lunes, 9 de septiembre de 2019

183. Arrepiéntete, pecador

¿Te sientes una persona de bien porque has llegado a la conclusión de que todos los hombres son unos asquerosos rufianes y todas las mujeres unos seres extraordinariamente bondadosos e inteligentes? ¿Estás incómodo por estar rodeado de andaluces, murcianos, castellanos, gallegos, riojanos, canarios o madrileños, cuando en realidad querrías tener como vecinos a una familia de gitanos rumanos y a un grupo de senegaleses vendedores de dvd’s piratas? ¿Estás dispuesto a encañonar con una escopeta de caza a los novietes que se eche tu hija de 14 años a la espera del día en que un marroquí le eche el ojo para ocultarla bajo un niqab? ¿Piensas que por haber contestado “sí” a todas las preguntas anteriores has evolucionado a un estado superior, lejos de discriminaciones y odios irracionales? Pues estás equivocado.

Es posible que hayas eliminado de tu mente todo rastro de machismo y xenofobia, pero no pienses que mereces aún ser considerado persona. Aún eres un monstruo, porque eres especista. No eres mejor que aquel que desprecia a otro ser humano por razón de su sexo o su raza. Estás haciendo lo mismo que ellos, estás considerando inferior a otro animal simplemente porque pertenece a una especie diferente a la tuya. En tanto no te conviertas en vegano no nos vengas con excusas ni pamemas. Mientras uses lana o cuero para vestir, que sepas que eres un ser despreciable. “El racista viola el principio de igualdad, al dar mayor peso a los intereses de los miembros de su propia raza, cuando hay un conflicto entre sus intereses y los de otra raza. El sexista viola el principio de igualdad, al favorecer los intereses de su propio sexo. Igualmente, el especista permite que los miembros de su misma especie, sobrepasen los intereses de los miembros de otras especies. En cada caso el patrón es el mismo. Racismo, sexismo, especismo”.

Nuestros valientes activistas se juegan la vida en arriesgadas acciones para hacerse visibles ante esta sociedad despreciable: en los últimos días han rescatado a 11 gallinas de una granja y a 2 corderos de otra.

Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Reconocemos con humildad que quedan muchos flecos sueltos. Debemos concienciar a nuestros hermanos no humanos para que ellos también dejen de ser especistas: al león para que no mate antílopes, a la araña para que se aficione a las bellotas, a la rana para que aborrezca las moscas, las babosas o las lombrices. Evidentemente, todo eso cuesta dinero. Por ello, te pedimos que hagas una donación o pagues una cuota de socio. En Igualdad Animal emplearemos bien tu dinero.

Y recuerda:


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