La Feria del Libro de Cádiz está resultando un auténtico sainete.
Primer acto: Inauguración del evento. Pregón de la escritora cubana Zoe Valdés. Los periodistas más piadosos han cifrado la duración del pregón en dos minutos. La mayoría de los asistentes coinciden en que no llegó siquiera al minuto. Teniendo en cuenta los gastos de viaje (billete de avión desde París, ida y vuelta, y me imagino que en primera), alojamiento de lujo, comilonas esplendorosas y los correspondientes honorarios, el segundo de pregón ha salido a miles de euros. Los organizadores están indignados y el resto de la población se chotea a discreción.
Segundo acto: Contamos con la presencia del egregio escritor Boris Izaguirre, que aprovecha su presencia en la Feria para regalarnos los oídos con una tremenda exclusiva: deja la televisión porque el hecho de haber quedado finalista del Premio Planeta le ha convencido de que puede vivir de las letras. No puedo especificaros si ha decidido hacerse calígrafo o grafólogo. O quizás pintor rotulista. ¿Será posible que lo veamos con su latita de pintura y su pincel, plasmando sobre la fachada de una tienda un glamouroso “Modas Yenifer Zoraida”?
¿Cómo? ¿Qué se refería a escribir libros? ¿Seguro que pretende vivir de eso? Porque teniendo en cuenta que muchos ganadores del Premio Planeta, con muchos más libros publicados, muchos más premios ganados y una calidad reconocida más allá del guión de culebrón, declaran humildemente que siguen encadenados a la esclavitud de la columna periodística diaria o semanal, a la impartición de charlas y conferencias, a la enseñanza y a otras actividades para poder vivir, lo de este individuo me resulta de una ingenuidad conmovedora. Carmen Rigalt, Juan Manuel de Prada, Maruja Torres, Carmen Posadas o Fernando Savater, todos ellos ganadores o finalistas del Planeta, podrían hacer que bajara del guindo en un momento.
No sé, que pregunte a Zoe Valdés (finalista del Planeta en 1996) por qué necesita timar al personal con pregones supersónicos. O a Lucía Etxebarría (ganadora del Planeta en 2004) por qué ha tenido que poner un bar para poder comer todos los días. Claro que el bar de Lucía es un bar corriente y moliente, no es de esos donde entrarían Isabel Preysler, Carolina de Mónaco o Paris Hilton, así que veo difícil que Boris ponga los pies en él.
También puede hablar con Rosa Regás (ganadora del Planeta en 2001) y preguntarle qué tiene que hacer para que le asignen a dedo un puesto de esos que debería desempeñar un técnico de carrera y no un experto lameculos de políticos (directora general de la Biblioteca Nacional de España entre mayo de 2004 y agosto de 2007.). Así usurparía un sueldo que le permitiría bastantes alegrías.
Temo que el supuesto alejamiento de Boris de la televisión no durará mucho. De momento ha hecho caso de sus colegas de “Histéricos Anónimos” y pretende comportarse casi normalmente. Pero cuando el hambre apriete, recelo que volverá a las andadas.
P. D.: Prometo solemnemente que no es mi intención hurgar en la herida de nadie, pero viene tan a propósito que no puedo dejar de añadir al post la noticia que acabo de leer, y es que la editorial Planeta debe eliminar de las próximas ediciones del libro de Zoe Valdés “La ficción Fidel” unas trece páginas, porque ha reproducido completo y sin permiso alguno del autor un artículo de Manuel Zayas. Entre esto y el timo descarado del pregón, se ve que la escritora no pasa por un momento muy inspirado. Debe tener a las musas de vacaciones.
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