viernes, 6 de septiembre de 2019

159. A dos metros bajo tierra (o sea, más bajo no se puede caer)

TAMBIÉN SE PODRÍA TITULAR: LA ENCHUFA-NOVIOS HA MUERTO, VIVA LA ENCHUFA-MADRES

Voy a ser totalmente previsible y nada original, pero como todos hemos caído alguna vez en lo mismo, me perdonaréis. Al fin y al cabo, cuando TODO EL MUNDO escribió sobre el Mundial, yo fui capaz de ignorar el tema. Como ya habréis adivinado, la cosa va sobre el nuevo gobierno. Un post sobre todos ellos, los entrantes, los salientes y los que permanecen, sería demasiado largo. Aunque lo tengo escrito en mi cabeza, me llevaría un tiempo considerable y, la verdad, además de publicar el post todavía me quedan cosas por hacer esta tarde, así que me centraré en un solo personaje (o personaja).
Soy fundamentalmente optimista, no a la manera estúpida e irresponsable del Presidente del Gobierno, negando la realidad cuando ésta se presenta mal, sino en el sentido de que prefiero ver el vaso medio lleno. Por eso, ni siquiera la trágica noticia de que tenemos una ministra de Sanidad dada al nepotismo, protectora de corruptos y, sobre todo, dado el puesto que ocupa ahora, defensora de la anticiencia y el pensamiento mágico con el propio ejemplo (usa la pulserita Power Balance), puede empañar una de mis alegrías del día de hoy. Bibi se ha ido por fin al guano.

De ella y su actuación no podíamos esperar otra cosa, la verdad. Destinada desde la cuna a ocupar altos cargos para los que no tiene ni experiencia ni cualificación. por el solo hecho de pertenecer a una de las familias caciquiles del PSOE andaluz, su destino estaba trazado. Es muchísimo mayor la responsabilidad de quien la encumbró a esos cargos. Pero la sesión de besos en el trasero que le dedica hoy el diario El País no tiene desperdicio. Porque los anónimos autores de ese artículo se empeñan en volver a repetir las mismas imbecilidades de siempre, a saber:

– Que los que la criticaban lo hacían por ser rancios conservadores. Lo que da a entender que Aído nunca ha hecho nada merecedor de crítica si uno no es un rancio conservador.


– Que los ataques a Aído son una reacción sobreactuada de los sectores neomachistas que reaccionan ante el avance indudable de la mujer. Es decir, que Aído es infalible, no se equivoca cuando habla “ex catedra”.

– Que en 2009 logró la cifra más baja de asesinatos machistas desde que se hacen balances (lo presenta como mérito de ella y de su ministerio). Ahí le queda al autor un resquicio de honestidad y acto seguido reconoce que en lo que llevamos de 2010 ya se han producido más asesinatos que en todo el año pasado, lo que invalida la presunción implícita en su frase anterior de que esa “baja cifra” (por muy baja que sea siempre será alta) es mérito de Aído. Si así fuera, no existirían las cifras de este año, siendo ella ministra durante la mayor parte del mismo y continuando con la misma política del año anterior.


– Que su vergonzosa frase de “miembros y miembras”, pronunciada en el Congreso, fue una broma, un clásico guiño al mundo feminista. Eso podría ser cierto pero es que el periódico se contradice EN EL MISMO ARTÍCULO, introduciendo en un recuadro lateral un enlace a otra noticia del mismo periódico: “Aído dice que nombrar a las miembras fue un lapsus”. Es decir, viendo el artículo, el hecho fue una broma o un lapsus, no puede ser ambas cosas a la vez.


– Que sus declaraciones se han exagerado y sacado de contexto una y otra vez en una campaña feroz para desacreditarla. No hace falta exagerar ni sacar nada de contexto. Afortunadamente existen los vídeos, las declaraciones grabadas, las ruedas de prensa. Nadie puede exagerar ni sacar nada de contexto, Aído está pillada por las cámaras y las grabadoras.

– Que su valentía defendiendo a las mujeres llegó al punto de que se atrevió a irritar a los musulmanes al manifestar su oposición al velo. FALSO. Hizo precisamente lo contrario. Cuando el caso de la niña expulsada del instituto y el de la posibilidad de prohibir el burka en espacios públicos, no sólo no se puso de parte de las mujeres veladas a la fuerza, sino que manifestó literalmente que “una prohibición general del burka supone añadir más penalización a las mujeres que lo visten”. Y recordemos el caso de las policías en la frontera con Marruecos. Anunció que tomaría “las medidas oportunas” y esas medidas fueron retirar a esas policías de aquel puesto y ponerlas en una oficinilla a sellar pasaportes. Todo ello, aunque El País no lo quiera reconocer, justo “por no irritar a los musulmanes”.

– Que el momento en el que peor se la trató fue con ocasión de la ley del aborto, por afirmar que un feto es “un ser vivo pero no humano” y que “abortar no supone acabar con una vida humana”. Evidentemente, cualquiera mínimamente informado debe escandalizarse ante tal alarde de ignorancia por parte de una ministra. Que le den a un biólogo un embrión y ya veremos si pone en duda por un segundo si es de conejo, de mono o de humano. Que Aído confunda los conceptos de humano y persona es otra cuestión, y podríamos entrar en el anticuado concepto de persona que el que ella está anclada, un concepto filosófico y no científico sobre el que sí podríamos discutir. Pero un ser vivo no humano que esté siendo gestado por una hembra humana es IMPOSIBLE, y sólo una semianalfabeta como ella puede decirlo ante los micrófonos tan tranquila. El País, con estas frases, se coloca al mismo nivel de ignoracia que la ex-ministra.

Es curioso que, en su loa a Aído, El País no destaque su habilidad para proporcionarle a su novio por toda la cara un cargazo con sueldo potente, chofer y demás fruslerías, pero sin contenido alguno (la “embajada de Andalucía en Madrid”).

En fin, para qué ahondar más en la basura del sectarismo ideológico y la osadía suicida de la ignorancia. Sólo con hacer un repasito de los asuntos mencionados por El País, cualquier persona que no esté apesebrada, amaestrada, agradecida o vendida a un partido político puede convertir fácilmente el elogio a Aído en un recorrido por sus mayores errores.

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