jueves, 29 de agosto de 2019

25. Esta claro que no tengo el mismo gusto que las inglesas (en cuestión de hombres)

Hace siglos que tenía ganas de gritar esto a los cuatro vientos: Brad Pitt me parece feo; más que feo, horroroso. Ha sido así desde siempre, desde que lo vi en aquel mini-papelito en “Thelma y Louise”. Y como me acabo de enterar de que diez mil inglesas lo han elegido como el hombre más sexy del mundo, no puedo resistirme a dejar constancia de mi rebelión ante lo que parece una opinión generalizada.

Se ha pasado años disputando el primer puesto en estas listas con otros dos actores: Johnny Deep y Tom Hanks. Y ¡oh, casualidad!, resulta que estos dos señores me inspiran una viva repugnancia. Sí, de acuerdo, para gustos los colores, pero resultaba un poco mosqueante que precisamente los hombres aparentemente más deseados me desagradaran tanto. No puedo decir exactamente qué debe tener un señor para que me parezca guapo y/o atractivo, pero cada vez tengo más claro lo que no me gusta.

- No me gusta el aspecto macarra y vulgar.

- No me gusta el aspecto famélico y enfermizo conscientemente buscado. Algunos parece que acaban de levantarse de la cama después de una semana con gastroenteritis. Y que ni si quiera se han pasado un peine.

- No me gusta la gente que viste ropa que parece que la han encontrado en un contenedor de basura, aunque sean prendas carísimas de marca.

- No me gustan las prendas muy específicas fuera de su contexto, ni las mezclas de ropa como una chaqueta de smoking con una camiseta, por ejemplo.

- No me gustan los hombres que, haciendo caso omiso de lo que les sienta bien o mal, siguen como perrillos falderos las consignas de los gurús de la moda. Por ejemplo, hay hombres a los que les sienta de maravilla el pelo largo (incluso muy largo), y otros que como se ven bien es con el pelo corto. Pues nada, independientemente de eso, muchos llevan la cabeza casi rapada simplemente porque ahora toca (sin tener en cuenta el resto de sus rasgos), o el cabello cortado de forma que parece que tienen cuatro pelos mal puestos.

- No me gusta el pelo teñido: ni las mechas rubias sobre un pelo oscuro, ni los tintes negros que sientan tan mal a quien no tiene ese color de forma natural (el susodicho Brad Pitt, por ejemplo, acaba de teñirse de negro). Por no hablar de esa decoloración radical que se puso de moda entre los deportistas.

- No me gustan los hombres con cara de nena. No me entra en la cabeza que le podían ver a Leonardo di Caprio cuando era más joven. Ahora el pobre está horroroso pero por otros motivos.

- No me gustan los hombres exageradamente pulidos.

- Y, en fin, no me gustan los hombres que intentan enmascarar patéticamente su edad (también me parece penoso en las mujeres, que conste).

Después de esta enumeración, creo que mis gustos tampoco son tan raros. Ya no me mosqueo pensando por que no me gustan los considerados más guapos. Y además, creo que eso me deja un campo muchísimo más amplio donde elegir.

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