martes, 10 de septiembre de 2019

192. Inversiones

Para los que no pertenecen a mi gremio, les cuento que un centro público de Secundaria recibe dinero de la administración fundamentalmente por dos conceptos: “Funcionamiento” e “Inversiones”.En el capítulo “Funcionamiento” entran los gastos de luz, agua, teléfono, conexión a internet, material de oficina, contratos de mantenimiento… Es decir, aquellas cosas sin las que el centro no podría funcionar. Si faltara cualquiera de ellas tendríamos que enviar a todo el mundo a su casa y cerrar. Por eso, el dinero que se recibe por este concepto no experimenta variaciones sustanciales. Es el mínimo necesario para existir.En el capítulo “Inversiones” entrarían gastos como pintar las aulas cada cierto número de años, hacer una obra de reforma necesaria, comprar un ordenador o una fotocopiadora, algún mobiliario para la biblioteca o poner unas estufas en alguna dependencia, por ejemplo. Cosas que también son absolutamente necesarias porque nada dura eternamente, y más si está en uso por más de 300 personas. Y como todo no se adquiere ni se desgasta al mismo tiempo, todos los años hay gastos en este sentido: unos años hace falta pintura, otros años sustituir varios de los prehistóricos ordenadores del aula de informática, etc. El dinero del capítulo “Inversiones” es graciable. La Junta de Andalucía puede decidir un año conceder X euros y al siguiente el doble o la tercera parte. E incluso no conceder ni un céntimo.
Un edificio grande, que tiene que cumplir por ley una serie de condiciones de seguridad y demás, donde trabajan diariamente casi 350 personas, forzosamente necesita periódicamente de ciertas inversiones. Para que os hagáis una idea de por donde va la cosa, el curso anterior mi centro recibió 16.000 euros para el capítulo inversiones. Incluso con el secretario más rácano del mundo, no sobra nada.

Este año nos han comunicado que el dinero para inversiones es 400 euros. De 16.000 a 400 euros. El secretario, que no podía creer lo que estaban viendo sus ojos, pensó que había un error en las cifras. Cuando llamó para confirmar el dato le dijeron que la encargada del asunto estaba de vacaciones (no creo que sea muy normal coger las vacaciones a finales de enero, así que supongo que es una maniobra para quitarse de en medio un tiempo tras el bombazo), pero que prácticamente podían asegurarle que no había ningún error. Y que a todos los demás institutos les estaba pasando lo mismo, porque tenían una avalancha de llamadas.

Como me consta que hay dinero para inversiones, porque los políticos invierten continuamente en líneas de AVE innecesarias, aeropuertos en rincones perdidos, creación de puestos de trabajo fantasma que se adjudican a dedo a familiares y amigos, residencias palaciegas propias de jeques del petróleo, etc., esto me confirma lo que sabía hace mucho tiempo: que la educación es la última de las prioridades de nuestros políticos, a pesar de lo que digan sacando pecho ante las cámaras y los micrófonos.

La prioridad principal, por si había alguien tan idiota, sordo y ciego que no se había dado cuenta, es, como Durán Lleida se ha encargado de dejar bien claro, es no tener un Congreso “de gente pobre”. Para cubrir la cuota de pobres del país ya estamos los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario