jueves, 5 de septiembre de 2019

147. Y lo que Bibiana hace, mientras tanto

Después de la desasosegante respuesta recibida del Ministerio de Igualdad, en el sentido de que dicho organismo no tiene capacidad o poder para impedir que ocurran hechos como los que referí en la entrada anterior, me preguntaba qué podía hacer realmente dicho Ministerio. Y he aquí que en sólo unos días ya tengo respuesta.

La agencia Europa Press informa hoy de que la portavoz de Igualdad del PSOE, Carmen Montón, ha presentado al gobierno una proposición no de ley para que promueva la perspectiva de género en las políticas urbanísticas, que tradicionalmente han estado orientadas al hombre, y así se favorezcan las condiciones de vida de las mujeres.

Según sostiene Carmen Montón, el urbanismo no es neutro, y hasta ahora se ha diseñado perjudicando los intereses de las mujeres, obligándoles a desaprovechar mucho tiempo e impidiéndoles socializar.

El hecho de que los colegios, hospitales y comercios no estén en los lugares con mejor situación para los intereses femeninos, de que no se consulte a las mujeres a la hora de elaborar planes de seguridad en los municipios (con el resultado de que el 60% de las mujeres frente al 17% de los hombres tenga miedo a salir por la noche por su barrio), y de que no se tengan en cuenta aspectos diferenciales como embarazo, origen étnico, estatura o calzado han dado como resultado que la calidad de vida de las mujeres se vea gravemente perjudicada por esta causa.

Y así “señala que el Gobierno central ha realizado un esfuerzo notable para integrar la perspectiva de género en el urbanismo, pero le pide que promueva la práctica sistematizada de este método y que fomente la investigación en temas de género en el espacio urbano, movilidad, seguridad, vivienda y planificación”.

Yo no acabo de tener claro si estoy a favor o en contra de esta iniciativa parlamentaria. Por una parte, agradecería que antes de diseñar las sucesivas políticas urbanísticas me preguntaran sobre la altura de mis tacones. Por otro lado, como la diputada pide específicamente “espacios de ocio adecuados para las mujeres”, y mis actividades de ocio suelen incluir también presencia masculina, me fastidiaría bastante y me aburriría sobremanera que mi ocio quedara circunscrito a espacios fundamentalmente femeninos.

En cualquier caso, creo que la solución está al alcance de la mano del gobierno. Se trata de algo tan sencillo como legislar sobre la obligatoriedad de que los técnicos de urbanismo de cualquier ayuntamiento y comunidad autónoma sean mujeres, aplicando la discriminación positiva. Lo que no sé es por qué la diputada no se ha lanzado a pedirlo expresamente.

Por último, supongo que cuando tengan ya las calles organizadas a su gusto, entonces pasarán a ocuparse de lo que ocurre en ellas, como yo pedía en la entrada anterior.

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