Hace ya un año que a mi Instituto le fue concedida la solicitud de ser un centro TIC. Eso implicaba que sería dotado con una moderna sala de informática, con todo el equipo nuevo, y con unos carritos con ordenadores portátiles para usarlos en las clases. No uno por alumno, por supuesto, ni uno por cada dos alumnos, sino solamente unos pocos de forma que los profesores tendremos que hacer turno para su uso. Como era de esperar, al cabo de un año no ha llegado nada de material informático. Tampoco hay el menor indicio de cuándo empezará el acondicionamiento de la futura aula de informática. La Consejería de Educación de la Junta no sabe, no contesta.
Mientras tanto, la asignatura de informática, que existe en varios cursos, se imparte con una colección de aparatos prehistóricos, muchos de ellos desechados por los profesores cuando renuevan sus equipos personales. Yo misma, en julio, cuando compré un ordenador nuevo, doné el viejo al Instituto, donde el profesor lo recibió como agua de mayo. Ni que decir tiene que tampoco en ese aula existe un ordenador para cada alumno. Tienen que compartirlos entre dos y a veces tres alumnos.
Mientras que, como se ve, los alumnos de secundaria no pueden disponer de un mínimo de ordenadores que no sean chatarra, Zapatero anuncia a bombo y platillo que los alumnos de primaria recibirán un portátil cada uno. Todo el mundo sabe que eso nunca ocurrirá pero, ¿y lo bien que queda anunciarlo?
Los profesores recibimos, por cortesía de las editoriales de libros, no de la Consejería de Educación, algunos portátiles de mala calidad. Por supuesto, no uno para cada uno, sino uno o dos por departamento, de forma que tenemos que compartirlos entre varios (y a veces dos departamentos comparten un solo portátil). Son tan malos que algunos se estropearon ya en el primer trimestre. Así que nos vemos forzados a llevar nuestros propios portátiles de casa si queremos utilizar este medio para presentar algún material a nuestros alumnos. Ni que decir tiene que no hemos recibido ningún tipo de ayuda económica para comprar estos portátiles que usamos en las clases.
Hoy mismo leo que el Congreso de Diputados va a gastar algo más de medio millón de euros en cambiar su sistema de correo electrónico, para que incluya la posibilidad de enviar mensajes a móviles.
A esta partida se sumarán otras, como trescientos mil euros en ordenadores portátiles de pequeño tamaño, que sustituyan a los que se pusieron en uso hace menos de dos años. Así sus señorías podrán seguir chateando y haciendo compras por internet mientras sus colegas pronuncian aburridos parlamentos que ni ellos mismos se creen.
También, como cada año, a cada uno de los diputados se le pasará el proyecto de Presupuestos del Estado para 2011 en un pen-drive. Para eso está previsto gastar 37.500 euros. Así sus señorías reciben cada año de regalo un pen-drive último modelo, en lugar de un par de dvd’s.
En total, cerca de un millón de euros en gastos totalmente prescindibles.
Creo que está todo dicho y que mis lectores no necesitan ningún comentario por mi parte. Una simple presentación de los hechos es suficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario