martes, 10 de septiembre de 2019

208. Horarios de locos

La gente con niños dice que los horarios les impiden llevar una vida normal. Estoy bastante de acuerdo. Pero es que los que no tenemos niños tampoco podemos llevar una vida muy cómoda que digamos. Existe una total descoordinación entre horarios de distintos sectores e, incluso, dentro de un mismo sector como el del comercio. Por lo menos en mi tierra.

Puedo entrar a Zara Home a las 15’30, cuando voy camino de casa a comer, para comprarme una alfombra. Pero no puedo, unos metros más delante en la misma calle, comprar el periódico en la librería más surtida de Cádiz. No porque no tengan, que tienen todos los del mundo, sino porque hasta las 18 horas no hay tu tía.

A las 15 puedo darme una paliza en el gimnasio, pero no puedo bajar por una barra de pan al supermercado. Absurdo, ¿no?

Uso la tarjeta del Consorcio de Transportes Bahía de Cádiz, cosa patrocinada por la Junta de Andalucía para fomentar la utilización de los transportes públicos, con ahorro de dinero y evitar la molestia de tener que llevar calderilla. Sirve para autobuses urbanos e interurbanos, trenes de cercanías y los catamaranes que cruzan la bahía hasta El Puerto de Santa María y Rota. Pero la ventanilla de la estación de autobuses donde debo recargar la tarjeta con efectivo sólo abre de 9 a 14 horas. Normalmente, quienes usamos esa tarjeta somos personas que vamos a trabajar o a la Universidad. Y, por eso mismo, tenemos que utilizar ese transporte antes de las 9 o después de las 14. Para colmo, el fulano que recarga la tarjeta se sienta a 30 cm. de distancia de otro que sí está siempre allí, y que tiene la maquinita de recarga a la distancia de su brazo. Pero no, el que está siempre sólo te vende billetes, pero no te recarga la tarjeta.

No puedo dejar el coche en el taller de Peugeot un viernes por la tarde. El viernes a medio día dan de mano y hasta el lunes y si, por el mismo motivo por el que debo dejar el coche en el taller, recurro a la solución de urgencia de alquilar un coche, no puedo hacerlo ni en sábado ni en domingo.

Y lo más es lo de los bancos. No sólo no abren los sábados, sino que aquí tienen horario de verano seis meses al año (desde el 1 de mayo hasta el 31 de octubre, más la semana de Carnaval, fechas de Navidad y Semana Santa). Y no, no me sirve la banca por internet ni los cajeros automáticos, porque hay operaciones que no hay más remedio que hacerlas cara a cara, como cuando debes firmar algo.

Cada vez nos ponen la vida más relajada.

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