Eso de que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque es una gran verdad. Con árboles de primera línea como Calvo, Aído, Rodríguez, Caldera y otros especímenes que parecen jugar a una “Operación Triunfo” del disparate y la imbecilidad, nos estábamos perdiendo un hermoso bosque que, agazapado en un segundo término, nos hubiera hecho mucho más interesante (aún) la vida.
Pero a ratitos los árboles principales se toman vacaciones, y ahí está la segunda fila, presta a avanzar, bayoneta calada, para ocupar el hueco dejado y proporcionarnos inefables momentos.
Ayer, un individuo llamado Pere Navarro, que es nada menos que Director General de Tráfico, cumpliendo con el deber que se ha impuesto de ofrecernos cada año, en estos sosos meses de verano, algo de animación, me confirmó una vez más la intuición de que el eslabon perdido entre los prehomínidos y los primeros homínidos habita dentro del reducido espacio de un coche oficial.
La última parida vuelve a sonar en julio. Ya digo que a estos de segunda división se les nota más cuando los otros están de vacaciones. Consistió en la presentación, ayer 16 de julio, en la sede central de la DGT, de un casco para motoristas con el que pretende reducir las escandalosas cifras de muertos.
La última parida vuelve a sonar en julio. Ya digo que a estos de segunda división se les nota más cuando los otros están de vacaciones. Consistió en la presentación, ayer 16 de julio, en la sede central de la DGT, de un casco para motoristas con el que pretende reducir las escandalosas cifras de muertos.
Es un casco normal y corriente, incluso de tipo abierto, sin protección facial. Eso quiere decir que un pequeño golpe te puede pulverizar mandíbula y dientes, pero lo bueno es que cuenta con el valor añadido de que es un «casco budista portador de paz» como remedio contra «el estrés que causa en los motoristas la crispación y la crisis actuales».
Lo budista del casco, que se venderá en el Corte Inglés al precio de 150 euros, se limita a sus colores, rojo y azafrán, a que lleva inscrito un mantra sagrado y en el forro interior, sobre la coronilla, cosido un chakra. El chakra elegido es el séptimo, y está representado por una flor de loto color diamante con mil pétalos. Su función es “completar la persona, uniendo el yo superior y el inferior, y acentuar las facultades humanas”. También viene acompañado de una guía espiritual titulada “Live peace”.
Todas estas innovaciones son obra de unos monjes budistas catalanes a los que Navarro ha dado cuartelillo organizando un acto público conjunto con la presidenta de la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico, María Eugenia Domenech, con presentación ante la prensa incluída, acompañado de Josep Riu, alias “Jamyang Tashi Dorje Rinpoché”. Según este fulano tan espabilao, todo el que use ese casco se convierte por obra y gracia de Siddharta Gautama en un portador de paz, que evita accidentes a su paso.



No hay comentarios:
Publicar un comentario