gana mil euros mensuales teniendo una titulación universitaria (y a veces dos).

También dice la San Segundo, en la línea habitual de “qué listos somos y qué bien lo hacemos todo”, que en la Universidad hay una proporción ligeramente superior de mujeres (53%) que de hombres. Probablemente lo achacará a que estos maravillosos políticos que tenemos están logrando acabar con la tradicional discriminación de la mujer en el ámbito universitario. Pero nada de eso. Esta circunstancia hace mucho tiempo que se da. Hace ya años la rectora de la Universidad a Distancia reconocía en una entrevista que la UNED era la única Universidad pública española en la que había similar proporción de hombres y mujeres, y eso porque en ella no se exigía una nota determinada para ingresar. En cualquier Universidad donde sea necesaria superar una nota siempre hay mayor presencia femenina, por la sencilla razón de que las mujeres obtienen notas algo más altas de media en el bachillerato y la selectividad y, por tanto, copan un mayor número de plazas.

Por favor, que no se me solivianten los caballeros que no estoy diciendo que las mujeres sean más inteligentes. Pero de lo que no hay duda es de que son más constantes, porque el abandono masculino es mucho mayor que el femenino, al menos en etapa universitaria. Esto de la constancia y algunas otras características que se suelen dar más en las chicas que en los chicos (siempre hablamos en términos generales) causan que ellas lleguen a la Universidad pertrechadas con notas un poco más altas.

La Ministra sí se muestra constante en una cosa: en que prefiere mirar para otro lado y no ver la situación tercermundista de la educación en España.

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