miércoles, 4 de septiembre de 2019

124. Con padres así........¿nos vamos a extrañar?

Hoy me he enterado de dos noticias que dejan a dos padres a caer de un burro. Si en una sola mañana me entero de la existencia de dos impresentables semejantes, podemos hacer un cálculo aproximado de cuántos millones de tipejos semejantes que nunca llegan a salir en los periódicos habrá por el mundo, y entenderemos mejor ciertos comportamientos infantiles y juveniles.

Primer caso, en Cádiz. La policía celebra el día de su patrón con entrega de condecoraciones y demás. En una doble página del Diario de Cádiz de hoy se recogen fotos del momento y declaraciones de algunas autoridades del gremio. Uno de ellos (un jefazo cuyo cargo ahora no recuerdo) cuenta una anécdota, precisando que no es única ni mucho menos, que se encuentran casos así todos los días. Y se trata de lo siguiente: Un menor roba un coche. Interrogado por la policía, explica sus motivos con la siguiente frase: “Estaba lloviendo. Me iba a mojar”. Y resulta que el padre de la criatura dice que ve normal la iniciativa de su hijo y lo justifica.

Segundo caso, en Inglaterra. Una niña de 10 años vive con su padre y su abuela. Ésta, de 61 años, tiene una lesión en la rodilla que le causa muchos dolores. Acaba de volver del hospital donde ha estado tratándose. La niña, aburrida de tener que llevarle la comida y estar un poco pendiente de ella, decide que podría librarse del engorro subastando a la abuela en Ebay. Y allí pone una foto de la pobre señora, especificando que es “muy quejica y molesta”. Declara literalmente “me estaba molestando y se quejaba todo el tiempo. Así que se me ocurrió que podía ponerla en eBay”. También comenta que pensó que podría obtener más o menos 99 peniques por ella (no sé por qué esa cifra tan rara, habría que preguntarle a la niña).

El padre declara que “todo ha sido una broma”, que en realidad la niña sólo quería encontrar a alguien que la cuidara, y que la iniciativa ha sido “muy dulce”.

Espero que no se extrañe si dentro de unos años la niña mete al padre, ya anciano, en una jaula, y lo lleva a una perrera.

Tampoco me extrañaría que alguien aprovechara para decir que la culpa es, en realidad, de los profesores. Ya se sabe que no hacemos otra cosa que pervertir a la “dulce” infancia.

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